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El Papel De Las Familias Como Mediadoras En El Proceso De Enseñanza-aprendizaje

musicologa17 de Julio de 2014

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El papel de las familias como mediadoras en el proceso de enseñanza-aprendizaje

Las primeras etapas de la vida son decisivas en el desarrollo personal, cognitivo y social. Por esta razón, las relaciones familiares y educativas, en estos momentos, se consideran imprescindibles. Un Programa de Desarrollo Cognitivo pretende implicar a las familias en el proceso educativo de los niños, fomentando las estrategias de enseñanza que van adquiriendo en los colegios. El Programa está diseñado tanto para alumnos y alumnas del segundo ciclo de Educación Infantil en general, y particularmente, para aquellos con necesidades educativas especiales. Consta de siete unidades didácticas orientadas a tratar en cada una de ellas un aspecto fundamental del funcionamiento cognitivo. La complementariedad de la mediación familiar y educativa redundará en una mayor efectividad del aprendizaje.

Introducción

En una sociedad heterogénea, plural y multicultural como la actual, la coordinación de esfuerzos educativos entre familia ,y centros educativos se hace imprescindible. A través de las relaciones familiares los niños y niñas irán conociendo todo lo que sucede en el mundo exterior. La interacción con el entorno familiar facilitará el desarrollo personal, siendo su comportamiento, en gran medida, consecuencia de esa experiencia familiar. Por esta razón, durante la primera etapa de la vida necesitan una gran seguridad y estabilidad, y sólo en un ambiente acogedor, estimulante y lleno de afecto, podrá desarrollar al máximo sus potencialidades.

Este modulo tiene por objeto materializar las actuaciones de la familia y de los colegios en una tarea compartida y comunitaria. Las actividades que proponemos en este programa de estimulación cognitiva destinada a las familias son habituales, se pueden realizar todos los días, son sencillas, solamente se necesita constancia, querer hacerlo y tener la plena seguridad de que sirven para algo (Grau, 2006). La transferencia de lo aprendido, la constante utilización del conflicto cognitivo, el aprendizaje compartido y el enseñar a pensar son ejes que consideramos fundamentales en el proceso de desarrollo de los niños y niñas en sus distintos aspectos: cognitivos, afectivos y sociales.

Las actividades que proponemos ya se efectúan en la escuela, la familia, sencillamente, refuerza los procesos de aprendizaje (Grau, 2007). Todas ellas se conciben como un juego, o mejor dicho, se deben realizar de forma lúdica. Aunque programamos una relación, la familia las puede poner en práctica de infinidad de formas, usando su creatividad y, sobre todo, la aplicabilidad de cualquier acontecimiento que se desarrolle a lo largo del día.

Las actividades están encaminadas para que progenitores y sus hijos e hijas piensen de forma conjunta. Es necesario recuperar la espontaneidad de lo cotidiano, descubriendo cosas nuevas de una forma natural. Tenemos que recuperar los juegos, la convivencia activa, el respeto a la diversidad social y cultural, la participación en situaciones sencillas realizadas diariamente, y así conseguiremos que la persona construya un modelo de vida más feliz y, al mismo tiempo, contribuya a la construcción de un modo de vida en comunidad justo y democrático (Garrido, 1995).

2. OBJETIVOS

En ese programa nos hemos planteado generar una buena relación entre familia y escuela, factor que consideramos fundamental para favorecer una mejor educación. Estos dos agentes comparten un mismo objetivo: la educación y la felicidad. La complementariedad de la acción educativa es indispensable en el correcto desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado. Es frecuente que los padres y madres manifiesten su incompetencia, falta de preparación o desinformación para apoyar la labor educativa desarrollada en los centros educativos. Al mismo tiempo, el profesorado requiere una mayor presencia y protagonismo de la familia en la educación del alumnado. Y precisamente, este protagonismo de los progenitores es esencial en la puesta en práctica de la estimulación cognitiva, afectiva y social.

Aprender a mediar sirve para apoyar la enseñanza de estrategias de aprendizaje, de valores y entrenamiento cooperativo generales que se trabajan en el currículum ordinario. Enseñar a pensar, cuando la plasticidad de sus estructuras cognitivas son evidentes, ayudará al alumnado a tener éxito escolar y, esta constante reflexión sobre su propio pensamiento, estas habilidades de tipo metacognitivo, serán las bases necesarias para un aprendizaje reflexivo, creativo y autosuficiente, tan necesario en las aulas actuales.

Otro objetivo es proporcionar al alumnado herramientas de pensamiento que les faciliten hacer transferencias de lo aprendido a situaciones diversas.

