El Primer año De Vida
Enviado por • 17 de Noviembre de 2014 • 12.511 Palabras (51 Páginas) • 292 Visitas
ADOLESCENCIA DESARROLLO COGNITIVO Y SOCIAL
La adolescencia es un periodo de transición entre la niñez y la madurez que se extiende en el tiempo de acuerdo a los procesos culturales y a la influencia de la época en la que al adolescente le toca vivir la experiencia de cambio. En este proceso, existen factores como: la segregación de la edad, la prolongada dependencia económica, una sociedad global perturbada y medios masivos de comunicación que sustentan el nicho cultural en el que el adolescente ha de atravesar y resolver su momento para pasar de allí a la vida adulta.
Es bajo este contexto, en el que los adolescentes están en el trance de formar planes y expectativas sobre su propio futuro y a medida que los maduran, buscan sentirse parte del mundo (UNICEF, 2002), situación que los vuelve muy sensibles a la sociedad que los rodea, a sus valores, tensiones políticas y económicas y reglas no escritas.
Convertirse en adulto por lo tanto no es fácil, la etapa de la adolescencia reúne situaciones internas y externas que el individuo debe mediar durante el proceso para dar paso a la nueva etapa de la vida adulta. Un referente que se puede tener como final del proceso es el aportado por Baldwin (en Hansen, 2003) afirmando que el mejor indicador de que el niño se ha vuelto adulto es la madurez emocional.
Sin embargo es en la adolescencia, cuando el individuo trata de adaptarse a las presiones sociales y concertar un balance entre los valores internos y externos. Donde se ven involucrados al mismo tiempo los cambios físicos del desarrollo, en donde el adolescente se contempla con sentimientos entremezclados entre dolor y placer tratando de conciliar las diferencias entre su realidad y el ideal adaptándose a su nueva apariencia, funcionamiento corporal y a las relaciones entre sus padres y compañeros.
Así, mientras la pubertad es un fenómeno universal relacionado con los cambios biológicos, la adolescencia es un fenómeno social, moderno, propio de la época actual y de las sociedades occidentales; por tanto no es obligatorio del desarrollo humano, ya que tiene lugar durante unos años y se ve influenciada por el contexto. Los investigadores concluyen por lo tanto, que el contexto del desarrollo es importante para el resultado de la adolescencia así como las variaciones individuales (Navarro, 2011).
Estos factores biológicos, históricos y culturales, se convierten una fuente de estrés durante la adolescencia. Creando un desajuste entre lo que creen que son y lo que creen que la sociedad espera de ellos. Haciéndose necesario que el medio que rodea al adolescente le provea una amplia gama de oportunidades para cambiar las cosas, facilitando en este proceso que los adolescentes aprendan, crezcan y prosperan.
Aunque la mayoría de los jóvenes llegan a ser adultos sanos y productivos, muchos no lo consiguen. Las conductas iniciadas en la adolescencia pueden modelar de forma decisiva el curso de una vida, así como el futuro de toda una sociedad. Algunas conductas originan un peligro inmediato; otras, ocultas pero latentes, pueden ocasionar el mal años después, sin previo aviso.
Es en la adolescencia donde se empiezan a cuestionar todas estas ideas, las opiniones de sus padres no les parecen válidas y ellos no responden a todas sus preguntas. Son conscientes de que esas son las opiniones de los demás e intentan buscar sus propias verdades, las cuales surgirán de su propio desarrollo intelectual.
Los adolescentes son capaces de pensar en términos de lo que podría ser verdad y no sólo en términos de lo que es verdad. Pueden razonar sobre hipótesis porque pueden imaginar múltiples posibilidades. Sin embargo, aún pueden estar limitados por formas de pensamiento egocéntrico, como en el caso de los niños.
El nivel más elevado de pensamiento, el cual se adquiere en la adolescencia, es el pensamiento formal, y está marcado por la capacidad para el pensamiento abstracto, en donde pueden manejar hipótesis y ver posibilidades infinitas. Esto les permite analizar doctrinas filosóficas o políticas o formular nuevas teorías. Si en la infancia sólo podían odiar o amar cosas o personas concretas, ahora pueden amar u odiar cosas abstractas, como la libertad o la discriminación, tener ideales y luchar por ellos. Mientras que los niños luchan por captar el mundo como es, los adolescentes se hacen conscientes de cómo podría ser.
A través de ello, el proceso de pensamiento les va enfocando para validar su realidad aportando pautas que de acuerdo con Papalia (1992) ayudan a identificar el pensamiento de los adolescentes, primero encontrando fallas en las figuras de autoridad, las personas que una vez reverenciaron caen de sus pedestales. Los adolescentes se hacen conscientes de que sus padres no son tan sabios ni saben todas las respuestas, ni tienen siempre razón. Tienden a discutir a menudo como un modo de practicar nuevas habilidades para explorar los matices de un tema y presentar un caso desde otros puntos de vista. Tienen problemas para decidirse incluso en las cosas más sencillas a causa de la indecisión. Pueden plantearse diversas opciones y medir las consecuencias de cada decisión durante horas, incluso aunque se trate de temas poco importantes. La hipocresía aparente se manifiesta ya que a menudo, los adolescentes no reconocen la diferencia entre expresar un ideal y buscarlo, por lo que pueden usar la violencia en una marcha a favor de la paz, o protestar contra la polución mientras arrojan basura a la calle. Aún deben aprender que los valores no bastan con pensarlos sino que deben vivirse para lograr un cambio.
La autoconciencia se relaciona con la tendencia a sentirse observados y juzgados por los demás. Los adolescentes pueden ponerse en la mente de otras personas e imaginar lo que piensan. Sin embargo, como tienen problemas para distinguir entre lo que les interesa a ellos y lo que les interesa a los demás, suponen que los demás piensan de ellos igual que ellos mismos. Así, cuando un o una adolescente ve un grupo de chicos riéndose, "sabe" que se están riendo de él o ella. Aunque este tipo de autoconciencia se da también entre los adultos, en los adolescentes se da de un modo más intenso y son mucho más sensibles a las críticas, de modo que es importante que los padres se abstengan de ridiculizarlos o criticarlos en público.
Los adolescentes suelen creer que ellos son especiales, centrándose en sí mismos, sintiendo que su experiencia es única y que no están sujetos a las mismas leyes que rigen el mundo. Esto puede llevarlos a asumir conductas de riesgo, porque piensan que nada malo va a pasarles a ellos. Una adolescente puede pensar que ella no va a quedarse embarazada, o que no va a acabar enganchada a las drogas, aunque tenga comportamientos de riesgo en ambos sentidos.
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