Inteligencia Emocional
Enviado por XDarcksanX • 23 de Julio de 2013 • 6.043 Palabras (25 Páginas) • 329 Visitas
INTRODUCCION
En el presente trabajo monográfico tiene como título “INTELIGENCIA EMOCIONAL” es un trabajo elaborado para el curso de METODOLOGIA DEL TRABAJO UNIVERSITARIO.
Este trabajo ha sido elaborado con diferentes fuentes por ejemplo libros, revistas, páginas web y con la ayuda de fichas bibliográficas, hemerográficas y webgráficas para así poder facilitar el trabajo; el objetivo general es dar a conocer como el ser humano posee la capacidad de aprender a utilizar sus habilidades y estados anímicos para alcanzar grado óptimo de competencia, siempre y cuando haya desarrollado correctamente sus diferentes talentos intelectivos y muy especialmente el emocional.
Una definición a la que más se acercaría al concepto de inteligencia emocional podría ser: capacidad de flexibilizar y adaptar nuestras conductas (externas e internas –pensamientos-) para conseguir aquellos objetivos que nos proponemos. Tal habilidad incluye la disposición para beneficiarse de las experiencias, resolver problemas y razonar con efectividad.
A continuación se hará una breve introducción por cada capítulo que será tratado en el presenta trabajo monográfico:
CAPITULO I, se dara la definicion de lo que es Inteligencia emocional.
CAPITULO II, nos preguntaresmos que es la inteligencia.
CAPITULO III, veremos que tan importe es la emocion.
CAPITULO IV, Elegir inteligentemente nuestros estados y emociones
CAPITULO V, Antecedentes de diferentes autores sobre la inteligenica emocional
CAPITULO VI, Como mejorar la inteligencia emocional, sera cierto esto.
CAPITULO VII, se daran los principios de la inteligencia emocional
CAPITULO VIII, Componentes de la inteligencia emocional
CAPITULO IV, sera verdad que se puede o es posible educar la inteligencia emocional
CAPITULO I: DEFINICIÓN DE INTELIGENCIA EMOCIONAL
En el contexto social de los años noventa, surgió el concepto de inteligencia emocional.
Esta explicó ciertos aspectos del comportamiento humano asociados a la inteligencia, pero que no respondían exclusivamente al aspecto cognitivo, sino que implicaban también a las emociones.
En 1990, Mayer y Salovey fueron los primeros en acuñar el término de “inteligencia emocional”, definiéndola como “la forma de inteligencia social que implica la capacidad de supervisarse a uno mismo y a otros, sus sentimientos y emociones, para diferenciar entre ellos y utilizar esta información para conducir el pensamiento y la acción”.
En otras palabras, la inteligencia emocional se entiende como una habilidad para reconocer, percibir y valorar las propias emociones, así como para regularlas y expresarlas en los momentos adecuados y en las formas pertinentes.
Ya Howard Gardner, en 1983, había planteado la no existencia de una inteligencia única fundamental para el éxito en la vida. Postulaba un amplio espectro de inteligencias con siete variedades claves, entre las que se incluían las inteligencias “intrapersonal” e “interpersonal”. Las tesis de Gardner abrieron, en cierto modo, el desarrollo de una línea que afirmaba la importancia de los elementos afectivos, emocionales y sociales en el desarrollo de la persona, así como en el éxito que pudiera obtener en su interacción con el entorno.
En 1990, Salovey incluyó las inteligencias personales de Gardner en su definición básica de inteligencia emocional. Señaló, asimismo, cinco capacidades fundamentales:
1) Conocer las propias emociones: reconocer un sentimiento mientras ocurre.
2) Manejar las emociones: manejar los sentimientos para que sean los adecuados.
3) Encontrar la motivación: ordenar las emociones al servicio de un objetivo mayor, desarrollando la capacidad de “automotivarse”.
4) Reconocer las emociones de los demás: la empatía.
5) Manejar las relaciones: manejar las emociones de los demás dentro del contexto interpersonal y social. Estas habilidades se relacionan al liderazgo y la eficacia interpersonal.
Posteriormente, en 2002, Goleman propuso un modelo de inteligencia emocional que incluyó cuatro aptitudes agrupadas en dos grandes tipos de competencias: la personal y la social. La primera impactaría directamente en el tipo de relación que uno entabla consigo mismo; en la segunda, la competencia social definiría el tipo de vínculos que se establecen con los otros. De forma esquemática, se presenta a continuación el contenido de cada uno de estos dominios:
1. Competencias personales:
a) Conciencia de uno mismo: comprender profundamente las emociones, fortalezas y debilidades, valores y motivaciones. Se sustenta en el desarrollo de tres habilidades: la conciencia emocional, la valoración personal y la confianza en uno mismo.
b) Autogestión: regular los afectos y emociones para actuar con lucidez y claridad, según las demandas de cada situación. En tal sentido, además de la capacidad de regular la expresión de las emociones, se necesitan habilidades como la transparencia, la capacidad de adaptarse a entorno cambiantes y responder con iniciativa y optimismo, y la orientación hacia el logro a través del esfuerzo.
2. Competencia social:
a) Conciencia social: ser capaces de comprender los sentimientos ajenos y tomarlos en cuenta durante el proceso de toma de decisiones. Se resalta el rol de la empatía, pero se requiere también del desarrollo de habilidades complementarias, como la facultad de tomar conciencia en la organización de los grupos humanos y la actitud de servicio.
b) Gestión de las relaciones: regular las emociones de las otras personas; inspirarlas y movilizarlas en la dirección adecuada. Para ello, resulta indispensable ser capaz de establecer vínculos auténticos y duraderos, gestionar los conflictos, y trabajar en equipo en favor de los cambios deseables.
CAPITULO II: ¿QUÈ ES LA INTELIGENCIA?
La inteligencia de una persona está formada por un conjunto de variables como la atención, la capacidad de observación, la memoria, el aprendizaje, las habilidades sociales, etc., que le permiten enfrentarse al mundo diariamente. El rendimiento que obtenemos de nuestras actividades diarias depende en gran medida de la atención que les prestemos, así como
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