MAESTRIA EN GERENCIA DE PROYECTOS
Enviado por JuanSe Peña • 29 de Junio de 2022 • Tarea • 2.580 Palabras (11 Páginas) • 59 Visitas
UNIVERSIDAD DEL VALLE
MAESTRIA EN GERENCIA DE PROYECTOS
ANÁLISIS DE LECTURAS – SESIÓN #5
En el hombre, todo es una evolución. Anteriormente se analizó la evolución del aspecto físico humanoide, el desarrollo cerebral, el habla, y las combinaciones de todo ello que derivaron en un desarrollo humano como especie única entre los seres vivos, con facultades sociales e intelectuales que nos llevaron a grandes desarrollos en todo campo del conocimiento hasta los tiempos actuales. Otra evolución estudiada por la ciencia es la evolución de la adquisición del conocimiento, cuyos bases incluso están relacionadas en sus orígenes con las teorías Darwinistas.
Jean Piaget, es considerado el padre de la epistemología genética. Por medio de esta disciplina nos llegan los conocimientos acerca del cómo se generan nuevos conocimientos en la mente humana, fruto del desarrollo de ciertas estructuras variables y a partir de mecanismos funcionales que se mantienen a lo largo de la vida. Para Piaget, el desarrollo neurológico es un proceso que empieza desde el nacimiento hasta la adultez, etapa en la cual se llega a un equilibrio, caracterizado por la estabilización del comportamiento afectivo y emocional, y lo compara con el desarrollo orgánico, que también alcanza su cúspide de desarrollo en la adultez. Así mismo, postula que, si bien la mente y el organismo se desarrollan a la par, en este último se observa una evolución regresiva, alcanzando un equilibrio inestable, contrario al neurológico. Las funciones de inteligencia y afectividad llegan a un equilibrio “móvil”, que por el contrario es más estable y denota un progreso espiritual paulatino.
Las estructuras variables que se desarrollan e intercalan en los procesos de desarrollo neurológico, de la inteligencia y de la adquisición de conocimiento, son las formas de organización mental desde lo intelectual y lo afectivo y siendo afectadas por las dimensiones del desenvolvimiento de la persona en la vida, es decir desde lo individual y lo social. Vemos en lo anterior que el desarrollo neurobiológico, del aprendizaje y de la inteligencia en el ser, están condicionados por elementos tanto genéticos como del entorno, y de ellos depende cómo se da la génesis de cada uno de estos aspectos.
El concepto de noción de objeto hace referencia al aprendizaje del bebé a determinar que cada objeto o cuerpo visible es único y comienza a entender que, si dicho cuerpo desaparece de su vista, no dejará de existir. En los estudios de Piaget se muestra que hay una serie de etapas para que se tome consciencia de un objeto, de este modo, hasta los 8 meses de vida del bebé, no hay permanencia mental del objeto. Si el objeto desaparece de la vista del bebé también desaparece de su mente. A los 12 meses ya hay un reconocimiento del objeto, y si desaparece lo buscará; hasta los 18 meses, ya tendrá capacidad de asociar los movimientos del objeto de un punto a otro si son visibles. A los 2 años ya ha desarrollado la percepción de permanencia del objeto, pues hay una representación simbólica que permite imaginar a dónde se ha desplazado este, aunque no lo vea. Con la noción de objeto ya establecida, es en este momento cuando aparece la ansiedad por la separación. Ahora el niño entiende que la figura u objeto de apego no desaparece y regresará en algún momento que no sabe, lo que le producirá angustia.
Todo lo anterior permite concluir que los estudios de Piaget han contribuido a encontrar una génesis sobre el desarrollo cognitivo del hombre, ubicándolo con bases sólidas en la niñez temprana. Es así como existen dos principios básicos que desarrollan la inteligencia y que se han identificado a partir de la epistemología genética. El primero de ellos se conoce como la organización y adaptación, que es la forma estructurada en que se basa cada esquema o noción de conocimiento conducente a actitudes definidas para cada situación y ambiente en que se desenvuelve el niño. Debido a que siempre toda acción o conducta responde a una necesidad, esta tiende siempre hacia dos objetivos: ajustar el mundo a las estructuras propias ya construidas (o asimilación), y reajustar estas estructuras en función de los cambios externos (o acomodación). Es correcto afirmar entonces que la adaptación es el equilibrio entre ambos procesos de asimilación y acomodación, los cuales constituyen el segundo principio básico de desarrollo de la inteligencia.
Piaget formuló en su estudio seis estadios del desarrollo mental. A continuación, se presenta el resumen de cada uno:
- Etapa de reflejos (hasta el primer mes de vida): Nacemos con reflejos sensoriales y motrices de carácter hereditarios con características de instinto. Dentro de estos reflejos está el de la alimentación, la succión de líquidos al amamantarse. Estos reflejos evolucionan y se desarrollan con el paso del tiempo.
