Monografia Histeria Unlp
Enviado por marievgp1982 • 15 de Mayo de 2013 • 8.220 Palabras (33 Páginas) • 689 Visitas
Trabajo monográfico
Cátedra de Psicodiagnóstico
HISTERIA
Profesora: Sylvia Gimeno.
Entrega: 31/08/07
En este trabajo monográfico intentaremos dar cuenta de la Estructura Histérica, tomando como eje referencial los criterios de diferenciación estructural que postula Otto Kernberg y haciendo una articulación entre su teoría y los dos casos propuestos por la cátedra.
Considerando la presentación clínica general de la neurosis histérica, podemos decir respecto al discurso, que se presenta plagado de lagunas (fruto de la represión, mecanismo defensivo característico de las neurosis), es carente de precisión, difuso, global, básicamente impresionista. En la neurosis histérica es común el uso de diminutivos y autorreferencias infantiles, siendo el infantilismo y la inmadurez rasgos claros de la represión.
El fin del discurso histérico es atraer, manipular, exhibir; el énfasis esta puesto en el mensaje, subordinando el contenido al tono afectivo, lo que explica la falta de coherencia al desarrollar argumentos; el histérico intenta causar un impacto estético mediante la dramatización, por lo cual es imprescindible la presencia de público. Su estilo lírico poético es adjetivante y con ello busca ser aprobada y recibir amor; la sugestibilidad esta al servicio de sus necesidades de agradar y complacer. Su lenguaje está poblado de exclamaciones, adjetivaciones, verbos pasivos. Son palabras frecuentes: “fascinación”, “intriga”, “divertido” y los superlativos.
En cuanto al síntoma, definido como formación de compromiso, podemos ver en ocasiones compromisos en los que el impulso censurable encuentra alguna vía sustitutiva de desahogo, el cual puede ayudar a rechazar los restos del impulso originario. Una parte de la energía bloqueada es descargada, pero en forma tal como para intensificar la defensa contra la parte restante. El síntoma neurótico típico expresa a la vez el impulso y la defensa.
Los mecanismos especiales de formación de síntomas determinan, en cada caso, la sintomatología y la evolución clínica de una neurosis.
Todo síntoma neurótico tiene el carácter de sustituto de una satisfacción pulsional. Los síntomas de conversión, específicos de la histeria, no son expresiones de afecto, sino representaciones específicas de pensamiento, que pueden ser traducidos al lenguaje somático. Se caracterizan también por un desbaratamiento repentino del dominio del yo sobre la motilidad y los síndromes involuntarios de descarga física. Su origen está históricamente determinado por experiencias del pasado de cada individuo, acontecimientos que dieron lugar a la represión.
Las fantasías de los histéricos, luego de haber sido reprimidas, encuentran su expresión plástica en alteraciones de las funciones fisiológicas.
Los individuos histéricos, o bien no superan nunca su situación de objeto primitiva, o están fijados a este objeto, y a raíz de un desengaño ulterior vuelven a él. El Yo intenta proseguir los síntomas como un derivado de la sexualidad infantil misma y se esfuerza por separar los síntomas del resto de la personalidad, e ignorarlos (Belle indifferènce).
Tomando como referencia los aportes de Shapiro, entendemos el “estilo neurótico” como una forma o tipo de funcionamiento, que caracteriza un área dada de la conducta, pensamiento, percepción, modos de experimentar la emoción, etc. El estilo implica modos de funcionamientos estables y generales, propios del sujeto, identificables a través de una gama de actos de distinta índole.
Con “estilos neuróticos” Shapiro significaría, entonces, esos modos de funcionar característicos de los diversos estados neuróticos, que representan organizaciones estables dentro de la personalidad y que pueden verse cristalizadas en el interior del sujeto por diversos rasgos, mecanismos de defensa, síntomas, modos de percibir, de pensar, de recordar, de experimentar las emociones y de actuar.
Tomando como parte del estilo las cualidades del conocimiento y pensamiento de la histeria, Shapiro describe el conocimiento histérico como global, difuso y carente de precisión, podría decirse que es impresionista, carente de un agudo foco de atención: la persona histérica tiende a responder en forma rápida, dejándose llevar por lo inmediatamente impresionante, chocante o por lo meramente obvio, lo cual pude ser una manera de mantener el control de sus impulsos. Las cualidades inmediatas e impresionistas de sus percepciones originales sugieren que, además del problema de la introspección, el conocimiento original no incluye la clase de datos técnicos, precisamente definidos. Esto constituye una forma de conocimiento vago, difuso y hasta infecundo, del contenido claro y preciso del pensamiento.
Además podemos destacar como otras características del estilo histérico la incapacidad para la concentración intelectual perseverante o intensa (aun cuando sus dotes intelectuales no harían esta situación esperable); la capacidad para la dispersión o para la impresionabilidad y, particularmente, el mundo irreal dentro del que vive, un mundo subjetivo, relativamente carente de hechos y fantástico. Así también es destacable como rasgo histérico la teatralidad o cualidad histriónica, haciendo referencia a la calidad exagerada y poco convincente de su emotividad, sin estar conscientes de que están actuando.
Si relacionamos la descripción anteriormente dada en cuanto a lo que Shapiro define como “estilo histérico”, con la hipótesis interpretativa de localización de repuestas de detalle usual (D), la cual enuncia que este tipo de respuestas implican capacidad de analizar y reconocer lo manifiesto, en algún sentido obvio, podemos ver claramente que la presencia aumentada de esta localización en un protocolo estaría dando cuenta de dicho estilo de percepción y conocimiento. Como sostiene Weigle, el componente curioso de la tarea intelectual es temida por su peligro de presentificar fantasías edípicas fuertemente reprobables y esto desalienta la incursión en lo intelectual. El efecto de la represión le impedirá mirar las láminas como un todo en el Rorschach, y tampoco se inclinara a ver detalles inusuales.
Esto puede ejemplificarse con el Rorschach de Amarylis, teniendo en cuenta la gran cantidad de respuestas “D” y la ausencia de detalles pequeños tanto usuales como inusuales, dando cuenta así de la falta de precisión en el conocimiento, que es de carácter impresionista y muestra relativa incapacidad para una atención
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