Como Se Da La Infelicidad En El Adolescente Y Que Efecto Tiene En El Comportamiento.
Enviado por ghkknk • 7 de Marzo de 2014 • 1.473 Palabras (6 Páginas) • 1.201 Visitas
Guste o no, un niño no puede persistir para siempre en la etapa infantil. Cuando el desarrollo físico llega a determinado punto, se espera que el niño madure psicológicamente y deje la conducta infantil. Fabricar el cambio desde la infancia a la adultez es una tarea demasiado extensa para un lapso breve de tiempo. Por consiguiente, el niño debe contar con el tiempo para realizar el cambio. Esa es la función de la adolescencia. Estos cambios de comportamiento son importantes y acompañan las rápidas alteraciones físicas propias de la adolescencia. A medida que el desarrollo corporal va siendo más pausado, en la adolescencia final, las reformas de la conducta también se hacen más lentas.
Para los adolescentes todos estos cambios no son superficiales. Los cambios iniciales les preocupan y a veces les asustan. Ellos necesitan que se les explique que les está sucediendo. Muchas veces se sienten culpables por los cambios que experimentan, por falta de una información básica. Y, como ya hemos distinguido, es necesario dar una información adecuada: se trata de prevenir no de avanzar experiencias. Los constantes cambios físicos y psicológicos muchas veces no son entendidos por el adolescente. Esto se muestra claramente en una constante insatisfacción, en un no entender se propio mundo interior y no sentir como propio el mundo externo que le rodea.
En términos conceptuales se conoce a la infelicidad como: la sensación que posee una persona al no tener lo que desea, lo que lo completa y hace feliz. Según el diccionario de la lengua española: desgracia y/o suerte adversa. De manera que la felicidad será el estado de satisfacción y bienestar que experimenta el sujeto. El mundo interno del adolescente está bien descrito por ser de exuberantes conflictos en el escenarios familiar (padres, hermanos, demás), y social (grupo de amigos al que se pertenece, adquisiciones de ideologías políticas e ideales morales, acercamientos heterosexuales, en otros casos homosexuales, etc.); conflictos originarios del idealismo, fracasos en las relaciones, sentimientos de insuficiencias, fracaso en la satisfacción de necesidades, dificultad de adaptabilidad a los cambios fisiológicos, a las normas sociales, al nuevo rol, dando como resultados, ansiedad, indecisión, ofuscación, aturdimiento, inestabilidad emocional, hasta llegar al punto de la infelicidad. Esencialmente todo tipo de perturbación se origina en la oposición: deseos propios vs requerimientos/presiones sociales y familiares. En la mayoría de los casos deseos ego-centristas, de tal manera que el no poder llevar a cabo sus objetivos aspiraciones, o voluntad, establece el estado de “infelicidad”, pues reina la lucha interna entre “lo que deseo yo como persona tratada, además de juzgada como adulta y, las exigencias de madurez de mi entorno, aunque limiten mi accionar, pues aún no se es adulto”, por consiguiente impera una sensación de no disfrutar de bienestar.
Por otro lado no se puede hablar del constructo infelicidad como un estado constante e inevitable en los adolescentes, si no como un faz que surge de las ausencia de las pretensiones y pedidos, teniendo en cuenta que la naturaleza de este es altamente ego-centrista (centrarse en sí mismo, percepción de la realidad distorsionada) y que tiende a desear la satisfacción y gratificación inmediata; vive pues en un soñar despierto. Así que se puede hallar teóricamente el origen de tal infelicidad en las características del egocentrismo que propone David Elkind: audiencia imaginaria: “alguien me ve todo el tiempo”; fabula personal: “nadie tiene problemas como los míos”; hipocresía “puedo hacer unas cosas, pero no otras”, pseudo-estupidez, en donde carece de la capacidad para fijar prioridades; seguramente las razones de estas insatisfacciones que producen desdicha, varían en los adolescentes de acuerdo al sexo, motivaciones, influencias del ambiente, presiones sociales y demanda de los padres. Sin embargo hay que tener en cuenta que en ocasiones la infelicidad es fruto de circunstancias que la ameritan, como el abandono afectivo, o el ser receptor y víctima de influencias negativas del ambiente. Como todo fenómeno, la infelicidad genera efectos; como lo escribió F. Philip Rice (1999), en su libro “adolescencia, desarrollo, relaciones y cultura”, el pensamiento en el adolescente ejerce un efecto sobre la personalidad y la conducta. De modo que la idea: “soy infeliz”, lo lleva a investigar sobre una posible salida a esa sensación desagradable; es así como las investigaciones demuestran que pretenden aliviar sus problemas personales a través del consumo de drogas y alcohol, buscando estimulación positiva, o evitación de estímulos aversivos. Igualmente la infelicidad produce desorden en la conducta, reflejados en cambios de humor, actos impulsivos, lenguaje imprudente, disminución de la concentración; desempeño deficiente en actividades
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