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Criminologia


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2014  •  2.784 Palabras (12 Páginas)  •  129 Visitas

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Empiezo por la síntesis de los aspectos esenciales en el desarrollo y me devuelvo en la secuencia de la película, siguiendo un poco el modelo del director, donde hace hincapié en las escenas de flashback, intercalando tiempos y espacios:

En las relaciones objetales:

Es un problema de una pareja que no encaja. La madre y el hijo no embonan, hay un desajuste, por lo que no se formará el vínculo de apego, como un desencuentro que se va repitiendo. Aquí tomaré las alteraciones del self o Narcisismo.

En las fases del desarrollo:

Por el mismo desajuste, la fijación oral y sádico-anales predominantes irán interfiriendo todo el desarrollo.

Veamos: desde el principio hay un bebé emproblemado y una madre que no supo o no podía confortarlo. Es un desfase en la gratificación de necesidades, no se podían encontrar el uno al otro. Era como ver cruzar dos sombras en la noche.

Eva, la madre, tenía sus propios problemas: una breve alusión a una juventud en el festival de tomates en España, tumultuoso y desordenado. Se trata de una mujer soltera, mayor de 30 años, autosuficiente que escribía libros con itinerarios para viajes. Era exitosa.

El rojo será un símbolo constante y en ese festival la llevan en andas, como crucificada. Esto abre la puerta a especular un variado bagaje cultural e intereses y ciertas características de ella que aparecen en el libro. Cuando conoce a Franklin no desea casarse ni tener hijos. Cuando deciden contraer matrimonio no desea embarazarse. En una escena la vemos sentada en medio de un grupo de señoras embarazadas, orgullosas y contentas, y ella allí sin encontrar su lugar, con cara de malestar, disgusto y muy ambivalente. Al nacer el bebé muestra una depresión postparto y en la casa se ve abuso de sustancias y falta de comunicación con su marido.

Me parece que, de inicio, el director plantea un oscilar entre el peso de lo innato o del ambiente. Es decir, la carga de la biología o genética, un difícil temperamento versus lo experiencial de la crianza. Cabe señalar que no existen bebés malos, no se nace así, ni el mal es un ente que nos anda rondando.

Eva no deseaba ser madre, pero lo hace para complacer al esposo. Este no hacer juego o no encajar en la primer relación objetal materno-infantil nos lleva de la mano a la fase del Narcisismo Primario.

Normalmente en el primer año de vida se va diferenciando el sí mismo del otro, con cargas positivas y negativas por la gratificación de necesidades hasta llegar a una integración del self: éste soy yo. Freud lo tomó del mito griego: Narciso corre por el bosque, rechazado y perseguido, hasta que llega a un estanque y, al verse, se enamora del reflejo de sí mismo. En este sentido inicial se toma al self como objeto de amor. Amor a sí mismo. Narcisismo. Esto puede ser normal o patológico, por carencias o por exceso.

Simultáneamente en el desarrollo se van internalizando las representaciones mentales de la madre con cargas ideo-afectivas buenas o malas. Éstas se van integrando para poder pasar del amor a sí mismo a la madre como un objeto de amor total que se llama Constancia Objetal.

La madre importa por sí misma y ya no depende tanto de la gratificación de necesidades. Aquí se determina ese vínculo, ese apego que durará para siempre, que permita formar otros vínculos y amar a otra persona. (Attachment de Bowlby, Mahler, Anna Freud, entre otros).

Este lazo fue el que no se formó entre Eva y Kevin. El narcisismo patológico de esta época lo hará ser omnipotente, con un self grandioso como se verá al final.

Por otro lado, el padre estaba ciego, en completa negación.

Cuando el bebé llora incesantemente, la madre lo trata de calmar pero con los brazos extendidos, lejos de ella. Lo agita desesperada y no lo acurruca contra su cuerpo.

Este desfase se va a extender a todo el desarrollo.

La alimentación de la fase oral es un problema. No come, succiona el pulgar, embarra las cosas, las apachurra, las escupe, etc. Eva trata de enseñarle palabras y Kevin se rehúsa. No le da ninguna retroalimentación positiva a la madre.

La madre da muestras continuas de fatiga, irritación y desagrado. Ella va con la carriola por la calle. Al cruzar hay unos hombres trabajando que taladran el pavimento. Ella se detiene a la mitad de la calle y uno puede percibir que está casi a punto de dejar al niño allí.

Deambula como sonámbula y el esposo no es capaz de reconocer la fatiga y su estado de desesperación. No la apoya y la descalifica.

De la siguiente fase vemos el predominio de la fase anal-sádica. El control de esfínteres es un tormento. Trata de entrenarle para ir al baño y el niño se torna cada vez más hostil, oposicionista y desafiante.

Por el retraso en su desarrollo y en el lenguaje se pensó que podía ser Autista. Eva lo lleva a evaluación tratando de encontrar explicaciones y el médico descarta la condición de Autismo.

La negación del padre incluye no sólo que no ve que Kevin tiene problemas, sino que él se relaciona con el hijo ideal, el que él quisiera y no el hijo que tenía y en realidad no conoce a Kevin. Dice a la madre: “Así son todos los niños. Es un niño dulce y está bien. No le pasa nada. Sólo mécelo un poco más”.

Kevin tampoco se relaciona con el padre.

La relación del padre hacia ambos era pasiva al permitirle todo y no poner límites.

La fijación sádico anal se hace más notoria.

La madre le explica algo y él la remeda “¡ña, ña, ña!”. Ella trata de jugar a la pelota una y otra vez, sentados en el piso y él no la devuelve.

Uno de los puntos centrales de la película es cuando Eva, en un momento de desesperación al tratar de enseñarle los números, le dice “¡Eres tan listo!” y le da una hoja de papel con números o sumas y Kevin, con un gesto de enojo, la arruga y la tira.

A los 6 años todavía traía pañal. Se le ve sentado en la taza del baño. La madre tratando de enseñar el control de esfínteres y él no evacua. Ya desesperada lo levanta y en ese momento él defecó a propósito en el pañal.

“Esto te divierte mucho, ¿verdad?” , le dice la madre. Él se voltea y expulsa un gas. Ella lo jala, lo tira al suelo y le rompe un brazo.

Después del hospital (Kevin, ya con el yeso y en el auto) ella le pide una disculpa en tercera persona del singular: “Mamá hizo algo muy, muy malo y ella lo siente mucho”.

El niño corre a la casa y, cuando el papá lo ve con el yeso y pregunta qué pasó,

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