La Psicología Evolutiva De Jean Piaget (1896-1980)
Enviado por GrannyBritoC • 7 de Junio de 2013 • 3.327 Palabras (14 Páginas) • 577 Visitas
La psicología evolutiva es una corriente o escuela de la psicología que estudia la evolución psíquica de las personas desde su nacimiento hasta la madurez. En un sentido más amplio, los psicólogos evolutivos también estudian la evolución psíquica hasta la vejez. Jean Piaget está considerado como el padre de la psi¬cología evolutiva porque fue el primer psicólogo que estudió, de manera pro¬funda y con mucho rigor, la evolución psicológica de las personas, desde que nacen hasta que llegan a la edad adulta. Después de Piaget, la psicología evolutiva ha conocido un gran desarrollo y muchos psicólogos se han dedicado a estudiar la evolución psicológica de la persona desde puntos de vista diferen¬tes: conductistas, psicoanalistas, cognitivos, etc.
Según Piaget, cuando el hombre nace sólo dispone de unas conductas llamadas reflejos. Los reflejos son conductas innatas muy sencillas, como chupar, coger, el movimiento de los brazos y piernas, etc. Estos reflejos son la base con la que el niño, en contacto con el entorno, irá construyendo su inteligencia. Por ejemplo, el reflejo de apre¬tar con la mano será la base para llegar a escribir. El niño va acumulando todo lo que aprende y el desarrollo de la inteligencia consistirá en la acumu¬lación de esquemas y maneras de resolver problemas. El concepto de esque¬ma es clave en la teoría piagetiana porque representa la manera en que el niño estructura y organiza su mente en cada momento de su vida, a partir de lo que ya sabe y con el contacto con el mundo exterior.
Piaget y sus colaboradores dividieron el desarrollo mental del niño en SEIS etapas que llamaron ESTADIOS:
(1) estadio de los actos reflejos (aproxima¬damente desde el nacimiento hasta los tres meses);
(2) estadio de la organi¬zación de las percepciones y hábitos (desde los tres/cuatro meses hasta, aproximadamente, el año);
(3) estadio de la inteligencia práctica o sensorio-motriz (1-2 años);
(4) estadio de las operaciones preoperativas (2-7 años);
(5) estadio de las operaciones concretas (7-12 años), y
(6) estadio de las operaciones formales (12-10 años).
Estos límites de edad son simplemente orientativos. Cada estadio o etapa responde a nuevas necesidades y estímulos del niño que se adapta a lo que le pide el medio ambiente. Los esquemas que va aprendiendo se acumulan y se incorporan a su mente, es decir, el niño va construyendo su inteligen¬cia equilibrando su mente a lo que le rodea. Este progreso se produce simultáneamente en tres ámbitos: el físico, el intelectual y el afectivo. Por ejemplo, cuando un niño empieza a andar (ámbito físico), puede resolver unos problemas con desplazamientos de objetos (ámbito intelectual) que antes no podía hacer, y se tiene que adaptar a una nueva relación afectiva como ir a buscar al padre o la madre (ámbito afectivo). Los estadios se suceden en el orden que hemos mencionado y su duración depende del grado de maduración de cada niño.
Los tres primeros estadios: (1) estadio de los actos reflejos, (2) estadio de la organi-zación de las percepciones y hábitos y (3) estadio de la inteligencia práctica o sensorio-motriz (0-2 años)
Podemos considerar en conjunto los tres primeros estadios, de los que desta¬ca el último, llamado de la inteligencia práctica o sensorio-motriz. Antes no se daba mucha importancia al niño de 0 a 2 años que ni siquiera hablaba. En cambio, Piaget habla de una «revolución copernicana» en este período de tiempo. Esta revolución consiste en pasar de creer que el mundo es el propio cuerpo del niño a descubrir que hay un universo fuera de él y a construir el lenguaje. Desde el nacimiento hasta los 18 meses, el niño elabora unas estructuras cognoscitivas o intelectuales y una serie de reacciones afectivas elementales que serán la base de su vida inteli¬gente y afectiva posterior.
a) Construcción intelectual
Al nacer, el niño es sólo instinto y los sentidos son su fuente de información del mundo exterior. Por ejemplo, el niño posee el instinto de chupar. Se trata de un instinto que le permite sobrevivir, mamar, pero que, poco a poco, se convierte, además, en una manera de (o en un instrumento para) comprender y conocer el mundo, y de aquí que el niño lo chupe todo y se lo ponga todo en la boca, el chupar ha pasado de ser un mero instin¬to que le permite alimentarse a ser una herramienta para conocer la realidad que le rodea. Otro ejemplo lo podemos observar en los movimientos instintivos de las manos y de los brazos, los cuales inicialmente son solo un ejercicio físico y acaban siendo herramientas «intelectuales» del niño. Así, cuando un niño coge un objeto, realiza una actividad motriz y nada más. Pero si tira ese objeto al suelo una y otra vez, ya ha transformado el acto motriz en un experimento sobre la ley de la gravedad. Y si, pongamos por caso, estira una sábana sobre la que se encuentra un juguete que le gustaría co¬ger pero no puede alcanzar, nos encontramos entonces ante una actividad de resolu¬ción de problemas: una actividad inteligente. Manipulando los objetos, el niño desarrolla su inteligencia. Alrededor de primer año cuando empieza a andar, esta posibilidad aumenta muchísimo; su nivel intelectual cambia por completo y da un salto de gigante, al final de la etapa, con la adquisición del lenguaje.
