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Adquisición De Lenguaje En Niños Con Síndrome De Down

yudisusan11 de Enero de 2015

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PSICOLOGÍA 4°, UDAL. 26 de junio del 2014

ADQUISICIÓN DE LENGUAJE

EN NIÑOS CON SÍNDROME DE DOWN

Judit Suárez Sánchez

El Síndrome de Down, también conocido como Trisomía 21, es un trastorno genético crónico que se caracteriza, principalmente, por retraso mental que lleva asociadas ciertas características físicas <<ojos achinados, talla baja, debilidad en el tono muscular, susceptibilidad a ciertas enfermedades, etc.>> (Madrigal, A. 2004). Es llamado Síndrome de Down (SD) gracias a John Langdon Haydon Down que fue el primero en describir esta alteración genética en 1866, aunque nunca llegó a descubrir las causas que la producían. Fue en el año 1958 que el genetista francés Jerome Lejeune descubrió que el Síndrome de Down consistía en una alteración cromosómica del par 21. Está alteración cromosómica es la principal causa de discapacidad intelectual y la alteración genética humana más común. La incidencia del Síndrome de Down puede aumentar con la edad maternal, especialmente cuando la edad es mayor a 35 años.

La principal dificultad de los niños SD es su faceta expresiva, suelen presentar dificultades a nivel lingüístico pudiendo estar afectadas las áreas de lenguaje, comunicación y habla. Para los niños en general aprender a hablar es un proceso complejo que incluye un gran número de habilidades pero las personas con SD el habla les puede resultar más difícil de utilizar, tanto por las características anatómicas y fisiológicas que presentan como por sus dificultades para integrar los fonemas, silabas y palabras dentro del código lingüístico que utilizan (Fernández, P. 2011)

La importancia de la comunicación es indiscutible, nos permite ir adquiriendo conocimientos, seguridad para explorar el mundo que nos rodea, experiencias, etc., un individuo que no se comunique, que no viva en sociedad, no tendrá un desarrollo adecuado. Cuando hablamos de lenguaje, no nos referimos única y exclusivamente a lenguaje hablado, ya que existen otros tipos de lenguajes no verbales, un ejemplo de ello es el lenguaje corporal.

El lenguaje nos ayuda a mantener el contacto con las personas que nos rodean y nos facilita la tarea de aprender. De ahí reside la importancia de la adquisición del lenguaje en niños con SD para que pueda integrarse bien en los contextos familiar, escolar y social.

Ya desde el primer año, se pueden apreciar los desfases en el lenguaje de los sujetos con SD, apareciendo sus primeras palabras más tarde de lo que cabría esperar. Investigaciones han demostrado que los bebés con Síndrome de Down son muy pasivos ante el ambiente que los rodea, convirtiéndose en un pobre interlocutor y apareciendo como menos reactivos y tomando menos iniciativa en la interacción con el adulto (Fisher, 1987). El llanto de los bebés con síndrome de Down es más breve y más pobre en elementos vocálicos (Rondal, 1986; Del Barrio, 1991). Las primeras vocalizaciones aparecen a la vez tanto en bebés normales como en bebés con síndrome de Down, aproximadamente sobre los cuatro meses (Guilleret, 1985).

Los niños con SD presentan un desarrollo más lento, sus características y ritmos de aprendizaje serán a menudo diferentes en determinados aspectos (memoria, atención, lenguaje...). Arregui, A (1997) menciona que el desarrollo en otros aspectos de los niños SD está ligado a su edad cronológica (curiosidades, intereses, necesidades...) por lo que no deben ser comparados con niños/as más jóvenes, aunque sus edades mentales, medidas a través de tests estandarizados, sean equivalentes.

Todo el mundo -padres, profesores y especialistas del habla y del lenguaje- es responsable del desarrollo de las habilidades de comunicación de las personas con síndrome de Down, pero los padres tienen el papel más penetrante en el proceso. (Hart y Risley. 1995) evidenciaron la contribución que tienen los padres en el desarrollo del lenguaje de sus hijos en los primeros tres años de vida. Estos autores estudiaron 42 familias durante más de dos años, visitándolas una vez al mes durante una hora para registrar todas las conversaciones y las interacciones verbales entre los padres y sus hijos. Las 42 familias representaron espectros amplios de raza y estado socioeconómico en los Estados Unidos. Lo que Hart y Risley descubrieron de su estudio pone el acento en dos factores, los tres primeros años de vida y el papel significativo que juegan los padres en el proceso de desarrollo del lenguaje de sus hijos. A continuación se presentan sus resultados que respaldan lo que se conoce desde hace cierto tiempo sobre el desarrollo del lenguaje:

1. Los padres son los primeros profesores de sus hijos en lo que se refiere a sus habilidades del habla, lenguaje y comunicación.

