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Autismo, Integración sensorial, Terapia


Enviado por   •  20 de Junio de 2013  •  Informe  •  1.750 Palabras (7 Páginas)  •  494 Visitas

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Algunas respuestas a las conductas en personas con autismo. Cómo detectarlas y tratarlas

Enviado por Daniel Comin on 3 noviembre, 2011.

Guardado en Salud, Técnicas, Tratamientos

Tags: Autismo, Integración sensorial, Terapia

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Clic sobre la imagen para ampliar – Obras de arte originales © 2004 Melissa Zacherl

Muchas veces vestir al niño es toda una odisea, le ponemos una camiseta y él se la quita a toda velocidad. Otras veces son los zapatos, o son anchos, o estrechos, o suaves o duros, o lo que sea, sencillamente se los quitan, o no quieren andar. O cuando queremos abrazarlos para besarlos, sencillamente nos apartan con cara de desagrado. A veces un sonido como el de una aspiradora, o la sirena de una ambulancia o cualquier otro sonido, hacen que el niño se tape los oídos y a veces salga despavorido. A veces comen cosas como tierra (no siendo esto el famoso pica). Otras veces presentan berrinches o Tantrums descomunales (sobre los cuales hablaremos en un próximo artículo) y sin sentido aparente, berrinches que pueden duran muuuucho. La comida puede ser otro gran problema, o está fría, o caliente, o dura, o áspera o lo que sea; comer es siempre todo un problema. A veces, en una situación aparentemente normal y tranquila, el niño sale huyendo, con el peligro que esto conlleva en una sociedad moderna. Si su hijo presenta alguna de estas conductas, quizá tenga un Trastorno del Procesamiento Sensorial (TPS).

El Trastorno del Procesamiento Sensorial (Sensory Processing Disorder – SPD) a día de hoy se estima que afecta aproximadamente al 3% de los niños. Suele presentarse como una comorbilidad muy común en los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA), Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) y otros trastornos del neurodesarrollo. Aunque se presume que el impacto en niños con autismo es muy elevado. Según un estudio del 2009 (Ver el mismo en Anexos) se constató que uno de cada 6 niños presenta este tipo de problemas. Aunque los datos actualizados sobre TEA están disparando esta cifra, variando del 70 al 40%, pero lamentablemente este aspecto no está suficientemente bien documentado a día de hoy.

¡Me quito la ropa y me voy al agua! ¡Adoro el agua! Sin importarles el lugar se lanzan al agua donde pueden permanecer horas

Este trastorno explica muchas de las conductas de los niños con autismo, conductas a priori inexplicables y que pueden ser toda una tortura, tanto para el niño como para quienes “sufren” sus rabietas o conductas impropias. Además, existe la teoría de que este problema está directamente relacionado con las conductas de “escapismo” de los niños con autismo. Sobre este punto ya informamos en el artículo “Informe preliminar sobre el peligro de escaparse de los niños con autismo”. Y relacionado con esto aparece el agua. El agua ejerce cierto efecto de fascinación en muchos niños con autismo. Se cree que esta fascinación por el agua está relacionada por los reflejos , movimientos y sonidos que esta produce, siguen patrones que resultan relajantes. Otra es el efecto sensorial que el agua produce. De ahí que muchos Terapeutas Ocupacionales lleven a sus alumnos a la piscina para hacer terapia, ya que en el agua suelen estar mucho más calmados y tranquilos. Ese efecto envolvente del agua parece producir un efecto muy relajante. Pero a su vez puede resultar muy peligrosa, se han dado ya muchos casos de muerte por ahogamiento. Es importante que nuestros niños aprendan a nadar o flotar lo antes posible.

Veamos este ejemplo de como un bebé vestido y ante un “descuido” acaba en la piscina y cómo este bebé es capaz de flotar. Evidentemente esta es una situación controlada y supervisada en todo momento, este vídeo se ha realizado para mostrar el peligro.

Otras conductas frecuentes y relacionadas con el mismo tema son la realización de sonidos guturales, estos presentan una frecuencia monotonal, realizándolos de forma reiterativa. Suelen acompañar este tipo de sonidos con aleteo de manos, caminando de puntillas o con los típicos balanceos. Es también frecuente el uso de cordeles o bolsas de plástico, los cuales agitan de forma sistemática, pudiendo pasar largos períodos de tiempo con este tipo de acciones. Ese movimiento repetitivo y controlado por ellos los lleva a un ensimismamiento total.

También es muy frecuente la hipersensibilidad a determinados sonidos, tal y como apuntábamos al principio del artículo, la sirena o timbre del colegio puede ser algo terrible para estos niños. Es frecuente ver como se golpean las orejas o se las tapan con las manos mientras muestran una cara de gran desagrado. Es destacable también la torpeza en muchos niños, dado que al no tener un buen sentido del equilibrio se caen con mucha facilidad.

Otro de los aspectos relevantes sobre el problema sensorial en el autismo se puede apreciar en los balanceos que el niño realiza de forma sistemática y que le producen cierta calma. Cuando el niño se excita, suele sentarse frente a una pared e iniciar un balanceo sin motivo aparente. Este balanceo puede ser usado por el niño como un sistema de evasión y relajación. De hecho, los Terapeutas Ocupacionales, en la terapia de integración sensorial usan el movimiento y balanceo del niño como un medio de calmarlo y aprovechar para darle otro tipo de terapia. Cuando el niño está calmado y receptivo es mucho más sencillo el poder trabajar con él, consiguiendo de esta forma dos objetivos al mismo tiempo, regular sus problemas sensoriales y trabajar la terapia. Otro ejemplo sobre este aspecto se puede ver en la película sobre la vida de Temple Grandin, donde ella fabrica una especie de

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