Consecuencias Del Divorcio
Enviado por • 3 de Diciembre de 2012 • 1.911 Palabras (8 Páginas) • 480 Visitas
CUANDO UNO DE LOS PADRES FORMA UNA NUEVA FAMILIA
Esta nueva situación les genera a los hijos sentimientos de doble pertenencia. Un hijo de un primer matrimonio no se siente un miembro pleno de una nueva familia, sino más bien una visita frecuente. Suelen sentirse inseguros en cuanto a si realmente tienen un lugar que les pertenezca. Carecen de un papel definido en la nueva familia, pueden haber diferencias con la nueva pareja o dificultades para adaptarse a las costumbres de la nueva familia. También sienten una pérdida de intimidad con el padre que se ha vuelto a casar. Todo esto les genera confusión, celos y nuevas angustias, que pueden traducirse en conductas conflictivas agresivas o de retraimiento.
CONSECUENCIAS Y EFECTOS EN EL DESARROLLO EVOLUTIVO
El divorcio de los padres transforma completamente la vida de sus hijos, y esta transformación se produce con un gran dolor: pierden la intimidad cotidiana con uno de sus padres, se altera su orden familiar y se sienten básicamente abandonados.
Los impactos pueden ser muy diferentes, según el sexo y la edad de los hijos en que se produce la separación, pero también existen elementos en común en la experiencia de todos los hijos que han atravesado esta crisis.
La información que se refiere en el presente trabajo surge en su mayoría de la investigación mas extensa que se ha realizado sobre divorcio. A lo largo de quince años se chequearon sesenta familias divorciadas, que tenían hijos de dos a dieciocho años al momento de la separación, que pertenecían a una franja poblacional considerada psicológicamente normal, y que no sufrían ningún modo de marginación social. Para los niños que participaron del estudio, la separación de sus padres constituía la crisis más importante de sus vidas.
EFECTOS GENERALES
Todos los hijos que participaron de este estudio establecieron a lo largo de los años alguna vinculación entre la experiencia de crecer en el seno de una familia divorciada y sus experiencias actuales.
La experiencia del divorcio agrega elementos a la identidad, modificándola. Los hijos de familias divorciadas comparten actitudes, sentimientos e ilusiones, y se consideran miembros de un grupo humano especial. El hecho de ser hijos de padres divorciados les otorga una identidad fija, que los define y que afecta profundamente sus relaciones presentes y futuras.
Sienten que el proceso de crecimiento es más difícil, y necesariamente lo es, porque el divorcio agrega tareas.
En ellos persisten, a lo largo de los años, sentimientos de pérdida, tristeza y ansiedad. Se sienten menos protegidos, menos cuidados y consolados.
Comparten valores más conservadores que los de sus propios padres respecto al matrimonio: desean un matrimonio estable, comprometido, un amor romántico, duradero y leal, pero con la sensación de que hay pocas probabilidades. Creen que es necesario evitar los matrimonios impulsivos, y que la convivencia previa es buena. Ansían establecer relaciones perdurables, y les preocupa no poder hacerlo.
Los efectos a largo plazo se originan por los cambios producidos en sus actitudes y en su autoimagen .La crisis del divorcio determina la cosmovisión de los hijos que crecen en ella, respecto a sus relaciones y expectativas. Aunque más difíciles de percibir que los cambio de conducta, estos cambio de actitud son a largo plazo más importantes para el individuo y la sociedad.
LAS DIFERENCIAS EVOLUTIVAS .
La edad de los hijos al momento de la separación marca importantes diferencias en relación al impacto que produce en ellos. Pueden distinguirse tres categorías siguiendo un criterio evolutivo: pre-escolares, escolares y adolescentes.
PRE-ESCOLARES
• La total dependencia física y psíquica de sus padres, hace más fuerte el temor al abandono.
• Las limitaciones de su capacidad de comprensión, imprimen características particulares a su experiencia. Su razonamiento lógico depende de su experiencia, y sus nociones de tiempo, distancia y relación causa-efecto no están aún plenamente desarrolladas. Conforme a sus posibilidades intelectuales, pueden pensar que si un padre ha desaparecido, el otro también puede desaparecer fácilmente. Cuando son muy pequeños, de nada sirve decirles que papá vendrá el próximo lunes, porque no alcanzan a entenderlo, sólo saben que papá no está. Del mismo modo, cuando van a la casa del padre no conviviente, no están seguros, como Hansel y Gretel, de poder encontrar el camino de vuelta.
• Dada su dependencia, sus temores, su comprensión limitada de los acontecimientos familiares y su incapacidad para tranquilizarse a sí mismos, pueden reaccionar mal ante el divorcio.
• Es posible que presenten las siguientes conductas:
0 a 12 meses: caprichos, irritabilidad, tristeza o insensibilidad, que constituyen respuestas al estrés y la depresión maternas.
1 a 2 años: llanto exacerbado, dificultades para estar lejos de la madre aunque sea por un momento, porque la necesitan cerca para sentirse seguros, el uso de sustitutos maternos ( frazadas, muñecos de peluche, etc.), dificultades para irse a dormir o permanecer dormidos.
3 a 5 años: reincidencia en viejos hábitos (chupete, enuresis, etc), posesividad y orden excesivo, comportamiento excesivamente bueno, excesiva agresividad.
ESCOLARES
• Los niños de 6 a 8 años tienen grandes dificultades para adaptarse a los cambios que implica el divorcio:
• No pueden concentrarse en la escuela, agreden a sus pares y/o se aislan. El cincuenta por ciento de los niños que participaron del estudio mostraron un descenso significativo en su rendimiento escolar.
• Prevalecen en ellos las sensaciones de pérdida, rechazo y culpa, y es la edad en la que se han observado con mayor frecuencia e intensidad conflictos de lealtades respecto a sus padres.
• Les preocupa mucho perder al padre no conviviente y ser reemplazados.
• Aprovechan la competencia de los padres por su afecto y lealtad, e instrumentan conductas manipulativas o pueden
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