Fobia social: diagnóstico y tratamiento
Enviado por Lausgates • 5 de Noviembre de 2014 • 5.285 Palabras (22 Páginas) • 281 Visitas
Fobia social: diagnóstico y tratamiento
Durante el presente ensayo quisiera dar respuestas a las siguientes preguntas que he venido formulando a lo largo de mi carrera pues son cuestiones que he venido teniendo gracias a una experiencia personal que, por obvias razones, prefiero no compartir. Para no hacer largo esto las preguntas que quisiera responder son las siguientes: ¿qué es la fobia social?, ¿la ansiedad es lo mismo y cumple iguales funciones que la ansiedad social (fobia social)? Y ¿cuál es la mejor manera de evaluarla y cómo se interviene y se trata en toda su complejidad?
Para empezar los trastornos de ansiedad constituyen las enfermedades psiquiátricas más frecuentes y provocan un deterioro funcional y un sufrimiento considerable a quienes los padecen. Los avances recientes en la investigación han influido notablemente en nuestra comprensión de los mecanismos que explican la enfermedad y la respuesta al tratamiento.
Diversas investigaciones han originado avances en el entendimiento y el alivio de diversas formas de ansiedad. El principal trastorno de ansiedad que se abordará en este ensayo es el de fobia social, se abarcara tanto su diagnóstico como también su tratamiento, tanto con fármacos como con psicoterapia; todo esto centrado en el enfoque cognitivo-conductual.
Antes de abordar el tema principal, se hará un análisis acerca de lo que es ansiedad, los trastornos que se dan de la misma y las definiciones y síntomas de cada uno de ellos de acuerdo con el DSM-IV-TR; ya que dentro de este grupo se encuentra incluida la fobia social.
Es claro que todos hemos sentido algo desagradable en determinadas situaciones, como por ejemplo, cuando nos presentamos a una entrevista de trabajo, hablar en público, hablar con la persona que nos gusta y numerosos escenarios que despiertan sensaciones desagradables. En cada una de estas situaciones tenemos ciertas sensaciones como un frio en el estómago, manos sudorosas, boca seca, tensión muscular palpitaciones fuertes, aumento en la atención, etc.
Estos síntomas o respuestas emitidas por el organismo definen lo que se conoce como ansiedad o mejor dicho un estado ansioso. Pero, ¿qué es la ansiedad? de acuerdo con Montelongo, Zaragoza, Bonilla, y Bayardo (2005) la ansiedad se define como aquel sentimiento desagradable de temor, que se percibe como una señal de alerta que advierte un peligro amenazante, frecuentemente la amenaza es desconocida, lo que la distingue del miedo donde la amenaza es concreta y definida.
Es importante que quede claro que la ansiedad por sí misma no se considera una enfermedad, ya que partiendo de su función, ésta se encuentra contemplada en la amplia gama de respuestas emocionales que presenta cualquier persona. Sin embargo la ansiedad se vuelve patológica cuando se produce ante estímulos inadecuados o inexistentes, o cuando estos existen o son adecuados pero la intensidad y duración de la respuesta supera los límites adaptativos. La ansiedad patológica es el síntoma común de un conjunto de cuadros clasificados como trastornos de ansiedad. (Téllez, et al., 2007).
Existen diferentes trastornos de ansiedad como son: trastorno de angustia, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de estrés postraumático, fobias, fobia social, fobia específica, entre otros.
Para Nezu, Nezu y Lombardo (2006), el trastorno de angustia es un padecimiento muy desgastante el cual se asocia con un deterioro psicológico, social y ocupacional. Este trastorno se caracteriza por crisis de angustia recurrente e inesperada. De acuerdo con el DSM-IV-TR, una crisis de angustia es un periodo aislado de intenso temor o incomodidad en el que se presentan de manera abrupta cuatro o más de los siguientes síntomas y alcanza su máxima intensidad antes de los de diez minutos: palpitaciones, ritmo cardiaco acelerado, sudoración, temblores, sensación de falta de aliento, ahogamiento, dolor o incomodidad en el pecho, nausea o dolor abdominal, sensación de mareo, inestabilidad, vértigo o desvanecimiento, temor a perder el control, temor a morir.
En cuanto al trastorno de ansiedad generalizada (TAG), este se caracteriza por una preocupación patológica. El DSM-IV-TR define el TAG como ansiedad y preocupación excesivos que se manifiestan más días de los que no se presentan, al menos durante seis meses. Una persona que padece este trastorno se le dificulta controlar su preocupación, además también deben estar presentes tres o más de los síntomas siguientes: inquietud, fatiga, dificultad para concentrarse, irritabilidad, tensión muscular y perturbaciones del sueño.
De acuerdo con Nezu, Nezu y Lombardo (2006) el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se caracteriza por la presencia de obsesiones, compulsiones o ambas cosas, valga la redundancia. Las obsesiones se definen como ideas, pensamientos, impulsos o imágenes persistentes que se perciben como invasivas o inadecuadas, se consideran inaceptables, y generan ansiedad y angustia significativas. Las compulsiones conllevan a diversos comportamientos repetitivos, como por ejemplo lavarse las manos, ordenar objetos, acciones de verificación, etc.; o actos cognitivos como: rezar, contar, repetir palabras en silencio, etc.
En cuanto al estrés postraumático, tal como lo describe el DSM-IV-TR, la característica principal de este trastorno es el desarrollo de síntomas característicos en una persona luego de que ha experimentado, presenciado o le han relatado uno o más acontecimientos caracterizados por muertos o amenazas para su integridad física o la de los demás. Los síntomas característicos que resultan de la exposición directa son la reexperiencia persistente del suceso traumático, evitación de estímulos asociados con el trauma y síntomas de activación elevada. El cuadro clínico completo debe estar presente durante más de un mes, y la perturbación tiene que causar malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes del funcionamiento.
La vivencia repetida del suceso traumático ocurre de cualquiera de las siguientes formas: recuerdos angustiantes, recurrentes e intrusivos del acontecimiento; sueños angustiantes y recurrentes al aspecto; actuar como si ocurriese el hecho en ese momento o sentirlo así; intensa angustia psicológica al exponerse a estímulos asociados con el hecho traumático; y reactividad fisiológica a la exposición a sugerencias internas o externas que se asemejen de alguna manera al suceso traumático (Nezu, Nezu & Lombardo 2006).
Una vez abarcados estos trastornos empezaré por abordar el tema de fobia para de ahí poder comenzar con el tema que he querido tratar.
El miedo es una experiencia muy común para los seres humanos y se trata, además, de una experiencia que tiene un importante valor adaptativo
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