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CCH Y LA LIBERTAD


Enviado por   •  16 de Febrero de 2016  •  Ensayo  •  1.035 Palabras (5 Páginas)  •  322 Visitas

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LA LIBERTAD EN EL CCH, DEL DISCURSO A LA PRÁCTICA COTIDIANA.

Una breve reflexión

MARCO ANTONIO GONZÁLEZ VILLA

Una telaraña de sentidos

Es un concepto complicado, indudablemente polisémico, que tenderá a ser definido en función del lugar desde que se enuncie y desde el rol que se ocupe en lo social al momento de evocarlo, adquiere por tanto una significación particular en función de los propios referentes, pero sobre todo, de las experiencias que se han tenido en su vivencia...o bien su búsqueda.

Los caminos entonces de la libertad, así como las significaciones en torno a ella siguen diferentes caminos y cursos. Miguel Ríos, por ejemplo, en su canción El ojo del huracán nos señaló que la calle es para los internados en instituciones un signo de la libertad. William Wallace nos mostró que se puede morir luchando por su búsqueda. “La libertad se ejerce, no se negocia” dijo alguna vez Guillermo Briseño, al hacer referencia a la falta de autonomía que tienen los pueblos Indígenas del país y que se puso en el centro de la discusión social posterior al levantamiento armado en Chiapas hace ya dos décadas. ¿Alguien no ha escuchado o leído las palabras “...la verdad os hará libres”? Independientemente del trasfondo teológico de la frase de Jesús, se implica que la libertad no se tiene o se vive de forma permanente, es un algo que se debe alcanzar ya sea por la argumentación, la fe, la lucha o por la decisión.

Sin embargo, en lo cotidiano de manera común encontramos en el discurso de las personas la idea de que no se es libre y se adjudica tal desventura a una persona concreta, al destino, a una clase, a una causa, a Dios, la vida misma, o a alguna otra figura que sea significativa o protagonista. Surge aquí entonces una duda inquietante ¿por qué prefieren las personas asumir que no son libres?. Erich Fromm, psicoanalista, ofrece una respuesta que evidencia una paradoja: pese a que la buscamos de forma constante, tenemos miedo a la libertad. Este miedo proviene de la necesidad de no hacernos responsables de nuestras decisiones y por ende de nuestras acciones, teniendo de esta manera la posibilidad de poder culpar a los demás cuando algo salga o vaya mal en nuestras vidas, así de esta manera nunca se asumen los errores cometidos por la propia incapacidad o por las malas decisiones tomadas.

Lamentablemente para todos aquellos que  responsabilizan a los demás de sus infortunios Jean Paul Sartre les pone el dedo en la llaga y les dice de frente que estamos condenados a ser libres, cada uno tiene y sigue la vida que decide.

¿Miedo a la libertad? No en el CCH

En el CCH tenemos a dos figuras que suspiran, anhelan y detentan vivir la experiencia de la libertad. Por un lado tenemos al docente, quién espera cumplir el sueño íntimo de todo trabajador y en esta idea la libertad de cátedra se vuelve un orgullo y un estandarte que caracteriza a la UNAM, no sólo como discurso, sino también como práctica. Pero es definitivamente el adolescente quién más sueña, imagina y caracteriza a la libertad, generándole en la expectativa una suerte de emancipación de los padres y del modelo normativo de la etapa escolar previa,  que le permita acceder al placer, al goce, al cumplimiento de sus deseos y al disfrute de los placeres que la vida le ofrece. Ambos actores entonces son privilegiados sociales ya que en ellos la libertad es inherente a su vida en el día a día dentro de la UNAM.

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