EVALUACIONES

A lo largo del tiempo la evaluación se ha ido infiltrando en nuestra educación abarcando todos los niveles y elementos de nuestro sistema educativo. Pero lo que se pensaba por líderes educativos y autoridades iba a ser bueno para la calidad del aprendizaje y educación no se ha visto reflejado en las evaluaciones externas ya que este proceso de mejora y calidad de la educación es mucho mas complejo de lo que se pudo llegar a pensar.

No se puede negar que las evaluaciones han traído consigo cosas buenas aunque no han sido fantásticas como se esperaba. La evaluación es un proceso multidimensional donde al igual que un prisma tiene muchas caras, unas buenas y otras malas.

Las evaluaciones tradicionales tienden a la desigualdad, ya que realmente pueden lograr la frustración de un niño, porque es publico su fracaso, un ejemplo de esto es cuando un niño de educación básica recibe su nota por parte del profesor que las dice a su vez en voz alta, si la nota del niño es buena este se sentirá admirado por el resto pero de lo contrario si un nota es mala este podría perder la confianza en si mismo, además de soportar las burlas del resto de sus compañeros.

Las pruebas nacionales estandarizadas que se aplican actualmente (PSU, SIMCE), por su propia naturaleza y diseño, no pueden reconocer la diversidad de las poblaciones escolares a las que se les suministran, aunque la información que brindan y las decisiones que se toman a partir de estos datos, sí que están afectando de manera significativa la actuación de los centros escolares, y la vida presente y futura de los sujetos evaluados.

Este tipo de evaluación tiene como eje central a los alumnos sobre los cuales no solo cae el peso de sus propias evaluaciones, sino que incluso los profesores, las escuelas y el sistema educativo se miden por el éxito o fracaso escolar, entendido como las puntuaciones obtenidas en los exámenes por parte de los alumnos.

Es común que el profesorado emplee la evaluación en el aula para la selección, la clasificación, o bien para la certificación de los alumnos; si bien éstas son algunas de las funciones sociales de la evaluación, al enfatizarlas inevitablemente se descuidan sus funciones pedagógicas: formativa, retroalimentadora, motivadora. Al hacer esto, se desdibuja el carácter formativo que la evaluación debe tener para lograr aprendizajes significativos.

Las practicas de evaluación en Chile presentan como principales limitantes las siguientes:

Fomentan un significativo individualismo al estimular la competencia entre los alumnos para la obtención de ciertas recompensas.

Criterios de evaluación poco claros.

Informes de evaluación deficientes.

Evaluación al servicio de satisfacer las necesidades de información del sistema burocrático-administrativo, antes que de los alumnos y los profesores.

Prácticas que refuerzan los premios a los mejores evaluados y los castigos a los peores evaluados.

Evaluación que modela el tipo de alumno al que se debe aspirar.

La

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