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Afectividad: identidad personal


Enviado por   •  9 de Octubre de 2013  •  Trabajo  •  1.363 Palabras (6 Páginas)  •  289 Visitas

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AFECTIVIDAD 1

IDENTIDAD PERSONAL

El proceso de convertirse en persona, es la tarea a la cual todos los seres humanos, hombres y mujeres, estamos enfrentados. Es en base a nuestras experiencias de vida que vamos forjando nuestra identidad personal, la que, en términos muy simples, se puede definir como “las ideas que tenemos acerca de cómo somos y cómo nos ve el mundo”.

En la construcción de nuestra identidad personal, podemos decir que es la adolescencia cuando surgen las primeras respuestas tentativas a la pregunta de ¿quién soy yo?, respuestas que vamos a estar revisando y actualizando por el resto de nuestras vidas. La identidad personal es un proceso que comienza a esbozarse en la infancia y se construye a lo largo de la vida.

En la infancia la actitud de nuestros padres y/o de los adultos significativos que nos rodean, juega un papel muy importante en cómo nos percibimos a nosotros mismos. Así, un niño que ha sido elogiado y estimulado y que siente el apoyo y aprobación de sus padres y otros adultos importantes para él/ella, va a tener mayores probabilidades de sentirse bien consigo mismo, de valorarse como persona y desarrollar confianza en su capacidad de tener éxito, que un niño(a) cuyo estilo de crianza se haya caracterizado por la crítica permanente y el castigo excesivo.

En el pasado, con mayor frecuencia que en la actualidad, la tendencia en la educación, tanto en la familia como en la escuela, solía acentuar más la corrección y castigo de lo negativo que el reforzamiento y promoción de los aspectos positivos de los niños. Dichos aspectos positivos no se destacaban por cuanto se consideraba que, al realizar bien lo que se esperaba de ellos, el niño sólo cumplía con su deber. Si un niño ha estado sometido a este tipo de educación, lo más probable es que aprenda a ver sólo los aspectos negativos de su personalidad (los defectos) y no va a ser fácil que descubra sus aspectos positivos (sus virtudes) y desarrolle confianza en sí mismo. Lo cierto es que los seres humanos tenemos virtudes y defectos, y aprendemos a vernos y a conocernos a través de los ojos de nuestros padres en primera instancia, y luego a través de nuestra interacción con las personas que nos rodean. Es indudable que todos, o casi todos, podemos recordar alguna experiencia de castigo como forma de sanción por no haber cumplido alguna norma: sin embargo, el ideal es que el castigo y la crítica constante no hayan sido la nota predominante que marcó nuestra infancia .

En la actualidad, la investigación es psicología señala que los seres humanos necesitamos del elogio sincero, de sentirnos queridos y aceptados por los demás para facilitar el desarrollo de la confianza en nosotros mismos.

Los padres juegan un rol importante como los primeros modelos de personas que tenemos. En gran medida los seres humanos aprendemos a desempeñar los roles de hombre, mujer, de esposa y esposo, de padre y madre, que configuran aspectos de lo que será nuestra identidad como adultos, a través de las experiencias con nuestros propios padres. Ellos nos sirven de modelos: Los niños aprenden muchas cosas por imitación y esto se ve muy claramente reflejado en los juegos infantiles, como, por ejemplo, jugar a ser el papá y la mamá.

En la infancia, por lo general, hay de parte de los niños una actitud de admiración hacia los padres; a los ojos de los hijos, los padres son “infalibles” y “perfectos”. Llegada la adolescencia, los padres adquieren para ellos características más humanas, y a veces, más que modelos, se convierten en “anti-modelos”. Así, no es raro oír decir a un adolescente que está molesto: “cuando yo tenga hijos, nunca me voy a comportar como mi papá (mamá)”.

Sin embargo, con respecto a esto último, no debe pensarse que la época de la adolescencia tiene que ser necesariamente conflictiva e ingrata para padres e hijos: si bien un mayor nivel de conflictos entre ellos, sólo una minoría de las familias con adolescentes experimentan un mercado deterioro de las relaciones padres-hijos 3. Muchos de los

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