LA INTELIGENCIA EMOCIONAL COMO UNA COMPETENCIA BÁSICA EN LA FORMACIÓN INICIAL DE LOS DOCENTES.
Enviado por jimmyATC • 27 de Noviembre de 2015 • Ensayo • 1.019 Palabras (5 Páginas) • 166 Visitas
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL COMO UNA COMPETENCIA BÁSICA EN LA FORMACIÓN INICIAL DE LOS DOCENTES.
Palomera R., Fernández P., Mark A.
Por: Alexander Torres C.¹
alextorresrichter@gmail.com¹
Universidad Distrital FJC.
Los estándares básicos de competencia en Colombia, según el MEN están enfocados para juzgar si un estudiante, una situación o el sistema educativo en su conjunto, cumplen con unas expectativas comunes de calidad, es decir, el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes, comprensiones y disposiciones cognitivas, socio afectivas y psicomotoras apropiadamente relacionadas entre sí para facilitar el desempeño flexible, eficaz con sentido de una actividad en contextos relativamente nuevos y retadores. Estas a su vez están orientadas bajo tres supuestos; las competencias matemáticas, las competencias científicas y las competencias comunicativas. Todas desde una visión del desarrollo disciplinar, desconociendo de alguna manera las relaciones interpersonales que existe entre los docentes-estudiantes y cómo influye en los procesos de aprendizaje.
Mientras la educación en las sociedades europeas esta basada en el fortalecimiento del conocimiento, la competitividad y la cohesión social, donde la afectividad y las emociones desempeñan un papel fundamental en la formación de estudiantes y docentes en la educación. Promueven no solo el desarrollo disciplinar y académico sino animan a la vez a desarrollar competencias socio-emocionales en los niños y jóvenes (Palomera R., Fernández P., Mark A. 2008).
El desarrollo de las habilidades o competencias socio-emocionales en los niños y jóvenes no es posible sin el bienestar socio-emocional del docente puesto que, según varios estudios han demostrado que una persona emocionalmente inestable, afecta no solo al contenido de los pensamientos sino también a los propios procesos de racionamiento y en las interacciones sociales. Por tanto la dinámica de una clase se verá afectada de forma negativa lo que implica que el docente aprenda a regulas dichas emisiones (Palomera R., Otros. 2008). Es así que la formación en competencias emocionales es necesario para que tanto niños y docentes puedan apropiarse con éxito de sus emociones, sin embargo los autores del artículo “La inteligencia emocional como una competencia básica en la formación inicial de los docentes”. Nos muestran que las emociones positivas favorecen el aprendizaje y la consecución de relaciones interpersonales significativas, pero también hay que considerar que las emisiones negativas pueden generar en las personas otros conocimientos, puesto que estas emociones no pueden ser separadas del sentir de un sujeto.
Entendida la inteligencia emocional según Mayer y Salovey como la habilidad para percibir valorar y expresar emociones, es necesario para un docente desarrollar esta habilidad con el fin de incidir de manera equilibrada los procesos de enseñanza – aprendizaje sobre el bienestar del docente generando en los estudiantes un alto componente social y valor personal favoreciendo la convivencia escolar. De tal manera que en la educación en Colombia, según lo propuesto por Palomera y otros, se debe fortalecer la formación integral del estudiante y desarrollar en el la adquisición de las capacidades necesarias para intervenir con autonomía, responsabilidad y actitud crítica en una sociedad en permanente cambio, donde el desarrollo personal y su propio bienestar, además de la adquisición delas habilidades culturales básicas relativas a la expresión y comprensión ora, a la lectura, la escritura y el cálculo, así como el desarrollo de habilidades sociales, hábitos de trabajo y estudio, el sentido artístico, creatividad y la afectividad… Debe replantearse, la formación inicial del profesorado, tradicionalmente centrada en la enseñanza de conocimientos y procesos específicos, pro no de competencias básicas personales e interpersonales que doten al futuro docente con la autonomía necesaria para afrontar su propio aprendizaje permanente, la resolución de los problemas habituales de su profesión y la consecución de las metas educativas impuestas. Algunas de las competencias emocionales que deberían ser fortalecidas en el aula podrían ser las descritas por Chaux, Lleras y Velásquez en su trabajo investigativo “Competencias Ciudadanas: De los estándares al aula. Una propuesta de integración a las áreas académicas”.
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