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Las cuatro virtudes corporales.

amyssTesis25 de Febrero de 2013

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Las cuatro virtudes corporales.

Queridos amigos internautas, hoy os voy a hablar de las cuatro virtudes corporales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.

Como todos sabemos los puntos cardinales son cuatro: norte, sur, este y oeste. Con ellos y mediante coordenadas podemos saber el lugar de cualquier punto del globo terráqueo.

Eso mismo nos pasa con las 4 virtudes cardinales, que según ellas podemos saber la situación y el estado de nuestra alma.

- Prudencia.

Esta virtud es importantísima, pues al faltar a ella cometemos muchos actos que perjudican a los demás. Unas veces por dejarnos llevar de la novedad o de la impaciencia, faltamos a la prudencia. Y otras veces ponemos en peligro nuestras vidas y las de los demás por no ser prudentes.

Jesús nos enseñó una parábola que nos lo ilustra muy bien. La parábola de las 10 vírgenes, 5 prudentes y 5 imprudentes. Todas ellas se prepararon para asistir a un banquete y llevaban en sus manos lámparas de aceite encendidas para alumbrarse esperando que llegara el señor de la casa. Como él tardaba se quedaron todas dormidas y de pronto se oyó un ruido y una algarabía anunciando que el señor de la casa había llegado. Todas se levantaron y vieron que sus lámparas se estaban apagando. Las prudentes habían cogido unas pequeñas botellitas de aceite y las echaron en sus lámparas, y las imprudentes no se entretuvieron en coger aceite y le pidieron a las otras que les dieran un poco del suyo. Estas les contestaron: “id a comprar vosotras un poco, porque si os damos el poco que tenemos nos quedaremos todas sin aceite”. Mientras las otras se fueron a comprar el aceite llegó el señor de la casa y las que estaban preparadas entraron en el convite, y las otras se quedaron fuera.

Los discípulos miraban a Jesús sin comprender qué quería decir esto. Y él les dijo que las 10 vírgenes representaban a la humanidad y el señor de la boda era Dios cuando venga al juicio final al final de los tiempos. Las que están preparadas con sus buenas obras y actitudes en la vida, entrarán en el reino de Dios; y las que han vivido anticipadamente, se quedarán fuera.

Como veis, esto explica perfectamente la virtud de la prudencia. De ser precavidos y acumular buenas obras.

- Justicia.

A todas horas escuchamos “me tienen que hacer justicia”, “quiero justicia”, “qué poca justicia hay”, “la justicia es para los ricos”. La palabra “justicia” se ha devaluado de tal manera que cada vez menos personas creen en la justicia, pues los que administran justicia unas veces por cansancio, por aburrimiento o apatía no se esfuerzan lo suficiente en buscar la justicia. Jesús explicó otra parábola para ilustrar este tema.

Había una pobre viuda de la que querían abusar quitándole lo poco que tenía. Y ella llamaba a la puerta del juez, pidiendo justicia. Pero él no le hacía caso, y ella en vez de desanimarse cada vez aporreaba más su puerta de día y de noche pidiendo que le hiciera justicia. Ya el juez cansado de oírla, dijo “voy a hacerle justicia, pues esta mujer no me deja comer, ni dormir, ni vivir”. Entonces Jesús les explicó que cuando tengamos necesidad de pedir algo que es justo, que insistamos e insistamos, recemos a Dios padre. Que si el juez le hizo justicia a la viuda por cansancio, Dios, que es nuestro padre, desde el cielo si lo pedimos con fe nos hará justicia.

- Fortaleza.

Muchas veces vemos a personas enfermas o disminuidas tristes y desamparadas y sin embargo las vemos con fortaleza y entereza, y nos dan ejemplo a los demás de su fuerza interior. Pensamos “¿cómo esta gente no se desespera y encima tiene fuerza?”. Esa es la fortaleza. Otras veces vemos a personas que cuidan de otras, ancianos, niños,

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