PLANEACION ESTRATEGICA
Enviado por oscagapa • 2 de Septiembre de 2012 • 2.589 Palabras (11 Páginas) • 312 Visitas
El problema estratégico
Con frecuencia pregunto a jóvenes estudiantes y a personas adultas si quisieran saber
cómo será el futuro. La respuesta en la mayoría de los casos es afirmativa (lo que
normalmente va acompañado de expresiones de interés y emoción en sus rostros). Muchos
quisieran saber que va a suceder. Así que luego les propongo imaginar que yo tengo el
poder de decirles con absoluta seguridad lo que sucederá en la vida de cada uno de ellos
en el futuro y que pueden estar seguros que aquello que les diga, ¡VA A SUCEDER! Y, antes de seguir con la conversación percibo un repentino cambio en las expresiones de sus
caras… para entonces presiento que la respuesta ha cambiado.
Les pregunto de nuevo: ¿Aún quieren saber sobre el futuro? Y con algo de duda, la mayoría
responde que ya no quiere saber qué va a pasar. Pero ¿qué sucedió? -les pregunto-¿Por
qué cambiaron de parecer? Y normalmente me responden cosas como: "porque en ese
caso la vida perdería sentido" ó "Que gracia tendría seguir, si todo está escrito ó ¿dónde
estaría mi poder para decidir?... ¿qué sería de mi libertad?".
Todos buscamos algo… ¡En todo momento y en todo lugar! Y es en ese intento desesperado
por encontrar lo que buscamos, que el PROBLEMA ESTRATÉGICO cobra vida.
Todas las organizaciones humanas enfrentan el desafío del futuro, todas vienen de un
pasado que las marca, y todas, sin excepción, tratan incansablemente de resolver el
presente y “navegar” hacia el mañana con éxito. Todas tratan, por todos los medios, de
predecir lo que sucederá para poder preparar la batalla y ganar. Todas quieren saber cómo
será el futuro…
Sin embargo vivir con la necesidad de predecir el “mañana” y al mismo tiempo vivir con el
deseo de cambiarlo, es contradictorio y constituye la paradoja del ser humano con respecto
al devenir. Tal vez porque el “futuro” nos afecta más de lo que nosotros lo afectamos a “él”
(si es que éste existe) ó tal vez porque en realidad nosotros pretendemos afectar el futuro
en un intento inconsciente por cambiar el pasado (lo cual también es imposible). Es más,
afectar el futuro sería ilusorio –teóricamente- en la medida en que algo que en realidad no
existe, no puede ser afectado. Así que, ¿REALMENTE EXISTE EL FUTURO?
Si la respuesta a esta pregunta es SI y concluimos que el futuro está escrito, nuestro deseo
de cambiarlo es solo una quimera, pero si el futuro NO existe, entonces cambiarlo es
también imposible. ¿Qué problema no es así? Qué lío tanto para las empresas que se la
pasan haciendo planes de futuro, como para las que no hacen planes en lo absoluto…
Concebir el FUTURO COMO PROBLEMA1 es el resultado de esta paradoja humana. Pero si
predecir para cambiar es una gran falacia, y no es posible cambiarlo ya sea que exista ó no,
entonces ¡EL FUTURO NO ES UN PROBLEMA! Vaya lío, porque entonces… ¿CUÁL ES EL
PROBLEMA? ¿CUÁL ES EL PROBLEMA DE LAS ORGANIZACIONES?
Pues bien, el problema es que avanzamos hacia el futuro y al mismo tiempo nos resulta
imposible mirar hacia dónde vamos. Imagine una balsa en la que remamos pero al hacerlo
avanzamos en dirección contraria hacia la cual estamos mirando. ¿Qué complicación no esde seguir con la conversación percibo un repentino cambio en las expresiones de sus
caras… para entonces presiento que la respuesta ha cambiado.
Les pregunto de nuevo: ¿Aún quieren saber sobre el futuro? Y con algo de duda, la mayoría
responde que ya no quiere saber qué va a pasar. Pero ¿qué sucedió? -les pregunto-¿Por
qué cambiaron de parecer? Y normalmente me responden cosas como: "porque en ese
caso la vida perdería sentido" ó "Que gracia tendría seguir, si todo está escrito ó ¿dónde
estaría mi poder para decidir?... ¿qué sería de mi libertad?".
Todos buscamos algo… ¡En todo momento y en todo lugar! Y es en ese intento desesperado
por encontrar lo que buscamos, que el PROBLEMA ESTRATÉGICO cobra vida.
Todas las organizaciones humanas enfrentan el desafío del futuro, todas vienen de un
pasado que las marca, y todas, sin excepción, tratan incansablemente de resolver el
presente y “navegar” hacia el mañana con éxito. Todas tratan, por todos los medios, de
predecir lo que sucederá para poder preparar la batalla y ganar. Todas quieren saber cómo
será el futuro…
Sin embargo vivir con la necesidad de predecir el “mañana” y al mismo tiempo vivir con el
deseo de cambiarlo, es contradictorio y constituye la paradoja del ser humano con respecto
al devenir. Tal vez porque el “futuro” nos afecta más de lo que nosotros lo afectamos a “él”
(si es que éste existe) ó tal vez porque en realidad nosotros pretendemos afectar el futuro
en un intento inconsciente por cambiar el pasado (lo cual también es imposible). Es más,
afectar el futuro sería ilusorio –teóricamente- en la medida en que algo que en realidad no
existe, no puede ser afectado. Así que, ¿REALMENTE EXISTE EL FUTURO?
Si la respuesta a esta pregunta es SI y concluimos que el futuro está escrito, nuestro deseo
de cambiarlo es solo una quimera, pero si el futuro NO existe, entonces cambiarlo es
también imposible. ¿Qué problema no es así? Qué lío tanto para las empresas que se la
pasan haciendo planes de futuro, como para las que no hacen planes en lo absoluto…
Concebir el FUTURO COMO PROBLEMA1 es el resultado de esta paradoja humana. Pero si
predecir para cambiar es una gran falacia, y no es posible cambiarlo ya sea que exista ó no,
entonces ¡EL FUTURO NO ES UN PROBLEMA! Vaya lío, porque entonces… ¿CUÁL ES EL
PROBLEMA? ¿CUÁL ES EL PROBLEMA DE LAS ORGANIZACIONES?
Pues bien, el problema es que avanzamos hacia el futuro y al mismo tiempo nos resulta
imposible mirar hacia dónde vamos. Imagine una balsa en la que remamos pero al hacerlo
avanzamos en dirección contraria hacia la cual estamos mirando. ¿Qué complicación no es de seguir con la conversación percibo un repentino cambio en las expresiones de sus
caras… para entonces presiento que la respuesta ha cambiado.
Les pregunto de nuevo: ¿Aún quieren saber sobre el futuro? Y con algo de duda, la mayoría
responde que ya no quiere saber qué va a pasar. Pero ¿qué sucedió? -les pregunto-¿Por
qué cambiaron de parecer? Y normalmente
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