INFANCIA ES DESTINO

Santiago Ramírez, famoso psicoanalista que en 1959 publico "El mexicano, psicología de su motivaciones", afirmó que la infancia y la huella que deja ésta en la vida de la persona, es una marca indeleble que nos acompaña por el resto de nuestra existencia.

Décadas antes, Freud había comenzado a desarrollar su teoría sobre el inconsciente y pese a que ha sido duramente criticado al considerar sus planteamientos como obsoletos y no comprobables empíricamente, pienso que fue una de las mentes más poderosas de la vida intelectual del siglo XX, que abrió brecha para pensar y estudiar sobre asuntos que antes solamente había abordado la literatura: la atracción sexual y el deseo, el desarrollo de la personalidad, las primeras relaciones del bebé con sus cuidadores, emociones dolorosas y corrosivas como el enojo, el miedo, los celos, el odio y la vergüenza, los conflictos intrapsíquicos, las defensas y la psicopatología.

Todo esto que tal vez suene sofisticado o poco entendible, quiere decir en síntesis que las teorías sobre la personalidad y de lo que escribiré hoy en particular, la teoría del apego, nos dan luz sobre quiénes somos, porqué somos como somos pero sobre todo, nos permiten, a través de la introspección de la vida interior, de la reflexión , de reconstruir nuestra historia de vida incorporando otras historias y personajes, la no repetición de aprendizajes de patrones de relación dolorosos, que han quedado instalados en nuestro cerebro y que a veces, trágicamente, nos llevan a lo que Freud llamaba "compulsión a la repetición".

La teoría del apego fue desarrollado por John Bowlby, durante los años 50 en plena época de posguerra. Sus sujetos de estudio fueron niños huérfanos que habían perdido a sus padres en la Segunda Guerra Mundial. La diferencia entre esta teoría y la psicoanalítica es que la teoría del apego ha generado una multiplicidad de métodos empíricos poderosos y creativos para medir y dar seguimiento a través del tiempo al apego humano ofreciendo una mayor credibilidad a la psicología como ciencia.

Bowlby afirmó que existe, a nivel biológico, psíquico y social, una NECESIDAD HUMANA UNIVERSAL DE FORMAR VÍNCULOS AFECTIVOS DESDE EL NACIMIENTO Y DE CONSERVARLOS A LO LARGO DE LA VIDA.

A través del apego se genera una reciprocidad en la relación, es decir, que el bebé, a través del llanto, gestos, ruidos, apariencia tierna y desvalida, genera un deseo de cuidado en los cuidadores, quienes contienen sus necesidades biológicas y de contacto físico y emocional. No sólo es necesario el alimento sino también el tacto, las caricias, el ser cargado, acunado. A través de este intercambio, el bebé aprende a regular sus emociones, que están todas desorganizadas al nacer. Y aprende que el medio ambiente en donde está, es un lugar seguro donde sus necesidades serán satisfechas.

A lo largo de los primeros tres años de vida, el infante genera su tipo de apego, que será tremendamente estable a lo largo de la vida. Aprenderá a ser amado o ignorado, a ser contenido o a ser abandonado, a ser acariciado con respeto o a ser maltratado y hasta abusado sexualmente. A partir de estas experiencias, aprenderá estrategias saludables o patológicas para relacionarse con los otros significativos en su vida.

Ahora les cuento sobre las tres clases de apego, mismas que trataré de ejemplificar para que cada una pueda verse en una mezcla de tipos de apego, que es lo más frecuente. No hay tipos de apego en estado puro porque los seres humanos no somos lineales ni predecibles al 100 por ciento. Tenemos áreas libres de conflicto, áreas problemáticas y áreas francamente deterioradas.

1. Apego seguro-autónomo: En la infancia, se genera con cuidadores estables, predecibles, estructurados, que cuidaron , miraron, supervisaron y contuvieron de forma estable y suficientemente amorosa en los primeros años de la vida al niño, generando una seguridad básica en el mundo interno del niño que crece sintiéndose querible, amado y respetado. Ya de adultos, valoran sus relaciones de apego en la infancia y consideran que fueron formativas para su vida adulta. Cuando refieren recuerdos, estos son integrados y coherentes, es decir, tienen la posibilidad de recordar muchos eventos, momentos y vivencias en un orden cronológico y con bastante detalle. ¿Cómo piensa, actúa y siente un adulto seguro-autónomo?

Se quiere, se cae bien en términos generales, tiene una buena idea sobre sí mismo, sabe autoconsolarse en momentos de tensión o dolor; no necesita desesperadamente de los otros, aunque es asertivo para hablar de sus emociones, para decir lo que piensa o para pedirle lo que necesita a la gente que lo rodea. Es empático, capaz de entender lo que los otros sienten o expresan. En el amor, no manifiesta celos excesivos ni miedo de ser abandonado. Comparte, se entrega, disfruta del sexo, reconoce la libertad del otro y la personal para seguir siendo seres individuales. Tiene un mundo amplio de relaciones afectivas más allá de la pareja: hermanos, padres, amigos, hobbies, activismo social o político y deporte. Está como de novio con la vida como dice Jorge Bucay...

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