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Evaluación del Rezago Escolar Causado por Nueva Normalidad en Egresados de Secundaria


Enviado por   •  6 de Abril de 2022  •  Tesina  •  16.312 Palabras (66 Páginas)  •  125 Visitas

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Evaluación del Rezago Escolar Causado por Nueva Normalidad en Egresados de Secundaria.

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Lic. Sandra Gabriela Arrese Alcalá.

Lic. Francisco Barrera Iturbide.

Lic. Pablo Antonio Bernal Vega.

Lic. Diana Nohemí Cantú Ollervides.

Lic. Denisse Elena Esqueda Castro.

Lic. Sandra Flores Soriano.

Lic. Pamela Sarahí Ruiz Zambudio.

Lic. Gloria Haydee Salas Ochoa.

Lic. Blanca Salazar Hernandez.

Lic. Jessica Valdez Martinez.

Septiembre 2020.

UNIDAD ACADEMICA MULTIDISCIPLINARIA MATAMOROS UAMM-UAT.

Maestría en Psicología Clínica y Educativa.

Psicología Educativa I.

Proyecto Final.

M.E.S. María Cristina Fernández Salazar.

I. Introducción.

     El 23 de marzo del 2020 se dio en México, como en muchos países del mundo, la suspensión de labores escolares debido a la emergencia sanitaria por el COVID-19; el confinamiento se extendió desde el 20 de abril hasta el 30 de mayo (propuesto inicialmente para regresar a las escuelas), decretándose finalmente y ante la magnitud de la pandemia en el Diario Oficial de la Federación la decisión final de terminar el semestre escolar en casa (IISUE, 2020).

     Escuelas de todo el mundo, en todos los niveles educativos tuvieron que enfrentar esta situación para continuar con la educación de niños y adolescentes, utilizando los recursos con los que su país contaba. En muchos países, entre los que se incluyen Argentina, China, Francia, Japón, Ruanda, Corea del Sur, Malaui y Somalia, se están introduciendo o potenciando nuevas modalidades de educación a distancia (UNICEF, Save the Children, INEE, Plan International, & Humanity & Inclusion y Finn Church Aid, 2020). En México, al iniciar el nuevo ciclo escolar, se tomó la decisión que la educación básica obligatoria sería brindada por medio de las TICCs, para que los maestros continuaran desempeñando su labor académica a distancia (IISUE, 2020).

     A pesar de los intentos del gobierno y de los maestros por continuar con la enseñanza, cabe destacar que ni el sistema educativo del país, ni los docentes contaban con la capacitación ni las herramientas necesarias para poder enfrentar esta situación sanitaria; en palabras del Secretario de Educación Diaz-Barriga (IISUE, 2020): “La preocupación que ha orientado todas estas decisiones es ‘salvar’ el año escolar, no necesariamente analizar las opciones de aprendizaje que esta circunstancia ofrece a los alumnos, sino cumplir el currículo formal y calificar a los estudiantes.” Lo que deja entrever la dificultad de los profesores ante los métodos de enseñanza, que de un día para otro cambiaron radicalmente, teniendo como objetivo entregar evidencias de trabajo, dejando en un segundo plano corroborar la asimilación de los aprendizajes y que además estos fuesen significativos, y dificultando a su vez la evaluación de los alumnos.

     Los alumnos, por su parte han tenido también que adaptarse a esta forma de educación a distancia, ya que a pesar de ser una generación que conoce de tecnología, ésta solo era utilizada como un medio de comunicación y entretenimiento más que como una herramienta esencial para el aprendizaje (IISUE, 2020), haciendo necesario que los padres de familia tomarán un papel fundamental para realizar trabajos y tareas que los maestros solicitan, así como permanecer atentos a las clases. En muchas ocasiones tanto la cuestión económica, la capacidad de los padres y la capacidad de los alumnos, ha dificultado que se dé un aprendizaje significativo (UNICEF, Save the Children, INEE, Plan International, & Humanity & Inclusion y Finn Church Aid, 2020), repercutiendo en el trabajo de los docentes, tanto para planificar como para evaluar a los alumnos.

     Aunado a esto, y tomando los supuestos de teorías educativas, no solo se está impactando en el conocimiento académico de los alumnos, sino también en las habilidades y capacidades cognitivas y sociales de los niños y adolescentes, las cuales también influencian en el desarrollo del aprendizaje (Woolfolk, 2010).

2.1 Planteamiento del problema

     “Incluso antes de la pandemia por COVID-19, el mundo ya enfrentaba una crisis de aprendizajes. Antes de la pandemia, 258 millones de niños y jóvenes en edad escolar estaban fuera de la escuela. Y una baja calidad educativa significaba que muchos de los niños que estaban escolarizados aprendían poco” (Grupo Banco Mundial, 2020) y esta crisis sanitaria amenaza con deteriorar más los aprendizajes.

     Esta situación, como se mencionó anteriormente ha impactado en la labor docente, ya que es necesario que se utilicen medios tecnológicos, en muchos de los casos para poder impartir las clases. En una encuesta aplicada por la sección 9 del SNTE/CNTE a docentes de la Ciudad de México, 58% respondió que cuenta con una formación digital básica, 16% afirmó que sólo tiene un teléfono inteligente para acceso a plataformas digitales, y únicamente 1.7% está en condiciones de manejar programas de diseño. En la misma encuesta, los profesores manifestaron que sólo 25% de sus alumnos tiene una computadora conectada a internet en su casa, y que 75% de sus padres o madres tienen que salir a trabajar fuera del hogar (IISUE, 2020).

     En México, en agosto del 2020, más de 30 millones de alumnos empezaron a recibir clases a través de la televisión, la radio y, en algunos sectores de la población, vía internet, sin embargo a pesar de los intentos por continuar con la educación virtual se prevé que esto provocará rezagos en el aprendizaje, aumento de la deserción escolar y mayor desigualdad, lo que tendrá un costo a largo plazo sobre el capital humano y el bienestar de los niños, niñas y jóvenes (Ortega, 2020).

    En un artículo de Michelle Kaffenberger, del programa Research on Improving Systems of Education (RISE), de la Universidad de Oxford se estudió el caso del terremoto en Pakistán de 2005 que dejó escuelas cerradas por aproximadamente tres meses y el impacto que esto causo en los alumnos, lo cual resultó en una pérdida de aprendizajes cuatro años después, lo que significó un retraso equivalente a 1.5 años de escolarida (Ortega, 2020). Esto supone un gran reto para los docentes al tener que generar estrategias para reducir el rezago educativo originado por el confinamiento ante la crisis sanitaria.

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