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Los Aportes De Humberto Maturana A La Psicoterapia

dorita2229 de Octubre de 2013

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Los aportes de Humberto Maturana a la psicoterapia

Alfredo Ruiz

Instituto de Terapia Cognitiva INTECO

Santiago de Chile

La psicología contemporánea todavía aparece muy influida por los paradigmas empiristas, aquellos que aceptan que hay una realidad única y universal, igual para todos y existente con independencia del observar del observador. Según este modelo, el organismo es esencialmente pasivo y únicamente responde a un orden externo dado, donde el sentido de las cosas está de antemano objetivamente contenido. Así, la mente humana se vuelve meramente un receptor pasivo de ese orden externo, lo que la determina casi en su totalidad.

La rígida simplicidad de este punto de vista, sin embargo, ha entrado en una profunda crisis explicativa a partir de los últimos 15 años de una manera concomitante con una convergencia interdisciplinaria (la segunda cibernética, la epistemología evolutiva, la termodinámica irreversible, las ciencias cognitivas, la neurociencia y el neodarwinismo entre otras), desde la cual se está dando lugar a una perspectiva de base totalmente diferente: la de las ciencias de la complejidad.

La noción de ciencias de la complejidad ha emergido en los últimos años en parte como una síntesis de algunas disciplinas tradicionales como la biología, la física y las matemáticas. Los sistemas complejos (por ejemplo, los seres vivos, el cerebro y los sistemas sociales) de los que se ocupan no se encuentran dentro de los confines de una sola disciplina tradicional, sino que para su estudio requieren del conocimiento y las técnicas de varias disciplinas.

Este panorama permite hoy vislumbrar una nueva colaboración entre las "ciencias duras" y las ciencias sociales (como la psicología, la psicopatología, la sociología, la antropología), sobre todo cuando éstas últimas, al decir de Guidano, tienen un atraso de 20 a 30 años respecto de las primeras, atraso que obedece, según el mismo autor, a que las ciencias sociales no se han preocupado de los aspectos epistemológicos. Un ejemplo sobre las "ciencias duras": Los físicos en los últimos diez años han aclarado los fenómenos que ocurrieron cuando estalló el Big Bang (el inicio del Universo) e incluso han logrado reconstruir los sucesos alrededor de 14 segundos después de esa gran explosión. Pero no lo han hecho especulando, sino construyendo, explicando los procesos y han llegado en lenguaje científico a decir cosas que para los cientistas sociales ni siquiera son pensables, como la existencia de la antimateria; entender que la materia existe únicamente por que está flotando en mares de antimateria, de no materia. Esto ha sido posible para la física porque ha conservado el contacto con la epistemología.

Ahora bien, la concepción de las ciencias de la complejidad, como considera a los organismos vivos en términos de su complejidad, enfatiza desde el comienzo su autodeterminación y autorganización, así como lo abierto y plástico de los caminos de su evolución y desarrollo. El elemento básico de esta perspectiva es la mutación de la noción de realidad y la del observador. Esto llevó a un cambio radical en la relación observador-observado, en la cual ya no se acepta el acceso a una realidad única independiente del observador y, por el contrario, se propone que existen tantas realidades como modos de vivir surgen en cada ser.

La contribución de Humberto Maturana, Premio Nacional de Ciencias Biológicas 1994, a las ciencias de la complejidad es reconocida; también su influencia en el pensamiento y la investigación de muchos científicos relacionados con ellas. Cuando al final de su vida a Bateson le preguntaron acerca de quién podría continuar con el estudio de la "Creatura", el mundo de los seres vivos, él contestó que el centro para ese análisis es ahora Santiago de Chile, a cargo del cual está un hombre llamado Humberto Maturana. Del mismo modo, teóricos y psicoterapeutas como Guidano y Arciero, al hacer referencias específicas al enfoque de Maturana, lo nominan como la "Escuela Chilena". Los aportes más significativos que ha hecho a las ciencias de la complejidad, han sido el rechazo al racionalismo objetivista y a la representación de las teorías de la cognición, la autrorreferencialidad de toda adaptación y conocimiento, el énfasis del lenguaje en la construcción de la experiencia humana y el involucramiento del conocimiento en el ser total, lo cual desafía la dualidad tradicional entre mente y cuerpo que antes de veían separados.

El aporte que la teoría de Maturana ha hecho a la psicoterapia es también vastamente reconocida. De hecho es constantemente requerido para congresos en Chile y el mundo; además, su aporte es entregado directamente como profesor de institutos de formación en esa área.

