LOS VÍNCULOS DE APEGO EN NIÑOS INSTITUCIONALIZADOS
Enviado por Heyvo • 6 de Mayo de 2013 • 1.243 Palabras (5 Páginas) • 560 Visitas
“El apego en niños institucionalizados” y “Dificultades en el establecimiento del apego en niños institucionalizados” son dos entrevistas incluidas en el programa “Revista de Educación” de tele Uned. En ellas se cuenta con la colaboración, además de Sonia Mariscal, de Concepción Moraleda y Óscar Olmedo; ambos, educadores en un Centro de Protección de Menores de Primera Infancia de la Comunidad de Madrid.
La Comunidad de Madrid asume la tutela de niños de 0 a 3 años que acuden a este tipo de Centros por diversas razones, como pueden ser, situaciones de desamparo, negligencia en los cuidados básicos por parte de sus padres o por situaciones de riesgo social; en ellos los educadores son los encargados de su guarda el tiempo necesario hasta la solución o normalización de la situación familiar o, en su defecto, pasarían a un régimen de acogida o adopción.
Los niños que acuden a estos Centros, por su temprana edad, todavía no se encuentran escolarizados; por lo que la forma de trabajar en ellos es que cada educador atiende a cinco niños (a lo largo del día varían los educadores), por ello la figura del educador se convierte en su referencia. Así, se fomenta la relación de apego de los niños con sus educadores.
En el marco institucional el aspecto más importante para fomentar las relaciones de apego es procurar la estabilidad del educador con su grupo de niños, cuidando los espacios y personalizando los objetos, dedicando tiempos individualizados de calidad durante la realización de las actividades cotidianas, manteniendo un adecuado contacto visual, cercanía corporal y verbalizar lo que se va a hacer en cada momento. Este contexto produce en el niño una gran seguridad y le acerca a una situación lo más natural posible.
Toda esta situación hace inevitable, que los niños se apeguen más a unos educadores que a otros, al igual que ocurre en las familias que hay niños que sienten mayor apego hacia la madre, al padre o a los abuelos en diferentes circunstancias. Desde el punto de vista de los educadores, no pasa nada por que los niños se apeguen más a unos educadores que a otros, incluso es positivo puesto que no todos los niños tienen las mismas preferencias.
Durante su estancia en este tipo de Centros los niños establecen lo que se denomina apego de transición entre ellos y sus educadores, que será sustituido por el apego hacia otras figuras en el caso de que su situación se normalice, sean acogidos o incluso adoptados en sus nuevos hogares.
En estos últimos casos, se lleva a cabo un proceso de adaptación para evitar un cambio brusco en la situación del niño. Este proceso no será fácil, puesto que en un primer momento el niño se mostrará reacio a estas nuevas figuras. El proceso consiste en que los miembros de la futura familia realicen visitas al niño que irán aumentando el tiempo de forma progresiva, realizando actividades cotidianas con el niño (las horas de la comida, interactuar jugando con ellos, salir a pasear, etc.) de esta manera los niños en pocos días enfocarán su atención hacia sus futuros cuidadores porque reciben más atención y empiezan a sentirse protagonistas. Esto muestra la flexibilidad de los niños para adaptarse a nuevas figuras de apego y a nuevas relaciones significativas en un futuro.
Por otro lado, estarán los niños que no son acogidos o adoptados, pasado un año y medio, que es el tiempo máximo adecuado en Centros de este tipo. Cuando la estancia de los niños en los centros son muy prolongadas se observan cambios de conducta y adaptación que repercuten en su desarrollo personal. Se empieza a notar la necesidad del niño de una familia y la falta de una mayor estabilidad, creándose situaciones de dependencia con sus educadores, demandando una mayor atención y empezando a ser notoria la necesidad de cambio. Estos aspectos
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