Antropologo Inocente
Enviado por 678954321 • 19 de Mayo de 2013 • 3.146 Palabras (13 Páginas) • 560 Visitas
MÉTODOS Y TÉCNICAS
DE
INVESTIGACIÓN SOCIAL
“El Antropólogo Inocente” es un libro sencillo de leer y, para tratarse de un libro de investigación antropológica, también resulta ser un libro entretenido. Es una investigación antropológica en forma de novela, muy distinto de, por ejemplo, “Jóvenes en el barrio de Nazaret” (aunque en el caso este último se trata más bien de una investigación sociológica), donde tras exponer unos datos y testimonios los autores, un grupo de sociólogos daban una interpretación de los mismos en forma de conclusión.
Este libro nos cuenta de forma entretenida y con humor como el protagonista y autor mismo de la novela, Nigel Barley, “sobrevivió ” a su primera experiencia en el trabajo de campo en un poblado dowayo del Camerún.
El libro está estructurado por capítulos que siguen el orden de los acontecimientos, desde como toma la iniciativa de realizar un trabajo de campo, pasando por su experiencia con los dowayos y en general con las personas del África occidental, hasta su vuelta a Inglaterra. De esta manera es difícil perder el hilo de la historia.
Nigel Barley era profesor de antropología en la Universidad. En relación con el trabajo de campo sabía perfectamente la parte teórica, pero en la práctica todavía no había realizado nunca ninguno. Más tarde se daría cuenta de que en ocasiones la teoría no tiene en cuenta algunos aspectos que dificultan la puesta en practica de algunas investigaciones y que lo que en lugar del mundo puede funcionar con facilidad en otros no sirve.
La iniciativa de realizar un trabajo de campo la toma gracias a un análisis de su situación en relación con la antropología que realiza junto con un amigo. Tomada la decisión de hacer trabajo de campo llegaba la hora de decidir a donde iba a realizarlo. La gente de su entorno le aconsejaba que fuera a África, y finalmente se decidió por estudiar un pueblo olvidado de las montañas del Camerún, los dowayos. Ahora solo le faltaba conseguir dinero y una autorización para poder realizar la investigación, tarea que se alargaría durante dos años. Conseguir el dinero mediante una beca no le resultó difícil, en cambio obtener el permiso para la investigación fue más complicado. Fueron necesarias numerosas cartas al ministerio correspondiente del Camerún pidiéndoles autorización hasta que finalmente consiguió autorización para trasladarse a Yaoundé.
Conseguir el visado en la embajada de Camerún, al igual que conseguir cualquier otro documento ya en Camerún, era muy complicado y requería horas de espera en las administraciones, rellenando numerosos documentos por triplicado que con toda seguridad luego eran olvidados.
Según Nigel, una vez se llega a Camerún todo funciona muy lentamente, incluso el tiempo pasa muy despacio. También comenta que allí, en muchas ciudades de Camerún los blancos tienen preferencia para realizar muchas cosas. Tal vez esto sea porque muchos de los funcionarios que allí trabajan son franceses.
Nigel cuenta que pasó varios meses solo en rellenar documentos que debía entregar en las administraciones de diversas ciudades del Camerún. Esto además de ser una perdida de tiempo enorme, también resultaba caro. Las ciudades de Camerún, como por ejemplo la capital, Yaoundé, son ciudades donde el alojamiento es muy caro, y si a esto le sumamos los desplazamientos de ciudad en ciudad buscando la documentación necesaria aún resulta más caro. Resumiendo, el tiempo transcurría despacio y el dinero desaparecía sin dificultad.
La primera noche en Camerún Nigel la pasa en Douala; luego pasó tres semanas en Yaoundé, donde realizó los tramites necesarios para permanecer en el país sin problemas y aprovechó para visitar la ciudad; después se dirigió en tren a N’gaoundéré, a la misión católica donde hizo amistad con unos misioneros americanos y otros franceses. Fue aquí y gracias a la misión donde consiguió un vehículo. Su siguiente lugar de destino fue Poli, donde le esperaba la misión protestante, que era una filial de la misión de N’gaoundéré. En Poli también se encontró con problemas burocráticos y tuvo que desplazarse otra vez en busca de documentación a Garoua porque no le permitían quedarse en Poli.
Una vez ya en Poli con toda la documentación necesaria en sus manos y a la espera de que le fuera enviado más dinero, se dedica a buscar un ayudante que le sirviera como traductor y, finalmente da con Matthieu. Una vez realizado todo esto se puso en marcha hacia la población que había elegido para su estudio. Era una aldea, Kongle, situada a unos catorce kilómetros de Poli. Había dos clases de dowayos: los de las montañas, que eran más salvajes, y los del llano. En este caso Kongle era una aldea de dowayos de las montañas situada en el llano.
Al llegar a Kongle es bien recibido por los habitantes de la aldea. Una mujer sale a recibirle y se arrodilla a sus pies y a continuación un niño le ofrece asiento en una silla plegable, cosa que entre los dowayos era todo un lujo (solo habían dos sillas en toda la aldea) Nigel era considerado por los habitantes de Kongle como alguien superior al de ellos. Los dowayos piensan que si un hombre blanco pasa mucho tiempo en el país dowayo es porque es un brujo que, después de muerto, se ha reencarnado en un hombre blanco.
También conoció al jefe de la aldea, Zuuldibo, con quien, con el tiempo, establecería una buena amistad. Zuuldibo era un hombre más bien obeso y de unos cuarenta años más o menos, y también un hombre al que no le gustaban aquellos dowayos que renegaban de su cultura.
Cuando Zuuldibo llegó a la aldea Nigel le hizo saber que le gustaría quedarse a vivir en el poblado durante un tiempo y que había recorrido una larga distancia para ir a conocerlos. Los dowayos aceptaron. Acordaron que volviera a cabo de una semana y que tendría alojamiento para él y para Matthieu. Así que regresó a la misión protestante de Poli. Fue en este viaje donde contrajo malaria por primera vez, pero logró recuperarse y por fin pudo establecerse en su aldea dowaya. La casa que les habían prestado era una choza bastante grande y muy cercana a la del jefe de la aldea, Zuuldibo.
A partir de ese momento ya podía ponerse en marcha para realizar se trabajo de campo, aunque no iba a ser tarea fácil. En primer lugar por la lengua de los dowayos, que es una lengua derivada de la fulani. El simple cambio de tono de una palabra puede cambiar por completo el significado de la misma, cosa que en principio resulta molesta a los dowayos. Por ejemplo, en una ocasión dijo: “...tengo
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