Es objetivo de este artículo exponer algunas de sus ideas más importantes, y relacionarlas brevemente con la psicología y la psicoterapia.

La teoría biológica del conocer

Señalábamos que la convergencia interdisciplinaria ha dado como resultado cambios epistemológicos en la relación observador-observado. El aporte de Humberto Maturana a la nueva propuesta epistemológica es fundamental. Es el primer científico que desde su hacer de biólogo propone que el conocimiento es un fenómeno biológico y que, por tanto, sólo puede ser estudiado y conocido como tal. Aún más, su proposición es que la vida misma se entiende como un proceso de conocimiento, el cual le sirve al organismo para adaptarse, para sobrevivir. Ningún organismo, por tanto, está interesado en saber si su conocimiento es verdadero o no, cuando eso no importa para su supervivencia. Así la obra de Maturana puede ser caracterizada como un sistema explicativo unitario y ontológico de la vida o de la vivencia. Ontológico, porque ve la experiencia humana desde un punto de vista situado dentro de ella misma y no desde un punto de vista externo o fuera de ella.

Como surge desde su ser biólogo, el enfoque de Maturana permite reflexionar en los términos más amplios, en el sentido de que todo lo relacionado con la vida puede ser explicado desde allí. Desde este punto de vista, la psicología es parte de la biología ya que los fenómenos que estudia se dan en el vivir de los seres vivos. Aunque Maturana le reconoce un dominio propio, cuyo ámbito es el estudio de la dinámica de las relaciones e interacciones que se dan entre los organismos como totalidades, su razonar biológico le hace ver la mente como una instancia de la vida, como una organización dentro de la organización que es la vida misma. La vida y la mente se auto-organizan; son sistemas estructuralmente determinados, autopoiéticos (en el sentido de que los organismos vivos se están siempre auto-creando) y autorreferenciales, es decir circulares.

Este planteamiento ha tenido para la psicoterapia consecuencias incalculables. Desde ya, cualquier cambio que surja en los sistemas humanos por la intervención de un psicoterapeuta, es siempre un reordenamiento de la experiencia del paciente, determinado por el propio paciente y no por el terapeuta. Así, éste último puede sólo "perturbarlo" para gatillar su reorganización, pero nunca "instruirlo"; vale decir, no puede traspasarle "información directa", como postulan las escuelas tradicionales, incluso el psicoanálisis.

El determinismo estructural

Maturana postula también que todos los cambios que puedan experimentar los sistemas autopoiéticos son determinados por su propia organización y estructura. Aunque estos dos conceptos son propiedades de los seres vivos (entendidos en la terminología de Maturana como "unidades compuestas de una clase particular"), no son sinónimos. La organización se refiere a la relación que se da entre los componentes de una "unidad compuesta" y que determina las propiedades de esa unidad. La estructura, en cambio, apunta a los componentes actuales y a la relación que ellos deben satisfacer al participar en la constitución de una "unidad compuesta". En otros términos, los seres vivos mantenemos nuestra organización durante toda la vida; precisamente, el que nos reconozcamos siempre la misma persona, desde nuestra infancia a nuestra vejez, está en relación a que nuestra organización ha permanecido invariante. Pero la estructura es variable: determina qué cambios son posibles para una "unidad compuesta" y que interacciones específicas se requieren para desencadenar esos cambios (el caso, por ejemplo, de quien se recibe de ingeniero, y a los 40 años decide dedicarse a la poesía).

Así, si bien todo un sistema está operacionalmente constituido por su organización, su operación efectiva es realizada en -y a través de- su estructura, de modo tal que, aunque el dominio (o espacio) de interacciones del sistema como totalidad está especificado por su organización, las interacciones efectivas ocurren a través de sus componentes. A la luz de esto, el afirmar que los sistemas son estructuralmente determinados implica que todo lo que en ellos ocurre no está determinado por nada externo a ellos; y que cuando, como observadores, vemos algo que incide sobre un sistema, no es ese algo lo que provoca el cambio, sino sólo lo que desencadena dentro del sistema un cambio estructural que estaba previamente determinado en la configuración del mismo.

En la psicoterapia, esto permite ver que los cambios que el paciente puede experimentar están acotados por su organización, por su identidad sistémica (en otros términos, podrá cambiar sólo hasta el punto en que no corra riesgos su organización). De tal manera, la psicoterapia siempre tiene un límite, límite que está dado por el paciente

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