Teoria De La Desición
danielgamboa9514 de Abril de 2013
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1. La toma de decisiones y la organización administrativa (Introducción)
La administración se define como el arte de conseguir que se hagan las cosas. Se da importancia especial a los procesos y a los métodos encaminados a asegurar una acción; se establecen principios para asegurar la acción combinada entre grupos de personas. Sin embargo no se atiende mucho a la elección que precede a dichas acciones. Este texto se ocupa de ese proceso de elección que lleva a la acción.
El proceso decisorio no acaba cuando queda determinada la finalidad general de una organización. La tarea de decidir se extiende a la organización administrativa total. Una teoría general de la administración debe incluir principios de organización que aseguren una toma de decisiones correcta, de la misma manera que debe incluir principios que aseguren una acción efectiva.
La toma de decisiones y la ejecución de las mismas
La tarea física real de llevar a cabo los objetivos de una organización recae sobre las personas que se encuentran en el nivel más bajo de la jerarquía administrativa. Las personas que se encuentran por encima de ese núcleo operativo en la jerarquía no constituyen un exceso de equipaje sino que también desempeñan un papel esencial en el cumplimiento de los objetivos de la organización. El personal no operativo participa en el cumplimiento de éstos en cuanto influye en las decisiones del personal operativo.
En las organizaciones muy pequeñas la influencia de todos los supervisores sobre los empleados operativos puede ser directa, pero en las unidades de cierto volumen, se interpone, entre los supervisores de la escala superior y los empleados operativos, varios niveles de supervisiones intermedios que están sujetos a influencias de otros niveles más altos y que transmiten, elaboran y modifican esas influencias antes que lleguen a los empleados operativos.
En el estudio de la organización debe centrarse la atención sobre el empleado operatorio, porque el éxito de la estructura será juzgado por su funcionamiento dentro de la misma. La mejor manera de lograr una visión intensa de la estructura y del funcionamiento de una organización es analizar la manera en que las decisiones y el comportamiento de esos empleados se ven influidos dentro de y por la organización.
Elección y comportamiento
Todo comportamiento implica una selección, consciente o inconsciente, de determinadas acciones, entre todas las que son físicamente posibles, para el que actúa y para aquellas personas sobre las cuales éste ejerce influencia o autoridad. Si el individuo sigue una determinada línea de acción, renuncia por ello a otras líneas de acción. En muchos casos el proceso selectivo consiste en una acción refleja establecida, que es racional pero no necesariamente consciente ni deliberada. (Ej. Mecanógrafa). En otros casos la selección es producto de una compleja cadena de actividades.
Todos los casos tienen en común la existencia de múltiples alternativas posibles de ser emprendidas por el individuo; estas numerosas alternativas quedan reducidas a aquella que luego es llevada a cabo. El proceso decisorio encierra matices de selección consciente, deliberada y racional, es decir, presenta un cierto grado de estos elementos o no.
Valor y hecho en la decisión
Una gran parte del comportamiento, y especialmente del comportamiento de los individuos dentro de las organizaciones administrativas, es intencionado, está orientado hacia metas u objetivos. Las decisiones que gobiernan las acciones concretas son inevitablemente, ejemplos de la aplicación de decisiones más amplias relativas a la finalidad y al método. Cada decisión comprende la selección de una meta y un comportamiento relacionado con la misma; esta meta puede ser a su vez, un medio para una finalidad algo más lejana, y así hasta que se llega a un objetivo último. Cuando las decisiones llevan a la selección de finalidades últimas, se llaman “juicios de valor”. Cuando implican al logro de tales finalidades se llaman “juicios de hecho”.
Los problemas no llegan al administrativo cuidadosamente clasificados con los elementos valorativos y los elementos fácticos claramente ordenados. Es corriente que las metas u objetivos últimos de la organización sean formulados en términos muy generales y ambiguos, como “bienestar general”. Además es posible que los objetivos, cuando resulten definidos, sean simplemente intermedios para llegar a otros fines últimos. El comportamiento de las personas se orienta generalmente en torno al “móvil económico”, sin embargo no constituye para la mayoría de ellas, un fin en sí misma, sino un medio par alcanzar otros fines últimos: seguridad, prestigio.
