LA EXISTENCIA DE LA SEXUALIDAD INFANTIL, UN HALLAZGO QUE AMPLIÓ LA PERSPECTIVA PARA COMPRENDER EL DESARROLLO
Enviado por Stiven Tamayo • 4 de Junio de 2017 • Síntesis • 2.370 Palabras (10 Páginas) • 222 Visitas
TRABAJO FINAL DE PSICOANÁLISIS
ANGELA MARÍA ARBOLEDA
LUZ HELENA SANCHEZ
LUIS
STEVEN
10 DE NOVIEMBRE DEL 2016
FUNDAMENTOS DE PSICOANÁLISIS
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
MEDELLÍN
LA EXISTENCIA DE LA SEXUALIDAD INFANTIL, UN HALLAZGO QUE AMPLIÓ LA PERSPECTIVA PARA COMPRENDER EL DESARROLLO
INTRODUCCIÓN
Es indudable que la sexualidad no comprende exclusivamente el coito, sino también todas aquellas sensaciones o manifestaciones que producen placer en los seres humanos, no solo después de la pubertad sino incluso en aquellas etapas que jamás se pensaría que se desarrollan, a esto Freud intenta dar una explicación planteando que cuando se generan experiencias somato sensoriales que son propiciadas por un sujeto, un objeto e incluso el mismo individuo (a lo que llama autoerotismo), se genera un aumento de la carga libidinal que crea una tensión sexual la cual busca su pronta descarga, es decir, la satisfacción de la pulsión sexual. cabe anotar que desde la teoría de Freud, también se planeta que en el momento de aquella satisfacción de acuerdo a la intensidad es posible explicar las perversiones que pueden presentarse en personas con neurosis así como en personas “sanas”.
La obra titulada Tres ensayos de teoría sexual fue escrita por el neurólogo y padre del psicoanálisis Sigmund Freud en el año 1905, en la cual afirmó haber hallado una serie de prácticas que se intuían asexuadas en la época, demostrando que estas prácticas “inofensivas” son manifestaciones de pulsiones sexuales y que influyen y/o pueden ser determinantes en la formación de trastornos o aberraciones en el campo sexual, así como también forman el camino hacia una actitud sexual madura y normal desde la temprana infancia.
El siguiente ensayo no se basa en las investigaciones o teorías de otros autores, su apuesta es hacer un análisis a la teoría sexual infantil propuesta por Freud en el texto “Tres ensayos sobre teoría sexual” si bien, no se niega la pertinencia de otros avances teóricos sobre sexualidad y desarrollo infantil, ni se desconoce que la teoría de Freud en algunos conceptos y posturas a la fecha actual está un poco fuera de contexto; se considera este texto como un excelente elemento que comienza a dar una explicación de la relación entre la sexualidad y la etapa de la infancia y cómo esta relación influye de manera directa y determinada en los procesos del pensamiento y la vida anímica de los sujetos.
En el texto, Freud trata temas como las aberraciones sexuales, la metamorfosis de la pubertad, entre otros; debido a lo extenso de cada uno de los capítulos se optó por hacer alusión únicamente a la parte correspondiente al numeral 2. La Sexualidad Infantil, considerando la importancia que representa para el desarrollo normal o anormal de la vida sexual en los sujetos, evitándose llegar en su adultez a una fijación de hábitos obtenidos durante la infancia.
Desde 1896, el autor resalta la importancia de la vida sexual infantil y manifiesta gran curiosidad por la falta de bibliografía de otros autores que hicieran referencia al tema en su época, teniendo en cuenta que el análisis de muchos de sus casos sobre neurosis muestran que una gran parte de los problemas psíquicos tienen huellas mnémicas que corresponden a vivencias de la infancia y la pubertad, que se hace indispensable tratar para borrar sus síntomas (Freud. 1979, p. 37).
De esta manera la intención principal de este ensayo es favorecer la comprensión de la relación entre sexualidad e infancia, en tanto desde allí puede ser posible encontrar algunas explicaciones a situaciones relacionadas con lo sexual, tanto lo considerado “normal” como lo que no; entendiendo que para cada época esto de “normal y anormal” cambia significativamente.
DESARROLLO
“De la concepción popular del instinto sexual forma parte la creencia de que falta durante la niñez, no apareciendo hasta el periodo de la pubertad. Constituye esta creencia un error de consecuencias graves” (Freud, 1999. p 44).
La experiencia de Sigmund Freud obtenida a través de sus pacientes sobre la influencia de la sexualidad infantil en la etiología de la neurosis, lo llevó a indagar sobre esta, llevándose la sorpresa de que existía muy poca información por el desinterés que suscitaba este tema en la época, a causa de la opinión popular que creía que la pulsión sexual solo despierta en la pubertad. Freud a esto lo llama “el descuido de lo infantil” (Freud, 2005, p. 157).
Este descuido fue ¡un gran error de la época! ya que al pensar que la sexualidad tiene sus orígenes en la pubertad, atascó el conocimiento sobre la base de la vida sexual, dando prioridad a las investigaciones sobre la sexualidad del adulto, en la que prestaron mayor atención a la historia constituida por la vida de los antepasados (es decir herencia) que, a la historia, que se presenta ya en la existencia individual: la infancia” (Freud, 2005, p. 157).
Aunque Freud no niega la existencia de bibliografía especializada en el tema, tampoco dice que era la mejor, ya que esta no reconocía con claridad la existencia de la pulsión sexual que fuese una ley constitucional, sino que era vista como “procesos excepcionales, como curiosidades u horrorosos ejemplos de la temprana corrupción” (Freud, 2005, p. 157).
Freud se atrevió a investigar y escribir sobre este tema tabú en aquella época, afirmando que “un estudio a fondo de las manifestaciones sexuales de la infancia nos revelaría probablemente los rasgos esenciales de la pulsión sexual, dejando traslucir su desarrollo y mostrando que está compuesta por diversas fuentes” (Freud, 2005, p. 157).
Una de las manifestaciones que inicia describiendo, es el chupeteo (mamar del pecho materno o de sus subrogados) Lo considera una exteriorización de la práctica sexual infantil (Freud, 2005, p. 164). Para Freud esta actividad, la más importante para la vida del niño tenía una directa relación con el placer; diríamos que los labios del niño se comportan como una zona erógena y la estimulación por el cálido flujo de leche fue la causa de la sensación placentera; al comienzo, claro está, la satisfacción de la zona erógena se asoció con la satisfacción de la necesidad de alimentarse, el quehacer sexual se apuntala inicialmente en una de las funciones que sirven a la conservación de la vida, y sólo más tarde se independiza de ella, en tanto posteriormente esta actividad encuentra placer por el mero acto de succión aunque falte todo fin de absorción del alimento.
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