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El caso Enron


Enviado por   •  3 de Noviembre de 2012  •  Resumen  •  1.040 Palabras (5 Páginas)  •  415 Visitas

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El caso Enron

Introducción: Sobre el fraude de las “cuentas” de las empresas. Las cuentas de El Gran Capitán

“Por picos, palas y azadones, cien millones de ducados... por limosnas para que frailes y monjas rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados... por guantes perfumados para que los soldados no oliesen el hedor de la batalla, doscientos millones de ducados... por reponer las campanas averiadas a causa del continuo repicar a victoria, ciento setenta mil ducados... y, finalmente, por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del rey a quien he regalado un reino, cien millones de ducados...” Las cuentas de El Gran Capitán

Los escándalos sobre la falta de transparencia de las grandes empresas –engaño, en definitiva-- que han acaparado la atención de la prensa, especialmente a partir de principios del año 2002, han puesto en evidencia una lamentable práctica de ocultación y manipulación por parte de sus directivos. No podemos decir que este tipo de fraudes sean una novedad porque no sería cierto. Han existido siempre y existirán, aunque los criterios al uso para juzgarlos, en cada época, han evolucionado al compás del desarrollo del Estado de derecho, la democracia, la ética y la moral. Si nos dejamos llevar por el sentido popular que la expresión “las cuentas del Gran Capitán” ha ido adquiriendo a lo largo de los años hasta nuestros días, podríamos decir que esas son el tipo de cuentas rendidas por los directivos de Enron, WorlodCom, Dynegy, Ibercorp, Gescartera, etc.

Sin embargo, no parece que sea rigurosa, ni justa, dicha asimilación, especialmente si tenemos en cuenta la intención que en cado caso tuvieron, por ejemplo,Scott Sullivan –director financiero de WorlCom, al mayor fraude de la historia--, o el Gran Capitán, allá por el 1500. En las cuentas de Don Gonzalo se aprecia, sobre todo, orgullo herido, resentimiento, por el acto de ingratitud de su Rey. Fruto de esos sentimientos es la irrespetuosa y altanera ironía de las cuentas rendidas, que Don Gonzalo no pretendía disimular, más bien al contrario. Sin embargo, la “contabilidad creativa” y la “ingeniería financiera” aplicadas en los casos de nuestro tiempo, no pretendían lo mismo. Su objetivo era, según se ha podido saber, hacer que el fraude no existiera –el fraude perfecto--.

Ante cada situación, la sociedad va creando instrumentos adecuados para impedir unos comportamientos que perjudican a la confianza, tan necesaria para al buen funcionamiento de la actividad económica. Esto es lo que ha ocurrido en el caso de la sociedad americana con la Ley que recientemente ha entrado en vigor: Sabarnes- Oxley, 29-8-02. La “certificación jurada de cuentas”, entre otros instrumentos instaurados por dicha ley, significa que los presidentes de las grandes empresas y bancos, ya no pueden negarse a firmar, bajo juramento, que conocen las cuentas y que asumen su veracidad. Además, en el caso de escándalo, los máximos directivos podrán ser perseguidos judicialmente por perjurio. Sin embargo, en opinión de algunos expertos, la ley es demasiado compleja, lo que dará lugar a más ingeniería financiera en lugar de “imagen fiel” que es lo que pretende la contabilidad, simple y llanamente –sin mayor creatividad--. No obstante, aunque la mayoría de las grandes empresas han firmado la certificación jurada exigida --lo que representan un

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