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Análisis del psicoanálisis según Freud


Enviado por   •  25 de Marzo de 2013  •  2.557 Palabras (11 Páginas)  •  668 Visitas

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Análisis del psicoanálisis según Freud

INTRODUCCIÓN

Sigmund Freud es considerado "el padre del psicoanálisis". Freud fue un médico que se dedicó a estudiar sistemática y activamente el área de la neurología. Se intereso por estudiar una patología muy frecuente en su tiempo: La histeria. Comenzando con técnicas hipnóticas a tratar de aliviar la sintomatología de quienes padecen de este mal, y en su camino, descubre un método terapéutico.

Freud inicialmente va a describir minuciosamente una técnica, un procedimiento, que históricamente conocemos como psicoanálisis. El cual es inicialmente un instrumento para tratar personas que padecen de la patología antes mencionada. Si bien en sus inicios se aboca exclusivamente a la cura de las parálisis histéricas (sufridas en una gran mayoría por el sexo femenino), luego abarca otro tipo de neurosis, como la paranoia, la neurosis obsesiva o las fobias.

Freud consideraba que los trastornos relacionados con la ansiedad están moldeados por conflictos que surgen durante los primeros años de la niñez. Se reprimen los recursos de los antagonismos sin que se resuelvan. Ya que las dificultades permanecen inconscientes, no pueden explorarse ni resolverse. Sin embargo, las personas tienen una vaga conciencia de sus problemas anteriores y se sienten frustradas. Para enfrentar las situaciones, utilizan maniobras protectoras autoengañantes como lo son los mecanismos de defensa. (Davidoff, 1989)

En general se dice que la meta básica del psicoanálisis consiste en hacer “consiente lo inconsciente”, deshacer las defensas insatisfactorias y, a través de la “regresión terapéutica”, volver a experimentar los sentimientos y deseos reprimidos que se frustraron en al infancia, dentro de un contexto seguro, y expresarlos, como un adulto de una manera más apropiada, “con un nuevo final” (Gross, 1994).

En el psicoanálisis, es posible distinguir tres niveles:

A) Un método de investigación que consiste esencialmente en evidenciar la significación inconsciente de las palabras, actos.

Las tres instancias de la p ersonalidad:

El psicoanálisis es creación del vienés Sigmund Freud. Fue elaborado como un procedimiento para el diagnóstico y tratamiento de ciertas neurosis, es decir, surgió de la observación y la experimentación directa sobre seres humanos. El psicoanálisis es, por lo pronto, un método, pero también una doctrina relativa al funcionamiento de la mente. Tanto en el método como en la doctrina se describen tres instancias fundamentales en que se divide la psique:

El Yo (Ego). Es la parte consciente que dirige la conducta y sirve de puente entre las necesidades del organismo y el mundo real. A nivel interno establece el orden de preferencias entre las exigencias del Ello y del Superyo para que no entren en conflicto.

El Superyo (Superego). Es la parte moral: ideales, normas y reglas establecidas por la sociedad y asumidas por el individuo, representa a la propia sociedad dentro del individuo. También puede identificarse con el Yo ideal, el que desearíamos ser y no somos. El Superyo es el que nos castiga y nos premia siguiendo nuestras propias convicciones, es decir, nuestro amor propio. Suele proyectarse sobre la idea de un dios o dioses por encima del hombre.

El Ello (Id). Es la parte más desconocida de nosotros mismos. Los deseos, pensamientos y sentimientos más profundos de los que ni siquiera tenemos noticia de que existan. Un almacén de recuerdos olvidados, emociones y traumas reprimidos o no reconocidos. Actúa de un modo instintivo, es decir inconsciente y automáticamente. Se trata de instintos básicos como la búsqueda del placer (la Libido) o la agresividad que buscan la satisfacción inmediata y a su vez dan pie a impulsos altamente elaborados que crean necesidades más concretas, tan arraigados que parecen instintivos como un comportamiento que ha sido intensamente aprendido durante mucho tiempo y llega a parecer natural y automático. Por debajo de éstos instintos e impulsos sólo quedan los actos reflejos puramente biológicos como el hambre, la sed, el sueño, la digestión, los latidos del corazón, etc. localizados en la parte más primitiva del cerebro.

A modo de síntesis podríamos ilustrar el organismo humano como un carruaje. El Yo es el que lleva las riendas, el Superyo el guía sentado junto a él, que le indica por donde tiene que ir y el Ello es el tiro de caballos que arrastra todo lo demás. ¿Qué ocurriría si el cochero y el guía no se ponen de acuerdo sobre la ruta a seguir? Sin duda malograrían el viaje, el conductor es quien dice la última palabra, pero el guía enfadado no dejaría de incordiar e incluso amenazar. ¿Y si el conductor maltrata a los caballos, no les da de comer o les lleva por un camino pedregoso? Seguramente acabarían abocados al desastre, perdería el control sobre los caballos o quedarían tirados en medio del camino. Otra forma de ilustrarlo sería utilizando el análisis transaccional, inspirado en el psicoanálisis: el Superyo representa a la figura del padre, nuestra parte crítica y protectora; el Yo el adulto racional y responsable; y el Ello el niño espontáneo y natural que todos llevamos dentro.Las tres instancias de la personalidad.

El inconsiente:

Freud estimó que no existen actos de ninguna clase, incluyendo actos verbales y sueños, que no tengan una causa. Supone que los actos que el hombre ejecuta, las ideas que tiene, las palabras que dice, etc, son explicables en virtud de motivos bien determinados, o en todo caso determinables. Sabemos que muchas veces no se dice lo que se había querido decir o hacer o se tienen sueños "inexplicables" o "extraños". Se sabe que a veces se producen inhibiciones, se experimentan miedos, angustias, se tienen sentimientos de culpabilidad, etc. Freud trató de dar cuenta y razón de todo ello a base de un mecanismo constituido por fuerzas y actitudes de tal índole, que mucho de lo que estaba presente remitía algo que estaba ausente y que en principio era además inescrutable. La principal noción aportada al efecto fue una serie de entidades mentales llamadas inconscientes. Las cuales se distinguen de las conscientes y de aquellas que no son conscientes, pero pueden hacerse conscientes a voluntad (preconscientes). Característico del inconsciente freudiano es servir de refugio de deseos y sentimientos que el individuo, inconscientemente, rehúsa manifestar. Lo que uno sabe acerca de sí mismo apenas tiene importancia, pues las verdaderas fuerzas que mueven las acciones humanas se ocultan bajo la superficie.

Vivimos en una sociedad poco natural en la cual existen presiones de toda clase encaminadas a modular al individuo según ciertos criterios. Para amoldarse a estos criterios el individuo tiene que

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