Piaget está convencido de que el niño es capaz de resolver problemas, de ser inteligente, antes de ser capaz de usar el lenguaje. Si se dice que el pensa¬miento no es otra cosa que lenguaje interiorizado, ¿cómo podemos afirmar que un niño «piensa» si todavía no dispone del lenguaje? Piaget contesta de¬mostrando que el niño resuelve problemas si dispone de los elementos del problema, los tiene presentes ante sí y los puede manipular, es decir el niño posee solo inteligencia práctica o sensorio motriz pero no, todavía, inteligencia abstracta o formal . Por otro lado, hacia el final del segundo año de vida, el niño construye también las categorías prácticas (no todavía nociones o conceptos abstractos) de objeto, espa¬cio, causalidad y tiempo, propias de una conducta inteligente.
b) Desarrollo afectivo
De manera paralela a la construcción intelectual, los niños desarrollan su mundo afectivo, básicamente los llamados sentimientos elementales, como alegría, tristeza, éxito, fracaso, etc. Estos sentimientos los experimentan en función de las personas que los rodean. En esta etapa, los niños y niñas tam¬bién «eligen» sus objetos afectivos. El primer objeto afectivo escogido es la madre, y después, el padre. Posteriormente, son las personas que habitualmente rodean a los niños y las niñas. A partir de estas primeras elecciones se desarrollará, en la próxima etapa, el principio de simpatía y antipatía.
(4) Las operaciones preoperativas (2-7 años)
El rasgo dominante de esta etapa es la aparición del lenguaje. El lenguaje pro¬voca las siguientes tres novedades: El inicio del pensamiento, la elaboración de las primeras intuiciones y el comienzo de la socialización.
a) Inicio del pensamiento.
El pensamiento comienza al poder «interiorizar» el niño las palabras y, sobre todo,
al poder elabo¬rar «representaciones interiores» o intuiciones. Piaget habla de «génesis», es decir, de nacimiento del pensamiento, y debemos recordar que uno de los ras¬gos de la inteligencia es el pensamiento. El pensamiento no nace de golpe; es un proceso largo que dura desde los dos años hasta el final de la etapa.
Al prin¬cipio, el pensamiento del niño es egocéntrico, todo gira a su alrededor. En el mundo, las cosas están pensadas y funcionan para que él las utilice. Esta asimi¬lación del mundo va acompañada de una intencionalidad en las cosas, por ejemplo el niño cree cosas como: «La luna brilla para que yo pueda ver por la noche». Esta actitud recibe el nombre de¬ animismo y nos recuerda viejos mitos de culturas primitivas (al¬gunas civilizaciones atribuyen voluntad e intenciones a las nubes o al sol, a un volcán o a un río).
El otro rasgo de la inteligencia infantil es la pregunta sobre el porqué. No distinguen entre el porqué causal y el porqué final. «¿Por qué cae una pelota? Porque el suelo hace bajada (causal), o porque la pelota es mía y se dirige hacia donde estoy yo (finalidad)».
También creen que todas las cosas han sido hechas por el hombre, y no hay separación entre las leyes o fuerzas humanas y las natura¬les. Los hombres han plantado piedras y han crecido, y por eso hay montañas. Esta actitud se conoce como artifícialismo. Todas estas características del pensamiento en sus fases más tempranas se irán abandonando posteriormente a lo largo de la evolución del individuo.
b) Elaboración de las primeras intuiciones.
En este estadio, los niños no tienen todavía razonamiento lógico, pero lo su¬plen con una intuición espectacular y primitiva. Por ejemplo, enseñamos al niño una fila de fichas de colores y, al lado, una pila de fichas. Le pedimos que haga una fila con el mismo número de fichas. A los 4 o 5 años hará una fila de la misma longitud que tiene la que le hemos enseñado, pero no tendrá en cuenta el número de fichas. ¿Qué ha pasado? Que ha tenido una intuición de igualdad espacial (subordinada aún a la percepción visual). Es decir, ha valorado la cantidad de fichas por el espacio ocupado. Pero al cabo de uno o dos años, el niño ya hace una fila con el mismo número de fichas que tenía la que se le propuso con independencia de la longitud: ha adquirido ya, pues, una intuición de
...