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Educación Sexual En Preescolar Y Primaria


Enviado por   •  10 de Septiembre de 2013  •  1.823 Palabras (8 Páginas)  •  352 Visitas

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Educación Sexual en preescolar y primaria

Se considera que la educación sexual de niños y jóvenes es cada vez más necesaria, ya que de no darle la información adecuada, puede que se les arraiguen males que a veces, serán irreparables. Sin embargo, hablar de sexualidad, supone hacerlo de un tema que ha causado tabú y confusión. La cuestión sexual es un tema diferente en la familia, y existen muchos obstáculos para que niños y jóvenes tengan una adecuada educación sexual. No obstante problemas como el Sida o el embarazo no deseado en niñas, nos obligan a superar esos miedos y temores.

Pero la educación práctica cotidiana, las preguntas y respuestas sobre el sexo, los modelos que se ofrecen tanto en casa, en la TV, como en la calle, la actitud ante las conductas sexuales, etc. Sigue provocando en los padres cierta inquietud, fruto de la ausencia de información en este campo y de la confusión existente de este tema. Esta instrucción sobre la sexualidad y la reproducción, debe abarcar todo lo que concierne a la existencia, al funcionamiento y al objeto de los órganos genitales. Para esto deben tenerse en cuenta las características del niño a quien va destinada. Además debe ser realizada con mucho tacto y con buenas palabras, procurando no sobrepasar la justa medida, para que no sea causa de una curiosidad poco sana o de preocupaciones intempestivas.

El estudio que nos ocupa se hace imperativo en razón de las costumbres de la sociedad actual: enseñanza mixta, más libertad, posesión de dinero, propaganda erótica, cine, radio, TV, precocidad sexual, drogas, etc. Todo esto debe tener un contexto de orientación moral. Tiene que haber un previo conocimiento de los peligros que este ofrece, así podrá evitarse, un gran número de embarazos en muchachas jóvenes no deseados, y los innumerables casos de enfermedades venéreas entre los jóvenes entre trece y dieciocho años.

La Educación Sexual forma parte de la educación general y que el estudio al conocimiento del cuerpo, funcionamiento y funciones, tanto morales, sociales, y religiosas, es perfectamente lícito y necesario. También son conscientes de los peligros que acechan a sus hijos, agresiones sexuales, embarazos, enfermedades venéreas, etc. y que la mejor manera de evitar que algo de esto pase es educándolos sexualmente desde pequeños.

Sin duda debe ser educar, pero dicha educación debe ser llevada por dignidad, con prudencia, con honestidad, y en su justa medida. Todo esto a fin de evitar que el niño al hacerse adulto caiga en un naturalismo animal o por el contrario en una sensibilidad dañina.

No es en la pubertad, como piensan, y menos en la época previa al casamiento cuando se debe comenzar a hablar del tema. Se lo debe hacer desde el despertar de la curiosidad del niño. La mayoría de los padres deciden que es mejor hablar con la vedad por delante, pero no saben que decirles, ni cuando decírselo. La respuesta a esto depende básicamente del niño. Algunos niños son más curiosos que otros, sobre todo si viene un hermanito de camino, otros implemente no preguntan nada. El nivel de curiosidad puede aumentar en tal manera que preocupe a los padres.

Es normal que un niño tenga dudas sobre el sexo, si estas dudas que quiere resolver, exceden a las esperadas, los padres tienen que explorar el porqué y de donde obtiene su hijo tal información.

“Es un error suponer que la sexualidad comienza en la pubertad. En otro tiempo los términos sexuales eran considerados feos, vergonzosos y se prohibía su uso a los niños, como si se tratara de otras tantas malas palabras.”

“La sexualidad no aparece bruscamente, sino que es preparada por una evolución progresiva y un maduración lenta. En consecuencia, es peligroso dejar sin cuidado ese trabajo subterráneo que va a determinar y orientar, para siempre, la vida sexual y afectiva.”

“No hay duda de que es por temor de excitar su interés, o con la esperanza de que una tal simulación podrá retardar el instinto sexual, por lo que se le oculta la sexualidad a los niños. De todas maneras, si ese conocimiento les es ocultado, ¿No lo alcanzaran de otro modo? ¿No se arriesga verlos considerar a todo lo que está en relación con el sexo como algo degradante y detestable y exacerbar su curiosidad? En última instancia, es la mala conciencia de los adultos frente a sus problemas sexuales la que los alienta a mantener el misterio ante los niños...”

No se debe ocultar al niño la sexualidad, ni prohibirle formular preguntas sobre el tema.

“Cuando se le prohíbe a un niño tal palabra, tal pregunta o tal gesto, diciéndole que lo que hace está mal, él no alcanza a comprender, ya que ese aspecto moral de la cuestión sexual no es primitivo, natural, sino sobreañadido a un acto que, él si, es puramente natural.”

¿Estas prohibiciones son perniciosas?

“Lo son porque el niño no puede comprender por qué es vergonzoso eso pero al mismo tiempo sufre del sentimiento de vergüenza que se ha creado en él. Se callará, se prohibirá pensar, pero no podrá impedirse pensar...”

“Pueden surgir de eso graves perturbaciones que repercutirán sobre la personalidad y la vida en su totalidad.”

Este problema se simplifica, respondiendo con franqueza a las preguntas formuladas. Mentirle a un niño o condenar su curiosidad es un error. Basta con darle algunas explicaciones francas y adaptadas a su edad. La ed. Sexual debe integrarse en el conjunto de la ed. Familiar.

Hay que evitar caer en un lirismo desbordante o usar metáforas que

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