Psicología del testimonio, cuestiones
Enviado por amparodfdf • 17 de Septiembre de 2017 • Documentos de Investigación • 1.774 Palabras (8 Páginas) • 182 Visitas
CUESTIÓN 1-
Llevar a cabo una reconstrucción o reconocimiento fácil de un individuo no es sencillo. A diferencia que las máquinas, el ser humano tiene una serie de problemas anejos a su condición que hacen que esta tarea no se muestre tan sencilla como a priori pueda parecer.
Salvo que nuestro trabajo así lo exija, ninguno de nosotros tiene la necesidad de memorizar rostros humanos y detallar la distribución geométrica de las diversas partes del rostro. Es por ello que tenemos una pobreza en el lenguaje (o lingüística), que hace que cuando tenemos que detallar un rostro no tengamos a mano el vocabulario necesario para expresarlo correctamente (como si el contorno facial era angular, ovalado, huesudo o redondeado).
Tenemos que tener en cuenta que, normalmente, cuando hemos de testificar es por un hecho violento, que puede ser enmarcado en una figura delictiva, como un accidente, un atraco o una violación. Esto hace que se nos genere un estado de ansiedad, alteración y nerviosismo, que puede hacer que no captemos con total seguridad las facciones del individuo. Unido a que, generalmente, se nos exige en sede judicial el llevar a cabo de la forma más detallada la descripción, hace que la tarea sea más complicada si cabe. Máxime si tenemos en cuenta que una identificación errónea dará con los huesos en prisión del acusado.
Factores que se dan en el lugar y momento de los hechos, como la iluminación, el número de personas implicadas, la distancia a la que se encontraban o el tiempo que duró el suceso hacen que favorezcan o no la asunción de los detalles para su posterior reconstrucción. Si hemos sido víctimas, directamente, a todo lo mencionado hasta ahora se une lo que se llama la focalización del arma. Como es lógico, si el individuo esgrime un cuchillo o una pistola, nuestra atención se mantendrá en un mayor porcentaje en el arma en cuestión, obviando otros detalles como los faciales.
La composición de la cara, así como la capacidad que tenemos para absorber los detalles de la cara vienen dados también por nuestra capacidad natural, género y edad. Las mujeres tienen mayor capacidad, por la evolución, de reconocer y retener información de los rostros. Los jóvenes en contraposición a las personas ancianas, tienen mayor facilidad para ello también. La raza, por ejemplo, es otro factor. Para una persona de la misma raza será más sencillo, pero nosotros no estamos acostumbrados a captar diferencias en las diferentes razas, por ejemplo, latinoamericanas, dificultando la identificación entre individuos de diferente raza.
Los estereotipos son generalizaciones sobre características de la conducta para determinados grupos sociales. Los cuales tenemos muy asumidos, bien por el bombardeo mediático al que estamos sometidos, o bien porque desde pequeños nos plantean en dibujos y series quienes son los buenos y malos sobre la base del aspecto o la forma de vestir. Asociamos por ejemplo los tatuajes a personas problemáticas. El pelo con rastas a personas sin desocupadas, sin oficio, consumidores de drogas etc.
Existen caras muy comunes, con pocos detalles o caras muy reconocibles. El observar la cara en el contexto hace que percibamos el rostro como lo que es, un objeto tridimensional, haciendo que desde la perspectiva en la que se ve el rostro hasta en el gesto que realiza la persona en el momento del hecho, sea difícil llevar a cabo una codificación, almacenamiento y posterior reproducción del rostro en cuestión.
La cara evoluciona con el paso del tiempo, pero hay personas que modifican de forma voluntaria su apariencia con el fin de no ser reconocidos en los proceso de identificación. También existen lesiones como la prosopagnosia, trastorno que conduce a una dificultad o incluso imposibilidad de reconocer a las personas.
El ver un rostro por primera vez, pero debido a los rasgos que presenta puede resultarnos familiar, hace que se puedan activar datos de nuestra memoria inadecuados, dando lugar a una identificación errónea.
CUESTIÓN 2-
La persona que se ofrece para la prueba es mi madre, mujer de 67 años. Se desarrolla en el salón de la casa, sin ningún tipo de tensión o distracción, prestando, si cabe, un poco más de atención al verse expuesta a la prueba:[pic 1]
“Es un hombre, de unos 45 años, con entradas, moreno, mucho pelo en el pecho y con las cejas pobladas”.
Supongo que como no sabrá que a posteriori se la va a preguntar por el individuo, no cayó en el lunar que posee cerca de la comisura del labio, en la parte derecha de la boca. Así como tampoco en las patillas pobladas o en la longitud de las orejas y nariz. La pobreza lingüística en ese aspecto es más que palpable, la descripción es muy generalizada y vaga. También es cierto que la situación, como se menciona al comienzo de la pregunta, es una situación de desasosiego, tranquila.
El procesamiento e rostros, implica el desarrollo de procesos perceptivos y, a posteriori, el de proceso atencional y de memoria. Los cuales participan en el experimento que nos ocupa.
Mi madre, lleva a cabo un análisis global de la fotografía, observando los rasgos con los conceptos “cara” y “hombre”, codificando los diferentes elementos que componen el rostro y la disposición de las partes del mismo.
La segunda parte, debido a que el rostro se puede determinar como “común”, sin tener ningún tipo de obviedad o marca específica (salvo quizás el lunar) que pueda dar a lugar a una identificación a posteriori tras recrear la imagen analizada y codificada días atrás.[pic 2]
De entre los rostros que aparecen en la segunda parte, recuerda que era un hombre, pelo moreno y entradas. En la foto no se muestra el pecho, y el lunar no fue observado en primera instancia. La dificultad en determinar que el individuo no está en la lista de fotografías radica en la posible familiaridad suscitada por la anterior foto, al ser una fotografía un tanto “genérica” o “común”. Así como el cambio de perspectiva de una fotografía a otra hace la recreación sea complicada. El género y la edad, en este caso, considero que también son importantes, quizás si la fotografía hubiese sido de una mujer la capacidad para asimilar mayor número de detalles hubiese sido mayor.
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