El hombre con su mundo destrozado

EL HOMBRE CON SU MUNDO DESTROZADO

ORGANIZACIÓN CORTICAL

ESTUDIO DE UN CASO

El mundo es un lugar muy avanzado, se diría que la  humanidad ha realizado grandes avances en  todos los ámbitos. Los seres humanos desde que nacen van desarrollando habilidades y destrezas que permiten el óptimo desarrollo en la sociedad. El cerebro es la maquina biológicas más compleja e importante, entender la estructura y funcionamiento es fundamental para el estudio de las alteraciones relacionada con esta área, sin embargo, es imprescindible entender las capacidades cerebrales que tienen impacto sobre las personas, la capacidad cerebral de modular la actitud y la toma de decisiones frente a los acontecimientos de la vida. Conocer la importancia del cerebro de una persona es primordial por el impacto que tiene sobre el cuerpo y la mente, el daño en esta área provocaría alteraciones de las funciones vitales como respirar o el ritmo cardíaco, pasando por funciones más básicas como el dormir, tener hambre o el instinto sexual, hasta las funciones superiores como pensar, recordar o hablar.

Es difícil imaginar la vida de una persona que perdió las funciones cerebrales a raíz de una lesión, es aún más complicado entender los sentimientos y las dificultades que debe atravesar para la recuperación o el control del daño. Sin embargo, Alexander Luria en el libro “El hombre con su mundo destrozado” permite conocer y admirar la heroica lucha de un soldado ruso en recuperar las facultades mentales después de recibir una bala en la cabeza producto de una batalla.

Luria en su libro presenta la historia de Zasetski, un soldado ruso que sufrió un impacto de bala en la cabeza producto de una batalla en la Segunda Guerra Mundial. La bala penetró en la zona parieto-occipital izquierda del cráneo, generando un coma prolongado y complicaciones posteriores como adherencia del cerebro a las meninges y pronunciados cambios en los tejidos adyacentes. La formación de tejido cicatricial alteró las configuraciones de los ventrículos laterales produciendo una atrofia incipiente del encéfalo.  Los daños producidos en las áreas funcionales  desencadenaron una serie de alteraciones en las funciones neuropsicológicas importantes como: atención, memoria, funciones ejecutivas y lenguaje.

La atención de Zasetski fue afectada producto del impacto en el lóbulo parietal, estructura encargada de prestar atención en momentos necesarios, proporcionar conciencia espacial y habilidades de orientación y navegación, esto se refleja por el déficit de atención presentada por el paciente al interactuar con otras personas y con la sociedad, al parecer al hombre le resultaba difícil atender e interpretar el flujo de palabras de las demás personas y entender la lógica que había, así también formular y expresar  sus propias ideas con coherencia. Otras de las funciones del lóbulo mencionado es la capacidad para prestar atención a diferentes estímulos al mismo tiempo, hecho reflejado al no poder captar el mensaje oral y gesticular en la obra teatral a la que asistió en una ocasión. La percepción visual es importante en la atención, Zasetski al presentar daño en el lóbulo temporal, tuvo varias complicaciones en la percepción visual, padecía de hemianopsia, que es la falta de visión o ceguera que afecta únicamente a la mitad del campo visual, esto se evidencia al referir que su vida se había derrumbado en fragmentos, que no constituían objetos ni imágenes completas. Así también, presento agnosia asociativa, al no poder identificar objetos durante la recuperación en el hospital.  Podemos decir, que la primera unidad funcional según Luria tuvo un descenso, pues  su función es mantener un estado arousal apropiado que permite centrar la atención, “atención sostenida y selectiva”, es decir, las formas más complejas, incluyendo “el reconocimiento selectivo de un estímulo particular y la inhibición de respuestas a estímulos irrelevantes”. Por otra parte, la segunda unidad funcional también evidencia cambios, en especial en la percepción visual, por la manifestación de daño en el área 37 del hemisferio izquierdo, generando agnosia asociativa y otras patologías relacionadas.

La memoria del protagonista sufrió cambios considerables después del accidente, se destaca la amnesia anterógrada, déficit de memoria selectivo que presenta dificultades severas para almacenar la nueva información, al contrario, los recuerdos anteriores al daño se mantienen intactos. Se deduce este tipo de daño por los recuerdos que tenía Zasetski de la infancia y años anteriores al accidente y la poca capacidad de generar nuevos conocimientos y recordar hechos que sucedieron después del impacto de bala. Esta alteración también se conoce como memoria a corto plazo e intervienen estructuras como el lóbulo temporal y el hipocampo. Cabe recalcar la correlación que existe entre las estructuras afectadas y el daño provocado.

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