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El objeto


Enviado por   •  26 de Julio de 2013  •  Ensayo  •  1.215 Palabras (5 Páginas)  •  259 Visitas

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Objeto a

Según J. Lacan, el objeto a no es un objeto del mundo. No representable como tal, no puede ser identificado sino bajo la forma de recortes parciales del cuerpo, reducibles a cuatro: el objeto de la succión (seno), el objeto de la excreción (heces), la voz y la mirada.

Este objeto se crea en ese espacio, ese margen que la demanda, es decir el lenguaje, abre más allá de la necesidad que la motiva. Este se hace más precioso para el sujeto que la satisfacción misma de su necesidad, mientras esta no se vea realmente amenazada, pues es la condición absoluta de su existencia en tanto sujeto descante. Es una parte desprendida de la imagen del cuerpo, su función es soportar la falta en ser que define al sujeto del deseo. Esta falta sustituye como causa inconsciente del deseo a otra falta: la de una causa para la castración. La castración, es decir, la simbolización de la ausencia de pene de la madre como falta, no tiene causa, a no ser mítica. Depende de una estructura puramente lógica: es una presentación bajo una forma imaginaria de la falta en el Otro (lugar de los significantes) de un significante que responda por el valor de este Otro, de este tesoro de los significantes, o sea, que garantice su verdad.

El objeto a responde así en este lugar de la verdad para el sujeto en todos los momentos de su existencia. En el nacimiento, en tanto el niño se presenta como el resto de una cópula, maravilla alumbrada. Antes de todo deseo, como el objeto precursor alrededor del cual la pulsión hace retorno y se satisface sin alcanzarlo. En la constitución del fantasma, acto de nacimiento verdadero del sujeto del deseo, como el objeto cedido como precio de la existencia (ligado a partir de allí al sujeto por un lazo de reciprocidad total aunque disimétrico [notado por el losange]). En la experiencia amorosa, como esa falta maravillosa que el objeto amado reviste o esconde. En el acto sexual, como el objeto que remedia la irreductible alteridad del Otro y sustituye, en tanto participante del goce, la imposibilidad de hacer uno con el cuerpo del Otro. En el afecto (duelo, vergüenza, angustia, etc.,), que es la prueba de su develamiento o solamente la amenaza de este develamiento, el objeto a, finalmente, responde según el lugar y el modo de su presencia: en el duelo, en tanto perdemos a aquel para quien éramos ese objeto; en la vergüenza, en tanto soportarnos su presentificación ante la mirada del otro; en la angustia, en tanto ella es la percepción del deseo inconsciente; en el pasaje al acto suicida, en fin, donde sale del marco de la escena del fantasma forzando los límites de la elasticidad de su lazo con el sujeto.

Un breve recorrido de la elaboración que hace Lacan sobre el objeto a puede ser útil para mostrar su necesidad, la imposibilidad de su captación y la modificación constante de su escritura. Al principio de su enseñanza, Lacan designa con la letra a al objeto del yo (moi), “el pequeño otro”. Se trata entonces de distinguir entre la dimensión imaginaria de la alienación por la cual el yo se constituye sobre su propia imagen, prototipo del objeto, y la dimensión simbólica donde el sujeto hablante está en la dependencia del Otro, lugar de los significantes. En el seminario La ética del psicoanálisis (1960), Lacan retorna de Freud, esencialmente del Proyecto de psicología (1895) y de La negación (1925), el término alemán das Ding. «Das Ding» es la cosa, más allá de todos sus atributos. Es el Otro primordial (la madre) como eso real extraño en el corazón del mundo de las representaciones del sujeto,

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