Además, se pretende abrir nuevas vías de participación frente a la creciente demanda que presentan las familias de trabajar de forma colaborativa con el profesorado en la educación formal de sus hijos e hijas (Grau, 2006).

METODO

Mediar afectiva y social no es tarea fácil, ya que, al igual que cualquier innovación que pretendamos introducir, requiere de la adopción de una serie de cambios actitudinales, didácticos, organizativos y metodológicos. Vamos a ocuparnos a continuación, con profundidad, de algunos de estos aspectos.

3.1. Preparación de lecciones y actividades

Como punto de partida, al comienzo de cada lección se deben presentar los objetivos que se pretenden, definir las funciones cognitivas en las que se hará hincapié y explicar el papel de esas funciones en el aprendizaje. Esta presentación facilita la enseñanza y a su vez permite una comprensión clara de los objetivos. En cada una de ellas, la familia ha de seguir los siguientes pasos:

1. Al inicio de la actividad, hay que lograr una visión general de ella: sus objetivos, secuencia interna y asociación con contenidos y habilidades ya trabajadas, y que se utilizarán posteriormente.

2. La planificación les exige una preparación de los materiales necesarios para lograr los objetivos específicos.

3. Y diariamente deben hacer hincapié en los nuevos aprendizajes, interiorizándolos para anticipar ejemplos y aplicaciones.

No olvidemos que todas las actividades tienen una coherencia y conexión, estando dirigidas a la adquisición de un conjunto integrado de funciones cognitivas. Pero, ¿cómo pueden trabajar las familias?

En primer lugar, se debe comenzar con una descripción de las distintas reglas y/o procedimientos, identificando los materiales necesarios. Aunque las actividades son la parte “funcional” de la lección, sólo son los medios para aprender qué hacer y cómo hacerlo. Una enseñanza “mediacional” efectiva depende de una cuidadosa preparación, comprensión de las funciones cognitivas a enseñar y del reconocimiento de cómo encaja cada actividad dentro del conjunto del programa de desarrollo cognitivo.

A continuación, debemos de hacer especial hincapié en la transferencia de lo aprendido.

Para ello es necesario que al final de cada actividad se ofrezcan una serie de ejemplos donde el alumnado pueda aplicar las funciones y estrategias aprendidas, y así favorecer la resolución de problemas. En este sentido, habría que fomentar la discusión con el objeto de potenciar la transferencia de las funciones cognitivas a la vida real del niño. Así pues, los mediadores familiares propondrán ejemplos de aplicación propios de su casa. Es importante no generar inconvenientes a que ellos sugieran aplicaciones creativas que los mediadores adultos no hayan previsto.

En tercer lugar, evaluar la actividad. Para ello existen unos criterios en función de los cuales se controla la eficacia del programa. Dichos criterios contribuyen a que los padres y madres determinen si resulta conveniente avanzar en algunos aspectos, o bien si es mejor insistir en lo aprendido.

El estilo docente mediacional

Los docentes que trabajan desde la mediación lo hacen desde una forma de interacción del profesorado o de las familias con los niños y niñas con el objeto de ayudarles a desarrollar procesos de pensamiento. Las actividades de aprendizaje mediado se consideran fundamentales para el desarrollo de la motivación y la capacidad de pensar.

La mediación tiene lugar entre ellos, las familias y el profesorado, y contribuyen a la comprensión de que los acontecimientos, los objetos y las personas tienen significados más allá de sí mismos, que el universo tiene una estructura predecible y que comprender esa estructura nos ayuda a saber qué hacer en una amplia gama de situaciones futuras.

Esta mediación contribuye, además, a que el niño y la niña establezcan reglas explicativas que sirvan para organizar las observaciones y examinar la aplicabilidad de las mismas a un gran número de circunstancias. La experiencia de aprendizaje mediado contribuye a que adquieran las funciones cognitivas fundamentales que les permitan aprender de una forma eficaz en distintas y numerosas áreas de contenido. Las familias son, indudablemente, las primeras y mejores mediadoras. Deben favorecer la mediación constante entre sus hijos e hijas y el mundo que les rodea, para que puedan organizarlo de una forma correcta.

Los mediadores familiares y educativos

¿Tienen el mismo valor las interacciones mediadas por el profesor que por las familias?, lógicamente han de ser complementarias. Intentemos matizar sobre este aspecto.

La mediación de las funciones cognitivas que tiene lugar en ámbitos familiares se lleva a cabo, principalmente, a través de los que están

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