- Primeros hábitos motores (1-8 meses): Esta etapa es de organización de los reflejos tornándose en hábitos, es decir, ya no se actúa por instinto sino por flexibilidad en la práctica. El comportamiento característico del bebé en esta etapa es la tendencia a llevarse a la boca cualquier otro objeto diferente al seno materno, constituyéndose en un ejercicio habitual por asimilación. Cualquier otro comportamiento fortuito del bebé está en capacidad de ser reproducido por este una y otra vez.
- Inteligencia senso-motora o práctica (8-24 meses): Antes de lograr un tipo de aprendizaje basado en instrucciones orales, se aprende por manipulación de objetos, mediante la percepción de movimientos. Se evidencia que hay un aumento en la repetición y frecuencia en las conductas, volviéndose más fácil la posibilidad de adquirir experiencia y desarrollando en el cerebro la capacidad de registrar las acciones realizadas. Adicionalmente, se observa que a esta edad hay una interacción con los objetos tal que la manipulación de los mismos tiene un objetivo propósito, por ejemplo, el investigar para que sirven. Al final de esta etapa el niño logra identificarse mentalmente dentro del entorno como un objeto más y a entender que está rodeado de muchos objetos. Todo esto es fruto del desarrollo neurológico de cuatro aspectos que le permiten descentrarse hacia el exterior: las nociones de un espacio que engloba todo lo que lo rodea; de objeto, porque como se dijo anteriormente ya asimila que existen diferentes cuerpos así no los vea, de causalidad, porque entiende que ciertos actos tienen consecuencias, y de tiempo, porque ya hay reacción a los apegos a objetos deseados, queridos o que le producen sensaciones y si no los tiene, sentirá angustia, ansiedad o inquietud y estas emociones son directamente proporcionales a la duración del periodo en que logrará atenuarlas o eliminarlas al obtener lo que busca. Adicionalmente, la evolución del tiempo está unida al desarrollo de la causalidad, así como la del espacio al desarrollo del objeto.
- Inteligencia intuitiva (2-7 años): Con la aparición del lenguaje en el niño, se afectan las conductas, pudiendo ser interiorizadas. Vemos que las conductas son socializadas con los terceros que intervienen directa o indirectamente, hay una capacidad en el niño para interiorizar lo que habla o dice como unos inicios de pensamientos propios, incluso puede interiorizar sus actos lo que puede ser visto como intuición sobre las acciones.
- Operaciones intelectuales concretas (7-11 años). En esta etapa hay un alto avance en la concentración, que impacta directamente a la socialización del niño, porque se evidencia la capacidad de escuchar, en el sentido de que es capaz de sostener conversaciones en que debate, aporta y cuestiona. Hay además concentración estando en soledad y una colaboración efectiva con los demás. La causalidad de las cosas lleva a un análisis y capacidad de raciocinio más profundo donde se va dejando atrás los nexos por identificación y abriendo paso a una concatenación de sucesos del mundo real de una forma más objetiva. Por último, ya habrá una noción de conjunto, que es el primer puente entre la capacidad de realizar operaciones lógicas y matemáticas por adición, sustracción, y valoración numérica. Hay una noción de cantidad, cuantificable con el concepto de número.
- 6) Operaciones intelectuales abstractas (11-15 años): la inteligencia se demuestra mediante el uso lógico de símbolos relacionados con conceptos abstractos. Esta forma de pensamiento incluye supuestos que no tienen una relación necesaria con la realidad, denotando un alto desarrollo de la imaginación. Es en esta etapa donde el niño, ya entrando en la pubertad y la adolescencia es capaz de realizar razonamientos hipotéticos y deductivos. Hay una capacidad para desarrollar juicios y sacar conclusiones a partir de hipótesis, las cuales son útiles para las actividades académicas, especialmente en las ciencias exactas.
Vale la pena notar que los seis estadios postulados por Piaget, corresponden fundamentalmente a cuatro etapas del desarrollo biológico denominadas la lactancia, la primera infancia, la infancia y la adolescencia. En cada una se identifican estructuras organizadas del desarrollo de pensamiento que podrían resumirse en: el desarrollo primario basado en reflejos naturales, la exploración del ambiente y el entorno gracias a la motricidad elemental y los vestigios afectivos desarrollados antes del habla en la etapa de lactancia; La intuición, espontaneidad y subordinación al adulto, en la etapa de la primera infancia; La aparición del razonamiento lógico y el nacimiento de la moral y la cooperación en la infancia; y la capacidad de abstracción, la búsqueda de la personalidad y de encajar como ser social durante la adolescencia.
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