2. Los hijos siguen el modelo de sus padres en acción comunicativa y estilo.

3. Las relaciones sociales son fundamentales para el desarrollo de las habilidades de comunicación de sus hijos.

La habilidad del lenguaje requiere un contexto social con hablantes y oyentes intercambiando mensajes en forma activa para conseguir objetivos de comunicación específicos, como son el informar, comentar, preguntar, responder y persuadir. El estudio de Hart y Risley (1995) estableció los tipos de comunicaciones de los padres que son más útiles. Los hijos cuyos padres tenían estilos que eran más interactivos y motivadores progresaron más rápidamente que los hijos cuyos padres eran directivos y poco animadores.

No obstante, según algunos estudios, los niños con mayor destreza en el juego simbólico tienen un vocabulario más amplio y más posibilidades de combinar palabras (Johnston, 1994). Es deseable por tanto, que se aliente a los padres a participar activamente en los juegos con sus hijos con SD, hacerles saber que, como compañeros de juegos más expertos en el aspecto psicolingüístico, pueden favorecer la adquisición del lenguaje, para ello una buena medida puede ser que no se cansen de hacer preguntas a su hijo dentro del mismo desarrollo del juego (tales como: quién, qué cómo, por qué, cuándo, dónde, etc.). (Del Castillo, M, 2014).

Estrategias que pueden utilizar las familias para mejorar la comunicación con sus hijos

La investigación sobre el aprendizaje del lenguaje en niños con síndrome de Down ha demostrado que el aprendizaje del lenguaje ocurre en la niñez y continúa durante la adolescencia (Chapman, 1997). La investigación sobre el estilo de comunicación de las familias y sobre la frecuencia de la comunicación puede indicar por qué algunos niños con síndrome de Down aprenden el lenguaje más rápidamente que otros. Las familias cuyos hijos hacen buenos progresos en sus habilidades de lenguaje y de comunicación comparten las siguientes características:

1. Se seleccionan los niveles del lenguaje en función de la capacidad del hijo para entender el mensaje y no por su habilidad para producirlo.

En los niños con síndrome de Down, la comprensión del lenguaje estará claramente más avanzada que la producción de lenguaje en comparación con los ni ños normales. El lenguaje que es demasiado simple no motiva al niño a aprender vocabulario nuevo o a exponerle a nuevas estructuras gramaticales. Y el lenguaje demasiado complejo no será comprendido en absoluto. La emisión verbal ideal se compone de un 90% de palabras y estructuras gramaticales que conoce el niño y un 10% de nuevas palabras o estructuras gramaticales. Esta mezcla de palabras y sintaxis ya aprendidas con las nuevas permite al niño usar el contexto de la emisión verbal para darse cuenta de lo que se quiere decir mediante los nuevos elementos. Slobin (1973) formuló una serie de reglas que usan los niños con desarrollo normal para aprender su lenguaje. Una de las más importantes reglas fue que los adultos usaran nuevas formas (palabras) con viejas estructuras (gramática), o viejas formas (palabras) con nuevas estructuras (características gramaticales). Otra regla sugería que los niños aprenden mejor una cosa nueva de cada vez en lugar de adquirir varias simultáneamente. Estas reglas parecen particularmente apropiadas para ser utilizadas con niños con síndrome de Down.

2. Las familias tienen objetivos realistas en su comunicación con sus hijos.

En relación con los niños con síndrome de Down, hay una tendencia a olvidarse de los objetivos de comunicación que tienen los niños que están aprendiendo a hablar. Por el contrario, el acento se pone en que los niños adquieran nuevas palabras, hablen más claramente o usen emisiones más largas. La pregunta es, ¿por qué se pone la atención en estos cambios y no en el mensaje?, se puede comunicar mucho con emisiones de una sola palabra. Una simple palabra, pronunciada claramente, comunica más que una larga e ininteligible emisión. Las emisiones más largas o el vocabulario nuevo deben servir a las necesidades de comunicación del niño y no a las necesidades de los adultos con los que el niño se está comunicando a diario. Recuérdese que los niños normales aprenden lo que el entorno les presenta en relación con sus necesidades individuales de comunicación dentro de sus familias o de sus clases escolares.

3. Las familias esperan que todos sus hijos aprendan a leer

Las familias raramente se ponen a enseñar palabras nuevas, pero proporcionan mucha experiencia con el lenguaje mediante sus intercambios verbales diarios y mediante la lectura a la hora de acostarse. Los expertos en lectura han sugerido que un niño normal en familias de clase media está expuesto a varios miles de horas de lectura antes de ingresar en la

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