La inteligencia emocional

La inteligencia emocional es un elemento clave en el liderazgo

Sánchez Saldaña, Sandra

Los buenos líderes son aquellos que nunca pierden el control, que se enfrentan a sus retos dejando a un lado sus problemas personales y que confían plenamente en sí mismos. Los buenos líderes se reconocen también porque escuchan a los suyos y son comunicativos, y también porque se informan concienciudamente antes de tomar decisiones, valorando seriamente sus posibles repercusiones. Así, la inteligencia emocional juega un papel fundamental en el liderazgo.

Para resolver un conflicto no siempre es posible realizarlo de manera racional, pero si por medio de la inteligencia emocional, el cual toma un papel importante en el liderazgo, la motivación y la negociación. Por ello es importante que los ejecutivos conozcan herramientas de la inteligencia emocional que los ayude a lograr sus objetivos y el éxito.

En el presente ensayo, desarrollaremos en primer lugar el concepto de inteligencia emocional, luego veremos el desarrollo de la importancia de la inteligencia emocional en la vida y en los líderes, finalmente expondremos algunas herramientas de la inteligencia emocional para que los ejecutivos puedan lograr el éxito.

A fin de definir la inteligencia emocional, Goleman (1996) consideró necesario señalar en primer término que es la emoción. Para este autor la emoción es un estado mental de alteración de la mente, un sentimiento, un frenesí y vehemencia. Goleman (1996) definió la inteligencia emocional como la disposición de admitir nuestros propios sentimientos y los sentimientos de los demás.

Asimismo, Shapiro (1997)  indicó que el término “Inteligencia Emocional” se mencionó alrededor de los años 90 por los psicólogos Peter Salovey de la Universidad de Harvard y John Mayer de la Universidad de New Hampshire, bajo dicho termino describieron las cualidades emocionales como la empatía, la expresión y comprensión de los sentimientos, el control de nuestro genio, la independencia, la capacidad de adaptación, la simpatía, la capacidad de resolver los problemas en forma interpersonal, la persistencia, la cordialidad, la amabilidad y el respeto.

Olvera (2002) señaló que Salovey y Mayer definieron la inteligencia emocional como una habilidad de monitorear las emociones y sentimientos propios así como la de los demás, discriminándolas y regulándolas para la solución de los problemas, identificaron cuatro áreas de la Inteligencia Emocional: la percepción, facilitación emocional del pensamiento, entendimiento de las emociones y regulación adaptativa de la emoción.

Finalmente, Goleman (2000) nos referencia que la inteligencia emocional no es ahogar las emociones, sino dirigirlas y equilibrarlas. Ejercer dominio emocional no significa negar o reprimir los sentimientos. Por ejemplo, pueden ser útiles los estados de ánimo «malos»: el enojo, la tristeza y el miedo pueden ser intensas fuentes de motivación, sobre todo cuando surgen del afán de corregir una situación adversa o injusta. La tristeza compartida puede unir a la gente. La urgencia nacida de la ansiedad mientras no sea sobrecogedora puede estimular el espíritu creativo.

Lussier y Achua (2005) indicaron que el liderazgo es el proceso de influencia de líderes y seguidores para alcanzar los objetivos de la organización mediante el cambio. Un líder tiene la capacidad de emocionar a las personas hasta llegar a niveles extraordinarios de logro. El liderazgo es una habilidad que puede ser entrenada y debe buscar orientar e impulsar a los seguidores hacia la meta, mediante relaciones motivadoras y llenas de mucha energía. Todas estas definiciones comparten  que el liderazgo es una actividad basada en la relación con otros.

Está claro que es muy importante ser talentoso, conocer el entorno económico actual, entender el mercado y ser analítico entre otras cosas para dirigir a una empresa u organización. Sin embargo, ¿se puede influenciar, dirigir, emocionar, orientar o impulsar a las personas hacia un objetivo sin inteligencia emocional? En un estudio de Goleman (como se cita en Reig, 2004) se dijo que un líder puede tener un coeficiente intelectual elevado, una formación académica insuperable pero ser incapaz de dirigir un equipo hacia el éxito. Boyatzis, Mckee y Johnston (2008) con su libro líder emocional plantearon que las competencias relacionadas con la inteligencia emocional y social son los principales factores que diferencia el gran liderazgo con el corriente. Esto ya que tanto la inteligencia emocional como social  ayudan a afrontar  las propias reacciones internas, estados de ánimo y a saber cómo interactuar con las demás personas.

En resumen, el líder de un grupo humano también debe ser  capaz de influir en las emociones de los demás de manera positiva para lograr objetivos. Por ello, el líder emocional debe tener ciertas características. De acuerdo a estudios de Goleman, Boyatzis, Mckee (2002) en su libro El líder resonante  definieron  cuatro dimensiones sobre la inteligencia emocional:

1. Conciencia emocional de uno mismo: ser conscientes de las propias emociones y reconocer su impacto.
2. Autocontrol emocional: capacidad de manejar adecuadamente las emociones y los impulsos conflictivos.
3. Conciencia social: ser capaz de experimentar las emociones de los demás, comprender su punto de vista e interesarnos en las cosas que les preocupan.
4. Gestión de las relaciones: Capacidad de esbozar visiones claras, utilizar tácticas de persuasión, desarrollar a los demás y establecer vínculos de trabajo en equipo y colaboración.

Mucho se ha hablado del impacto que tiene la inteligencia emocional en el desarrollo individual y personal, pero poco del impacto que puede tener la inteligencia emocional en el mundo de los negocios y empresarial. El estrecho vínculo entre inteligencia emocional y resultados medibles en los negocios ha sido descrito y evaluado a través de estudios de investigación por Goleman (1996) en su estudio muestra un alto grado de relación entre inteligencia emocional y el liderazgo efectivo. Y aunque señala que este no indica que el coeficiente intelectual y las capacidades  técnicas no sean relevantes, afirma que estos elementos por si solo nos son suficientes cuando hablamos de un ejecutivo efectivo. Es clave para el liderazgo la inteligencia emocional. La inteligencia emocional al parecer no solo está relacionada con el éxito de un negocio sino que además lo puede  predecir de manera directa.

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