Los manuales de ética
Enviado por aniusk2103 • 17 de Septiembre de 2012 • Informe • 1.651 Palabras (7 Páginas) • 527 Visitas
Los manuales de ética empresarial, especialmente los de corte anglo-sajón,
suelen contraponer los enfoques opuestos. Uno centrado en deberes, y otro en las
consecuencias externas de la acción. A veces se añade otro basado en virtudes. En el
presente trabajo se presenta una nota exploratoria (adelanto de una investigación en
curso) en la que se mantiene que lo más relevante no es tanto la citada distinción
convencional sino el modo cómo se relacionan ética y acción empresarial. En este
sentido cabe distinguir tres versiones de la ética empresarial. La primera, que
denominamos economicismo limitado, tiene como criterio supremo maximizar
beneficios pero acepta como restricción cumplir la legalidad vigente y, en algunos
casos, las exigencias sociales del entorno. La segunda versión, designada aquí como
dualismo racionalista, introduce la necesidad de justificar cada decisión mediante
juicios éticos que se hacen partiendo de alguna teoría ética de corte racionalista que
define qué es correcto. La tercera versión es llamada realismo moderado al aceptar la
capacidad humana de un conocimiento moderado de la realidad. Entiende que la ética es
parte integrante de toda acción en la medida en que ésta incide en quien la realiza y
contribuye o dificulta el logro de la excelencia humana, a diferencia de otras teorías .
Introducción
Una de las dificultades de la ética empresarial para quien no es especialista en
ética es aclararse con los diversos enfoques éticos que se presentan cómo válidos. Basta
ojear la abundante bibliografía actual sobre ética empresarial para darse cuenta de que
hay una multitud de teorías éticas que compiten por liderar la ética empresarial. Cada
una presenta sus ventajas y pone de relieve los inconvenientes de las teorías competidoras.
Eso suele desconcertar y a veces incluso desanimar a quienes sinceramente se
acercan en busca de orientación para actuar bien en el ámbito de la empresa y los
negocios. La pregunta que surge es cómo determinar cuál es la teoría correcta, si es que
hay alguna que lo sea. ¿O acaso elegir uno u otro enfoque es sólo una opción personal
ajena a criterios racionales?
Muchos de los manuales más conocidos de ética empresarial con frecuencia
presentan dos grandes enfoques, uno deontologista (de deon, deber), centrado en los
deberes a cumplir, y otro teleologista (de teleos, fin), generalmente en forma de
“utilitarismo”, que se fija exclusivamente en las consecuencias de la acción. Todavía
hay un tercer enfoque incluido en muchos manuales. Se trata de la ética de las virtudes,
que no se fija en ninguna norma concreta sino en el desarrollo de virtudes en el sujeto a
través de la acción y en el papel de la virtud de la prudencia o sabiduría práctica para
determinar qué es lo que debe hacerse en cada situación.
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En el presente trabajo voy a distanciarme de esta clasificación ya que, a mi
juicio, la cuestión clave no es tanto la oposición deberes-consecuencias- virtudes, sino el
modo cómo se concibe la actividad empresarial y cómo se pretende integrar la ética en
la acción. Esta consideración da lugar a tres concepciones de la ética empresarial que se
van a exponer en el presente trabajo, de modo sencillo y evitando prolijas enumeraciones
bibliográficas. Nuestro objetivo aquí es sólo presentar una nota exploratoria de una
investigación más amplia.
Dejaré al margen de esta discusión a quienes niegan la posibilidad misma de la
ética o de la ética en los negocios y en la empresa. Entre ellos, el nihilismo, que niega la
validez de toda distinción moral; el determinismo que supone al ser humano carente de
libertad, y por tanto sin responsabilidad, el relativismo, según el cual no hay nada
objetivo ni absoluto en cuestiones éticas; y el escepticismo, que sostiene que el
conocimiento ético, si existe, no puede ser verdaderamente conocido. No me ocuparé de
esas teorías no porqué no sean influyentes -que muchas de ellas lo son, y mucho-, sino
por razones de espacio y por centrar la cuestión en el tema enunciado. Por lo demás, la
discusión de estas teorías puede encontrarse en muchos tratados de filosofía moral y
sería superfluo repetirla aquí. Una excepción habría que hacer en la anterior relación de
teorías no consideradas aquí: una forma de relativismo, denominada relativismo
cultural, en el que se aceptan valores y normas de conducta presentes en una
determinada cultura o sociedad, sin más soporte filosófico que esta realidad sociológica.
ECONOMICISMO LIMITADO: ¿QUÉ ES LEGAL O SOCIALMENTE
ACEPTABLE?
Una primera versión de la ética empresarial la podríamos denominar
economicismo limitado. En síntesis se podría describir como una posición en la que se
toma como criterio supremo, aunque no absoluto, la maximización de beneficios
únicamente limitada por ciertas concesiones sociales o por el cumplimiento de normas
emanadas del entorno social, que son condición necesaria para que funcione el mercado,
para evitar riesgos o para obtener ulteriores beneficios económicos.
Este modo de presencia de la ética en la actividad económica la encontramos ya
en Adam Smith, padre de la economía moderna. En su famosa obra “El origen de la
riqueza de las naciones”, al menos de modo implícito, da a entender que los negocios,
aunque han de regirse por el autointerés, requieren un conjunto de no rmas éticas
institucionalizadas que son necesarias para el buen funcionamiento del mercado. Entre
ellas pueden citarse el respeto a la propiedad privada, el cumplimiento de los legítimos
contratos, y ventas sin fraude.
Más explícito es Milton Friedman, cuya postura es bien conocida. Aboga por la
única responsabilidad de lograr los mayores
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