La Ley de la Selva, La Ley del Mas Fuerte.
Enviado por Natta Boujon • 26 de Mayo de 2016 • Monografía • 7.300 Palabras (30 Páginas) • 376 Visitas
Monografía Espacio de la Practica II
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La Ley De La Selva, La Ley Del Más Fuerte |
Boujon Natalin Goñi Martin Yñiguez Leandro |
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Escuela y un Ámbito Violento
La violencia es un problema que en el campo analítico se vincula con las escuelas y con las transformaciones económicas y sociales. En las escuelas se pueden ver los diferentes factores que se gestan en los ámbitos sociales y particulares que afectan a las instituciones académicas. La relación entre escuela y el contexto social no se pueden negar porque asumen interacciones en la comunidad escolar teniendo diferentes grados y niveles de violencia. También la relacionamos con la conflictividad en escenarios que vinculan a miembros adultos de la comunidad escolar mostrando la incapacidad de los tradicionales mecanismos de autoridad para regular y mediar en las relaciones entre los diferentes agentes de la comunidad escolar.
Desde la perspectiva histórica podemos ver que la autoridad de la escuela sufre transformaciones, donde la “crisis” y sus efectos hacen hincapié en la relación de vínculos intraescolares y la autoridad tradicional. Solo hay que tener en cuenta los vínculos intergeneracionales que generalmente ordenaban las relaciones entre adultos y niños.
En las crisis intergeneracionales la autoridad de la escuela, la violencia y conflictividad generan discrepancias de los que surgen transformaciones en las relaciones entre adultos y niños que se re significan respecto a las percepciones que deberían ocupar la violencia en el trato cotidiano entre padres e hijos, maestros y alumnos.
Desde la masacre de Carmen de Patagones (incidente ocurrido el 28 de septiembre de 2004 en el Instituto Nº202 Islas Malvinas de Carmen de Patagones) se ha tomado a la escuela como un lugar violento que se ha multiplicado a lo largo de los últimos años. Las explicaciones a la hora de dar un diagnostico son: se adjudican responsabilidades de manera unilateral a la escuela y a sus agentes por todo lo que ocurre en ella sea por acción o por omisión. A esta interpretación se la denomina la metáfora de la escuela opaca en donde parece suponer que lo que ocurre en el interior deba interpretado exclusivamente en función de la dinámica escolar, esto quiere decir que la escuela es exclusivamente responsable de todo lo que ocurre en ella. Una segunda reacción nos permite creer en la metáfora de la escuela transparente la cual la violencia escolar es la irrupción exterior de violencias extremas en donde actores individuales o colectivos entran en conflicto nos referimos “los inadaptados”, “los pobres”, “los villeros”, y “los marginales”.
“..En el ámbito escolar el desánimo sucede porque la escuela es vista. Y vivida como un lugar ajeno en el que no se pueden desarrollar los propios intereses y donde también se experimenta una sensación de fracaso y de estigmatización. Consideremos al respecto, otro caso puntual:
"Yo a la escuela dejé de ir. Y vas a ver que mi hermanito que ahora tiene 10 también la va a dejar. Lo va a hacer porque se aburre y aparte están citando a mí mamá todo el tiempo y mi mamá no puede ir. La llaman por la ropa, porque dicen que va sucio, porque le pega a los otros pibes, porque le dicen que mi hermano les roba a los demás chicos. Todo lo mismo que me decían a mí le dicen a él. Y a mí me hacían repetir siempre; por ah! otro chico sabía lo mismo que yo y a mí me hacían repetir y a él no. Entonces para qué voy a ir si no paso de grado y sí aparte no aprendo nada. Y para que la anden molestando a mi mamá... " [1] (Miguez, 2010)
Podríamos interpretar que la escuela no tiene nada que ver respecto a la violencia que ocurre en su interior mientras esta sea externa y las causas también lo sean, por lo tanto no tiene sentido intervenir sobre su espacio específico hasta que las soluciones y las fuentes de la violencia social (factores económicos-sociales) poco se podrá hacer en relación a la violencia en las escuelas.
Si quisiéramos encontrar los niveles de violencia en lo que denominas escuela transparente debería estar en relación con lo que se registra en su entorno inmediato permitiéndonos afirmar que los niveles de conflicto y/o violencia en el interior no es más que una relación indirecta con su entorno y con una serie de factores que encontramos en el interior del establecimiento.
La violencia en la escuela es un fenómeno heterogéneo que se manifiesta de la misma manera y que tendría iguales o similares causas e idénticos efectos, dándonos cuenta que la violencia no es tan uniforme estableciendo diferencias entre sus manifestaciones y causas. En cuanto a sus formas sabemos que las hay, física, emocional (integridad afectiva de un persona se ve afectada) o simbólica (cuando se discrimina su cultura y/o valores), mientras que sus causas se pueden distinguir las políticas, diferencias socioeconómicas o debido a factores de institucionalidad escolar o exógenos a ella.
“…La violencia no sólo se relaciona con el resentimiento; el estado mismo de privación hace que el uso de la fuerza sea considerada normal. A diferencia de lo que sucede en los sectores medios donde las rutinas y formas de relación social hacen de la violencia física un hecho inusual, esporádico y grave, la rutina de los chicos que sufren privaciones la convierte en una experiencia cercana y recurrente…” (Miguez, 2010)[2]
Según Benbenishty y Astor (2005)[3] cuando abordan el tema de la violencia en los contextos escolares y en sus distintas formas, distinguen tres formas que se desarrollan de manera desigual, en poblaciones y cusas totalmente disimiles una a la otra:
- Violencia verbal y social: uso de apelativos descalificadores y el aislamiento social
- Violencia física leve: empujones, tirones de pelo.
- Violencia física agrave: lastimar con objetos punzocortantes
Podemos observar que la mayoría de la violencia es simbólica de índole emocional que se manifiesta de manera conflictiva generando malestar entre alumnos y maestros, aunque se puede entender que se desarrolla de maneras diferentes en comunidades escolares y sectores sociales.
“…Se trata de una forma de violencia quizás no abiertamente conflictiva, pero que no obstante permea la vida de las comunidades escolares, y que tiene como característica fundamental que vacía de sentido, transforma en algo mecánico y vacuo, a las actividades de los principales actores que las integran. Es decir, alumnos, docentes, directivos son afectados por una sensación de malestar porque el contexto escolar no les permite satisfacer las expectativas que vuelcan en el. En muchos casos estas sensaciones de malestar dan lugar a conflictos interpersonales, porque cada uno de los involucrados hace responsable a los otros de su condición. Y, sin embargo, muchas veces no se trata de las características individuales de los actores, sino de condiciones de la estructura institucional. Es decir, de ausencia o falta de mecanismos institucionales que permitan resolver las situaciones que se enfrentan…”[4] (Miguez, Noel, 2009)
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