Jerarquía de decisiones
El concepto de finalidad implica la noción de una jerarquía de decisiones en la que cada paso hacia abajo consiste en alcanzar las metas expuestas en el inmediato superior. El comportamiento es finalista en cuanto a que se guía por metas u objetivos generales; es racional en cuanto que elige alternativas que llevan al cumplimiento de las metas previamente seleccionadas. No debe llegarse a la conclusión de que esta jerarquía o pirámide de finalidades está perfectamente organizada o integrada en un comportamiento real, pero aún cuando en la decisión no tenga lugar la integración consciente o deliberada de esas finalidades, debe tomarse nota de que por lo general se realiza una integración.
El elemento relativo en la decisión
Toda decisión encierra una transacción. La alternativa finalmente elegida no permite nunca una realización completa o perfecta de los objetivos, sino que es simplemente la mejor solución disponible en las circunstancias dadas. El medio limita inevitablemente las alternativas de que se dispone y por tanto establece el nivel máximo posible de consecución de un objetivo. Este elemento relativo de realización agudiza la necesidad de encontrar un denominador común cuando el comportamiento aspira simultáneamente a varios objetivos. Si la experiencia demostrase que el cumplimiento del otro, habría que elegir uno de ellos como objetivo del organismo y sacrificar el restante. , para equilibrar una finalidad con la otra y tratar de encontrar un denominador común sería preciso dejar de pensar en los dos objetivos como fines en si mismos y concebirlos en cambio como medios par algún objetivo más general.
Ilustración del proceso de la decisión (Juicios de valor y de hecho)
Ejemplo en el ámbito municipal: ¿Qué cuestiones valorativas y fácticas plantea la apertura de una nueva calle? Es preciso determinar el trazado de la calle, la adecuada relación de la calle con el plan general, los medios de financiación del proyecto, etc. Es preciso dar contestaciones a estas preguntas, combinando en cada una los elementos valorativos y los fácticos y distinguiendo las finalidades del proyecto de sus procedimientos. Por la parte valorativa (juicio de valor), las decisiones deben basarse en los propósitos que se persiguen con esa calle y en los valores sociales afectados por su construcción; velocidad y conveniencia del transporte, seguridad del tráfico, repercusiones de la apertura de calle en el valor de las propiedades, distribución del costo entre los contribuyentes. Por la parte fáctica (juicio de hecho) las decisiones deberán tomarse a la luz del conocimiento científico y práctico del efecto que determinadas medidas tendrán en la realización de dichos valores. Se incluyen la permanencia y costo relativo de cada pavimentación, las ventajas relativas de los distintos trazados, el costo total, y la distribución de éste según los distintos métodos de financiación.
La decisión final dependerá de la importancia relativa que se otorgue a los distintos objetivos y del juicio sobre la medida en que un plan dado alcanzará cada uno de los mismos.
La toma decisiones en el proceso de administrativo
La activad administrativa es actividad de grupo. Las situaciones esenciales son conocidas donde un hombre proyecta y ejecuta su propio trabajo; pero tan pronto como una tarea crece hasta el punto de que exige el esfuerzo de varias personas para realizarla, ya es necesario desarrollar procesos de aplicación del esfuerzo organizado a la actividad del grupo. Las técnicas que facilitan esta aplicación son los procesos administrativos. Estos procesos son decisorios, consisten en segregar determinados elementos en las decisiones de los miembros de la organización y establecer procedimientos regulares de organización para seleccionar y determinar estos elementos y para comunicárselos a los miembros a quienes afectan. Así pues la organización quita al individuo una parte de su autonomía decisoria y la sustituye por un proceso organizativo de toma de decisiones. Las decisiones que la organización elabora ordinariamente para el individuo; especifican su función, asignan autoridad, establecen límites a su facultad de elegir, etc.
La organización administrativa se caracteriza por la especialización, es decir, por la asignación de determinadas tareas a determinadas partes de la organización. Esta especialización puede tomar una forma de división vertical del trabajo. Puede establecerse una pirámide o jerarquía de autoridad con mayor o menor formulismo y pueden particularizarse las funciones decisorias entre los miembros de esta jerarquía. Existen por lo menos tres razones para la especialización vertical en la organización. En primer lugar si existe una especialización horizontal, la especialización vertical es necesaria para realizar la coordinación entre los empleados operativos. En segundo lugar de la misma manera que la especialización horizontal permite que el grupo operativo desarrolle
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