Autoestima, Talento Y Responsabilidad.

Autoestima, talento y Auto-responsabilidad.

¿Cómo se relacionan?

La autoestima es muy importante para el ser humano ya que es el amor y respeto que se tiene uno mismo. Considero que si no nos valoramos ni nos queremos primero nosotros no podemos querer a alguien más, muchos menos, tomaremos las mejores decisiones respecto a nuestra vida.

Una buena autoestima desarrolla una persona segura, capaz y estable emocionalmente, pero en caso contrario genera total vulnerabilidad y un bloqueo mental, Ejemplo; cualquiera puede decirte que no vales nada y te lo vas a creer por qué es lo que tú piensas, en realidad no es así, tienes que saber que eres alguien valioso y que puedes desarrollar todas tus habilidades si tú te lo propones. Tienes que creer en ti.

En la vida cotidiana existen cientos y cientos de personas con grandes capacidades pero no se atreven a intentarlo, permanecen paralizados en su interior creyendo simplemente que “No saldrá bien”, “Se reirán de mí”, asustados, como consecuencia de las inseguridades que genera la baja autoestima.

Todos los seres humanos tenemos la capacidad de desarrollar uno o varios talentos pero depende de cada cual el querer hacerlo, ¿Qué es talento?.

Según la definición científica, “el talento es la capacidad para desempeñar o ejercer una actividad. Se puede considerar como un potencial. Hay talentos para todo como personas en el mundo, unos son buenos para las matemáticas otros para la música y otros encuentran la felicidad en mantener un contacto intimo con la naturaleza, lo más importante es poderlos detectar, desarrollarlos y encaminarlos por el sendero del éxito.

Esto nos lleva al siguiente punto, otro grave error. Dedicarnos a un oficio que no está alineado con nuestros potenciales y lo que nos pide nuestro ser interno, causando infelicidad, ansiedad y angustia. Provoca una especie de crisis interior que afecta fuertemente nuestra autoestima ya que hemos decidido hacer algo que no nos fluye de manera natural, y nos exigimos, nos afectan mucho las críticas y opiniones de otros, creemos que no seremos capaces de cumplir.

Cuando vivas esta crisis es que ha llegado el momento de tomar una decisión. La respuesta está en nuestro interior, en nuestros talentos. Es el momento del cambio, pero antes hay que descubrir cuál es nuestro sueño que está dormido, anestesiado. Hay que preguntarse ¿que realmente queremos? y ya no lo que quieren otros de nosotros en la vida.

La sensación es difícil, es como estar frente a una página en blanco y en ese doloroso vacío hay que escribir lo que vamos a hacer, lo cual puede ser en un empleo o emprendiendo lo que quieras.

La falta de autoestima, además, suele conducir a un círculo vicioso de actitudes mentales negativas. Puede comenzar pensando, por ejemplo, que no seremos capaces de alcanzar una meta propuesta, porque tiene la impresión de que rara vez logra lo que se propone. Se encamina hacia ella sin entusiasmo, con más miedo al fracaso que afán de lograr el éxito.

Cuando la persona aprende a respetarse a sí misma, y a no compararse dañosa e inútilmente con los demás, tiene entonces mayor facilidad para tomar conciencia de su propia dignidad. Es decisivo comprender que cada ser humano posee unas virtualidades propias que sólo él mismo con la ayuda que sea necesaria puede llegar a hacer rendir, proponiéndose proyectos y metas a las que se siente llamado y que llenarán de contenido su existencia.

Un chico o una chica inteligente deben sacar partido a su inteligencia y dejar de lamentarse de no lograr triunfar en los deportes, en las relaciones públicas y en el arte a la vez. Y un chico o una chica un poco feos o no muy listos, difícilmente llegarán a ser muy guapos o muy inteligentes, pero pueden ser simpáticos, agradables, buenos profesionales y hombres o mujeres excelentes. ¿Se entiende? Lo mejor es ser el que somos y procurar ser cada día un poco mejor.

Es importante resaltar que el aumento de la autoestima no debe llevar, bajo ningún concepto, un modelo de personalidad narcisista.

Para muchas personas la humildad y la autoestima parecen valores difíciles de conciliar, quizá porque en su interior piensan que es algo tan simple como tener una mala opinión acerca de los propios valores y talentos. Pero la verdadera humildad no es eso, ni es tampoco una absurda simulación de falta de cualidades, al contrario no puede violentar la verdad, no está en exaltarse ni en infravalorarse, sino que va unida al conocimiento propio, a la sinceridad, la sencillez y la naturalidad.

Entonces, para triunfar en la vida primero tenemos que ganar la batalla en nuestro interior, subir nuestra autoestima convenciéndonos de que ¡SI PODEMOS!, luego

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