El Liderazgo

5 El modelo de liderazgo relacional

Liderazgo es servir, servir a la comunidad en la que vive uno… saber escuchar, ser sensible a los diversos intereses y manifestaciones de los diversos grupos.

Jorge de la Vega Domínguez

El poder de un puesto que no sea de elección popular, normalmente lo da la institución o la riqueza. El verdadero liderazgo se da cuando las personas integran el poder otorgado a la autoridad que le confieren los seguidores, quienes pueden ser desde sus subalternos, colegas del mismo nivel jerárquico o incluso los superiores.

Esta autoridad se logra a través de la relación de la confianza y la valoración que los líderes inician, sostienen e incrementan a través de su diario interactuar en el logro de sus metas.

La autoridad moral y los compromisos sociales e ideológicos, así como la estima de los demás y la confianza, se ganan en la interacción y la negociación constante.

La habilidad de los líderes radica en reunir y tener a mano cuantos recursos puedan utilizarse para promover y llevar a término los proyectos que se han propuesto. La función del dirigente no es en esencia un asunto exclusivo a la persona o personalidad, sino que es un fenómeno múltiple de relación y su esencia es eminentemente social, el cual requiere de las cualidades y características personales del líder al mismo tiempo que de un marco de relación dinámica con los seguidores y el entorno

En la base de la pirámide existe un claro sentimiento y compromiso de los miembros de la organización hacia el líder, esta fe es la responsable de la entregas de la gente a las metas y a los proyectos. En las organizaciones en que se pierde esta confianza, se disminuye la motivación y comienza a bajar la efectividad.

Síntomas de desintegración del grupo y del liderazgo

Los síntomas pueden ser aislados o en conjunto, en primer lugar el exceso de discusiones y conflictos interpersonales. En este contexto la agresividad y recelo entre los distintos miembros del equipo existiendo una gran frustración y agresiones tal modo que las decisiones se detienen, el líder experto tendrá que investigar la verdadera causa de dicha frustración para darle una adecuada solución.

La segunda señal de desintegración es la indiferencia para apoyar al grupo o al líder, esta conducta obliga a los directivos a tomar muchas más responsabilidades y sentirse sin el apoyo de los seguidores. Este síntoma refleja en los seguidores una gran falta de autoestima y desconfianza.

En tercer lugar, se refleja una desintegración o falta de liderazgo cuando encontramos a personas que se desintegran del equipo, orientándose solo a su interés personal, un buen líder tendera a presentar de manera constante los valores e interés mutuos, mientras que un mal líder busca las soluciones inmediatas y fáciles fortaleciendo las diferencias. Un cuarto síntoma son las subalianzas de subgrupos, que solo quitan el esfuerzo de todos.

En las grandes instituciones y organizaciones estos síntomas se pueden presentar en un nivel de la pirámide y en otro no, pero a la larga puede pasar a todos los niveles de la pirámide. Despedir a la gente conflictiva no es una buena solución, se necesitara

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