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Necesidad


Enviado por   •  5 de Diciembre de 2013  •  1.745 Palabras (7 Páginas)  •  248 Visitas

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La necesidad de la formación valoral

INTRODUCCIÓN

El siguiente tema que se desarrolla, nos presenta la importancia de la formación valoral, en nuestro proceso de crecimiento como seres humanos, sabemos de ante mano que existe una necesidad desde niños de realizar una formación valoral, que determine nuestras conductas, y la forma de actuar o responder hacia ciertas situaciones, dilemas (como nos los mencionan nuestros autores analizados) que se presentan a lo largo de nuestra vida.

Las actitudes, la ética, virtudes y la moral, están altamente ligadas y vinculadas con nuestra formación y jerarquización de valores, es necesario conocer sus definiciones para poder tener un vínculo más significativo en nuestra escala de valores.

La jerarquización de valores y la formación de los mismos dependerán de nuestro contexto, familia, y nuestras propias convicciones.

La vida se desarrolla de tal manera que no podemos dejar de un lado nuestra formación de valores y la jerarquización de los mismos.

La necesidad de la formación valoral

Para la formación valoral, necesitamos no solamente conocer los valores en sus distintos apartados, sino también conocer actitudes, la ética que se maneja así la moralidad del contexto en el que desarrollamos, y bien también, en el contexto que se desarrollaran nuestros alumnos.

Cada sociedad o cultura forman una escala de valores, actitudes valores morales, que como sociedad han formado a través del tiempo, cada contexto, familia tiene su formación valoral y su jerarquización de ella, el individuo que forma parte de este contexto, también tendrá su formación valorar y su jerarquización, y sabemos que dentro de cada etapa del individuo y su ambiente educativo apoyaran que cuando sea adulto tenga su propia formación valoral.

Una parte importante en esta formación valoral, es como lo mencionábamos antes es la actitud, la moral, la ética, a continuación se presentan ciertas definiciones de estas, que nos apoyaran para un discernimiento en la formación de nuestros valores.

La actitud es definida por el Diccionario de la Real Academia Española, de una manera bastante amplia. Allí se considera, en un primer momento, como “la postura” (la posición) del cuerpo humano, indicando así una intención o un “espíritu particular”. Sin embargo, como señala Marciano Vidal (1991), cuando se habla de actitud respecto de los valores, se suele hacer en sentido figurado, aludiendo asuntos como “disposición” o “postura del ánimo.

La actitud se define como la “predisposición permanente de un individuo a reaccionar en un sentido, sea cual sea la situación” (Vidal, 1991: 12). También puede ser precisada como: “... un estado mental de disposición, adquirido a través de la experiencia, que ejerce una influencia directiva o dinámica sobre las respuestas del individuo ante toda la clase de objetos y situaciones con las que se relaciona”.

Las actitudes pueden aprenderse y modificarse. Tienen una duración que puede llegar a ser estable (e incluso indefinida). La actitud se trata de una predisposición a obrar, a hacer, a conducirse de una determinada manera. La actitud lleva a la acción cuando hace referencia a algo en particular (referente concreto). Las actitudes se asocian invariablemente con objetos sociales (reconózcase, sobre todo, en las corporaciones) u objetos personales. Las actitudes contienen tres funciones: una cognitiva, otra afectiva y una social.

Las actitudes morales o éticas serían el conjunto de disposiciones adquiridas que nos llevan a reaccionar bien positiva bien negativamente ante los llamados “valores éticos” o “morales”19. Vidal nos afirma que las actitudes éticas o morales, comportan toda la rica dimensión ética de las personas: los sentimientos, el saber, la voluntad, etc.

Las virtudes son, sencillamente, “buenos hábitos”. Los hábitos son cualidades de nuestras facultades que nos predisponen (de una manera más estable y prolongada que las actitudes) a actuar de cierta forma con más prontitud y facilidad que si no los tuviéramos. Las virtudes, como hábitos buenos que son, nos inclinan a hacer el bien con mayor diligencia.

Consideramos importante lo anterior mencionado para la formación valoral que construyamos ya que no dejamos de la lado as virtudes y hábitos que formamos alrededor de nuestra vida, así como las actitudes que manejamos al enfrentar diversos dilemas o situaciones.

El ser humano evoluciona, en el ambiente educativo manejamos diversas teorías, sobre esta evolución y crecimiento que presenta desde los primeros años de vida, sus características y todo lo que desarrolla en cada etapa.

Dentro de la formación valoral también se presentan etapas o estadios que nos proponen en donde podemos ver ciertos comportamientos o características que el individuo desarrolla dentro de la etapa o edad en la que se encuentra.

A continuación se presentan los estadios presentados por LAWRENCE KOHLBERG, dentro de su teoría del desarrollo del juicio del moral:

Estadio 1: El absolutismo y la orientación al castigo (hasta los 7/8 a)

• Ingenuo realismo moral que lleva a comprender el significado moral de una situación como una cualidad física inherente a la propia acción.

• Aplicación absoluta o literal de etiquetas o reglas sin requerir justificación alguna.

• Marcada orientación al castigo.

• Incapacidad para distinguir distintas perspectivas sociales en los dilemas morales planteados.

• Unilateralidad y ausencia de coordinaciones recíprocas, es decir, incapacidad para equilibrar mentalmente las distintas posiciones sociales.

• La justicia se define en función de las diferencias de poder y estatus.

• Dificultad para reconocer y describir

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