Mujeres Objeto

INTRODUCCION

Una de las practicas más habituales en la sociedad ha sido la de reducir a la mujer a "objeto", dentro del contenido publicitario e incluso en la historia del arte, en la política, religión y en los ámbitos más cotidianos la mujer está despersonalizada, sin identidad propia, solo pone su cuerpo y belleza al servicio de la admiración. Generalmente suele ser una mujer joven y bella, de proporciones exuberantes que bien aparece desnuda o escasamente desnuda y en poses sugerentes. La mujer es sólo un cuerpo, una pieza objeto del deseo. Cierto es también que a pesar de todo siento que en algunos casos hacemos la diferencia... nos destacamos, nos imponemos, nos sublevamos. No nos victimizamos, no somos débiles pero en alguna medida debemos duplicarnos. ¿Cómo es esto? Pensemos… podemos destacarnos como ejecutivas, ser buenas políticas, o buenas docentes… pero siempre hacemos doble trabajo…uno que se ve y el otro que no… Uno es reconocido y otro no tanto... nuestras bases si están estereotipadas… son mandatos legendarios… heredados de tiempos ancestrales… aun así…podemos… y hacemos todo… como protagonistas de una película y de un detrás de escena… estas son historias comunes y en contrapunto a las descripciones unidimensionales; historias reales sobre mujeres que están haciendo el cambio. Que se atreven a creer que el mundo puede ser diferente; y ponen sus pasiones e ideas en acción. Vamos a incursionar en distintos ámbitos en los que las mujeres se han expresado y han marcado la diferencia… (VER ANEXO)

DESARROLLO

Seguramente la parte más terrible que encontramos en la sociedad actual es ver cómo se utiliza la imagen de la mujer o como se concibe a la mujer, solo como objeto de posesión. A pesar de que la mayoría de las mujeres son consideradas objeto, estas también juegan un papel fundamental en la familia y en sus lugares de trabajo, aun así no son suficientemente valoradas por sus talentos o habilidades, no se les permite desarrollar su propia forma de ver el mundo. No nos hemos desprendido aún de las imágenes e ideas sexistas que sólo nos juzgan por la apariencia exterior.

Cada día nos enfrentamos a la presión de tener que adecuarnos a una cierta manera de ser. Se nos fuerza para que aspiremos a tener una imagen, muchas veces alejada de nuestra realidad, y la presión es tan fuerte que al no conseguir asemejarnos a esos modelos de belleza o comportamiento que debemos imitar, la mayoría de las mujeres sufrimos una gran sensación de malestar. Suelo sentir consternación ante las imágenes de mujeres que tendemos a ver en los medios que nos retratan como víctimas. Si bien esto puede hacer surgir emociones y simpatía, no demuestra nuestra fuerza, nuestro poder y la gama de maneras en que las mujeres participan dando forma a la sociedad e influenciándola.

Sólo desde la toma de conciencia, desde nuestra voluntad de ser nosotras y no una imagen virtual de una falsa perfección, sólo desde nuestro conocimiento, aprendizaje, cultura y autoafirmación podremos elegir, libremente, qué ser y qué creer.

Sin embargo somos todas consientes de lo fuerte y omnipresente de la sociedad en la que estamos inmersas. El objetivo de mi obra no es tratar de cambiar ese rumbo sino demostrar y rescatar que detrás de esa falsa percepción que muchas veces se tiene de la imagen de la mujer se esconden historias comunes, historias ocultas quizás, biografías reales, dolorosas, alegres, biografías de madres, hijas, esposas, hermanas, nietas, empleadas, alumnas, amigas.

Con nosotras pasa lo mismo, elegimos mostrar por determinadas razones, solo una cara de nuestra esencia y esta producción es un granito de arena en reconocimiento a la lucha de las mujeres que resistieron y persistieron a través de todos los tiempos mostrándose tal cual son para que todas las mujeres: nativas, negras, blancas, migrantes, adolescentes, heterosexuales, bisexuales, lesbianas, analfabetas, monjas, intelectuales, rabinas, pastoras, militares, prostitutas, solteras, discapacitadas, guerrilleras, presas, atletas, campesinas, urbanas, académicas, empresarias, profesionales, desocupadas, piqueteras, cartoneras, artistas, científicas, políticas; tengan más posibilidades de elegir que ser y que creer y mostrar esa cara oculta que todas tenemos. Mientras nos toca seguir trabajando, estudiando, amando, discutiendo y posando.... Desde el comienzo de la cursada de esta materia se empezaron a dibujar las primeras líneas de mi proyecto. La dinámica de las clases y las estrategias didácticas para enroscar esta cabecita fueron dando los primeros frutos. Las búsquedas estuvieron siempre en esto del cuerpo, de las historias comunes no contadas, los roles, las simultaneidades de una fémina. Qué función cumplimos. Es inspiradora o inspirada? Una artista es mujer o es madre. O ambas cosas a la vez. El cuerpo de la mujer es un entramado de tejidos, es entonces para mí un entramado de textos. Entonces, asumo que: una biografía es el texto de un cuerpo. Y comencé a hablar de eso. De lo que los cuerpos femeninos tiene ganas de contar. Pero hay, por lo menos para mí, un componente indisoluble a esto de las historias, y es la constante lucha entre lo que quiero hacer y lo que debo. Es decir, tengo ganas de marcar una diferencia , pero debo seguir “cumpliendo” con el rol de la mujer. Algunas mujeres decidimos hacer la diferencia y como dije antes, a pesar de que todas nuestras acciones están sustentadas en la base de lo domestico, logramos hacer el cambio. ¿Qué ha sido de las mujeres a lo largo de la historia? ; mudas, abnegadas e inofensivas, “las sacadas de la costilla de Adán” que desde un principio fueron el complemento de un hombre. Merecen gran mérito el ser capaces de equiparase con él en multitud de tareas y superarlo en otras muchas habiendo tan solo surgido de una de sus costillas. De la misma manera que una mujer rompe con los estereotipos impuestos, y borra los límites de género las vanguardias históricas operaron sobre las distintas artes provocando la ruptura de los cánones clásicos de creación artística, desde los materiales y soportes a las estructuras compositivas, ampliando los lenguajes plásticos y, precisamente, diluyendo las fronteras con otros lenguajes artísticos. La emancipación femenina y la poesía visual rompen esquemas preestablecidos.

La poesía visual plantea una trasgresión de la poesía tradicional a partir de la forma plástica. Dentro de la poesía visual es visible la importancia del espacio en blanco y la tipografía, el paso del “verso libre” a la “palabra en libertad” y los juegos y desproporciones curiosas de esos caracteres tipográficos. Los poetas visuales proponían transgredir límites de género, soportes y lenguajes. La incorporación del espectador como

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