Caso Cognitivo Conductual
Enviado por 782890 • 10 de Noviembre de 2014 • 3.158 Palabras (13 Páginas) • 313 Visitas
Agresividad
La palabra agresividad viene del latín "agredí" que significa "atacar". Implica que alguien está decidido a imponer su voluntad a otra persona u objeto incluso si ello significa que las consecuencias podrían causar daños físico o psíquico (Pearce, 1995).
Buss (1961), define a la agresividad como una respuesta consistente en proporcionar un estimulo nocivo a otro organismo.
Bandura (1973) dice que es una conducta perjudicial y destructiva que socialmente es definida como agresiva.
Patterson (1977) dice que la agresión es "un evento aversivo dispensando a las conductas de otra persona". Utiliza el término "coerción" para referirse al proceso por el que estos eventos aversivos controlan los intercambios diádicos.
Para Dollar, Miller, Mowrer y Sear (1939) es una conducta cuyo objetivo es dañar a una persona o aun objeto.
Revisando las diferentes definiciones podemos concluir que la agresividad es cualquier forma de conducta que pretende causar daño físico o psicológico a alguien u objeto, ya sea este animado o inanimado.
Conducta agresiva
Las conductas agresivas son conductas intencionadas, que pueden causar daño ya sea físico o psíquico. Conductas como pegar a otros, burlarse de ellos, ofenderlos tener rabietas o utilizar palabras inadecuadas para llamar a los demás
Síntomas
1) Accesos de cólera.
2) Actos de desobediencia ante la autoridad y las normas del hogar.
3) Amenazas verbales.
4) Daños a cosas materiales.
5) Deterioros en la actividad social y académica por episodios de rabias.
6) Discusiones con los hermanos, con los padres y otros integrantes de la familia.
7) Gritos.
8) Molestar a otros integrantes de la familia.
9) Mostrarse iracundo o resentido.
10) Pleitos.
2) Altamente impulsivos.
• Relativamente refractarios a los efectos de la experiencia para modificar su conducta problema.
• Carencia de habilidad para demorar la gratificación.
• Baja tolerancia a las frustraciones.
CAUSAS
Uno de los factores que influyen en la emisión de la conducta agresiva es el factor sociocultural del individuo. Uno de los elementos más importantes del ámbito sociocultural del niño es la familia. Dentro de la familia, además de los modelos y refuerzos, es responsable de la conducta agresiva el tipo de disciplina a que se les someta. Se ha demostrado que tanto un padre poco exigente como uno con actitudes hostiles que desaprueba constantemente al niño, fomentan el comportamiento agresivo en los niños.
Otro factor familiar influyente en la agresividad en los hijos es la incongruencia en el comportamiento de los padres. Incongruencia se da cuando los padres desaprueban la agresión castigándola con su propia agresión física o amenazante hacia el niño. Asimismo se da incongruencia cuando una misma conducta unas veces es castigada y otra ignorada, o bien, cuando el padre regaña al niño pero la madre no lo hace.
Las relaciones deterioradas entre los propios padres provocan tensiones que pueden inducir al niño a comportarse de forma agresiva.
Dentro del factor sociocultural influirían tanto el tipo de barrio donde se viva como expresiones que fomenten la agresividad "no seas un cobarde".
En el comportamiento agresivo también influyen los factores orgánicos que incluyen factores tipo hormonales, mecanismos cerebrales, estados de mala nutrición, problemas de salud específicos. Finalmente cabe mencionar también el déficit en habilidades sociales necesarias para afrontar aquellas situaciones que nos resultan frustrantes. Parece que la ausencia de estrategias verbales para afrontar el estrés a menudo conduce a la agresión (Bandura, 1973
Consecuencias.
El tener un comportamiento agresivo hace con que el niño tenga complicaciones y dificultades en las relaciones sociales.
Impide a una correcta integración en cualquier ambiente.
Normalmente, cuando un niño sostiene una conducta agresiva es porque reacciona ante un conflicto.
Problemas de relación social con otros niños o con los mayores por no conseguir satisfacer sus propios deseos; problemas con los mayores por no querer seguir las órdenes que éstos le imponen; y problemas con adultos cuándo les castigan por no haberse comportado bien, o con otro niño cuando éste le ataca.
Con estos conflictos, los niños se sienten frustrados y construyen una emoción negativa a la cual reaccionará de una forma agresiva o no, dependiendo de sus experiencias y modelos.
El niño puede aprender a comportarse de forma agresiva porque lo imita de los padres, otros adultos o compañeros.
Tratamiento del comportamiento agresivo
Tratar la conducta agresiva no implica simplemente su reducción o eliminación, sino que también es necesario fortalecer comportamientos alternativos a la agresión. Por lo tanto hablar de cómo tratar la agresión, resulta imprescindible hablar también de cómo incrementar comportamientos alternativos. Son varios los procedimientos con que se cuenta para ambos objetivos, entre ellos tenemos a:
Procedimientos para controlar antecedentes
Los antecedentes se refieren a factores de la situación inmediata que se produce antes de que el niño emita la conducta agresiva. Controlamos los antecedentes manipulando los estímulos ambientales que elicitan la conducta agresiva, así como aquellos que elicitan conductas alternativas. Algunas formas de manipulación de antecedentes son las siguientes:
Reducción de estímulos discriminativos
Se puede controlar los antecedentes eliminando la presencia de estímulos discriminativos. Por ejemplo en casa, no dejando por mucho tiempo solos a dos hermanos cuando suele ocurrir que uno de ellos suele agredir al otro.
Modelamiento de comportamiento no agresivo
Se puede facilitar la emisión de comportamientos alternativos a la agresión exponiendo al niño a modelos que tengan prestigio para el, manifestando conductas alternativas a la agresión. Y no solo mostrando esas conductas alternativas sino mostrando también como dicho comportamiento es recompensado
Reducir la exposición a modelos agresivos
Un procedimiento útil para reducir la frecuencia de emisiones agresivas consiste en que, especialmente, los padres y maestros no modelen este tipo de comportamiento. Así pues cuando intentamos regañar al niño por algo que ha hecho, intentaremos
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