Cómo Pensamos

¿Cómo pensamos?

Es decisión de cada individuo elegir la mejor manera de pensar. Aunque esta elección puede ir cambiando cada vez que vamos descubriendo mejores y más efecientes formas de realizar tal acción.

En cierto sentido, la mayor parte del tiempo hay un tipo de pensamiento desordenado en nuestra mente. Incluso cuando dormimos encontramos esta clase de pensamiento, es decir soñamos.

El pensamiento reflexivo consiste en una sucesión de cosas acerca de las cuales se piensa, pero no basta la mera ocurrencia casual en una sucesión irregular de cualquier cosa. La reflexión implica una consecuencia. Es decir, cada idea determina la siguiente como resultado, mientras que cada resultado, a su vez, apunta y remite a las que le procedierion.

En otro sentido, un pensamiento o idea es una imagen mental de algo que está presente en la realidad, y el hecho de pensar es la sucesión de tales imágenes.

El pensamiento reflexivo siempre apunta a una conclusión. Hay una meta que se debe conseguir, y esta meta impone una tarea que controle la secuencia de ideas.

También, muchas veces se toma la acción de 'pensar' como sinónimo de creer. Sin embargo, estos pensamientos son prejuicios; es decir, ideas preconebidas, no conlusiones a las que se haya llegado como resultado de la actividad mental personal, como la observación, el recuerdo y el examen de la evidencia.

Finalmente, a pesar de todos los clases del pensamiento que se tienen, se puede decir que lo que constituye el pensamiento reflexivo es el examen activo, persistente y cuidadoso de toda creencia o supuesta forma de conocimiento a la luz de los fundamentos que la sostienen y las conclusiones a las que se tiende.

El pensamiento reflexivo, es un estado dificil de alcanzar debido a que las diferentes modalidades de pensamiento están imperceptiblemente relacionadas entre sí. Sin embargo puede construirse con base en todas estas clases de pensamiento anteriormente mencionada. Observación, percepción, sensación, una posibilidad sugerida, entre otros son elementos que pueden construir una reflexión.

Para poder considerarnos seres pensantes, debemos estar dispuestos a mantener y prolongar ese estado de duda que constituye el estímulo de la investigación rigurosa, así como a no aceptar ninguna idea ni realizar ninguna afirmación positiva de una creencia hasta que no se hayan encontrado razones que la justifiquen.

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