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Desarrollo Anormal Y Normal Del Niño


Enviado por   •  22 de Agosto de 2013  •  2.627 Palabras (11 Páginas)  •  612 Visitas

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Diagnóstico del desarrollo normal y anormal del niño (Gesell-Amatruda)

La teoría de Arnold Gesell (1880-1961) describe en forma sistemática el crecimiento y desarrollo humanos desde el nacimiento hasta la adolescencia.

Fue uno de los precursores de la psicología del desarrollo nación en Alemania, fue el pionero en la metodología de investigación observo y filmo a cientos de niños en situaciones controladas lo que permitió acumular gran información (Fagan, 2000)

La teoría de Gesell es biológica considerando que el aprendizaje depende de la biología y fisiología del desarrollo y no a la inversa (psicología, 2010)

Según, Gesell (1933) el desarrollo esta influenciado por dos factores el medio ambiente y lo biológico entendida como herencia, existe una relación reciproca entre estas dos el desarrollo esta determinado fundamentalmente por factores biológicos o genéticos, el procesos de de maduración. Una característica importante es que todos lo niños normales pasan por las mismas epatas fijas en el mismo orden, sin embargo existen diferencias individuales en el en el ritmo (Crain, 1992).

Gesell identifico tres tipos de principios que son: “Reciprocal interweaving” se refiera al proceso de desarrollo caracteriza a la personalidad; la asimetría funcional y la autorregulación las tres logran una maduración que regula su propio desarrollo. (Crain, 1992)

Este texto permite dar cuenta de los problemas del desarrollo y la madurez, del proceso y producto de crecimiento del niño, a partir de la observación directa, permitiendo la elaboración de parámetros esperables en una determinada edad del niño, a través de indicadores (modos de comportamiento).

Los autores sostienen que el comportamiento tiene su raíz en el cerebro y en el sistema sensorial y motor. Comportamiento o conducta utilizados como términos adecuados para todas las reacciones del niño, sean ellas reflejas, voluntarias, espontáneas o aprendidas.

Así como en el niño su cuerpo crece su conducta también evoluciona.

El niño adquiere su pensamiento por el mismo camino que adquiere su cuerpo, a través del proceso del desarrollo. A medida que el sistema nervioso se modifica bajo la acción del crecimiento, la conducta se diferencia y cambia (por ejemplo: al año de edad la prensión se efectúa con la palma de la mano, más tarde se realiza con el pulgar y el índice).

La diferenciación neuronal conduce a la función y a nuevos modos de conducta.

El desarrollo es un proceso de moldeamiento.

Un modo de conducta (pauta madurativa) es una de finida respuesta del sistema neuromotor ante una respuesta específica. Son modos o formas de conducta, indicativos de cierta etapa de madurez.

La construcción del sistema de acción del niño se halla determinada por fuerzas regidas por leyes. Por lo tanto, el desarrollo puede ser objeto de diagnóstico.

Los modos de comportamiento no son arbitrarios ni secundarias manifestaciones accidentales. Los productos conductuales finales de la totalidad del proceso de desarrollo son la consecuencia de la continua interacción entre la dotación genética y el ambiente.

Tanto en el período prenatal como en el postnatal todos los modos de conducta se configuran de manera análoga.

A lo largo de toda la infancia la misma morfogénesis está en acción, creando nuevas formas de conducta, modos nuevos y más avanzados. Estas formas constituyen síntomas que indican la madurez e integración del sistema nervioso.

Los cinco campos de la conducta.

El organismo humano es un complicado sistema de acción, por eso un diagnóstico evolutivo requiere el examen de cinco campos de conducta que son representativos de los diferentes aspectos del crecimiento.

1-conducta adaptativa;

2-conducta motriz gruesa;

3-conducta motriz fina;

4-conducta del lenguaje;

5-conducta personal social.

La conducta adaptativa: campo de mayor importancia. Trata de la organización de los estímulos, la percepción de relaciones, la descomposición de totalidades en sus partes componentes y la reintegración de éstas en un modo coherente. Las más delicadas adaptaciones sensorias motrices ante objetos y situaciones. Por ejemplo: la coordinación de movimientos oculares y manuales para alcanzar y manipular objetos. Capacidad de realizar nuevas adaptaciones ante la presencia de problemas simples. El niño exhibirá formas de conducta significativas cuando maneje objetos tan simples.

La conducta adaptativa es precursora de la futura ¨inteligencia¨ que utiliza la experiencia previa para la solución de nuevos problemas.

La conducta motriz gruesa: comprende las reacciones posturales, el equilibrio de la cabeza, sentarse, pararse, gatear y caminar.

La conducta motriz fina: consiste en el uso de manos y dedos para la aproximación, prensión y manipulación de un objeto.

Cada una de los campos del comportamiento motor se corresponde con muchas correlaciones neurológicas. Las capacidades motrices del niño constituyen un punto de partida natural para estimar su madurez.

Todas las formas conductuales se interrelacionan estrechamente, pero pueden y deben ser separados en el uso diagnóstico.

Conducta del lenguaje: adquiere asimismo formas características que dan la clave de la organización del sistema nervioso central del niño. El lenguaje en el sentido más amplio, abarcando toda la forma de comunicación visible y audible, sen gestos, movimientos posturales, vocalizaciones, palabras, frases u oraciones. La conducta del lenguaje incluye además la imitación y compresión de lo que expresan otras personas.

El lenguaje articulado es una función socializadora que requiere la existencia de un medio social, también depende de la existencia y del estado de las estructuras corticales y sensoriomotrices. La faz preverbal prepara la verbal (vocalizaciones inarticuladas y los signos vocales preceden a las palabras).

Conducta personal social: comprende las reacciones personales del niño ante la cultura social en que vive. Son reacciones múltiples y variadas. Se halla que el moldeamiento de la conducta está determinado fundamentalmente por los factores intrínsecos del crecimiento. Por ejemplo: el control de la micción y de la defecación son exigencias culturales del medio, pero su adquisición depende primordialmente de la madurez neuromotriz. Lo mismo ocurre con una amplia cantidad de habilidades y actitudes del niño:

- capacidad para alimentarse,

- higiene,

- independencia en el juego,

- colaboración y reacción adecuada a la enseñanza,

- y las convenciones sociales.

Aún cuando la conducta

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