Necesidades Educativas
Enviado por flaquito • 1 de Octubre de 2012 • 23.038 Palabras (93 Páginas) • 269 Visitas
BLOQUE I
DIVERSIDAD EN LA ESCUELA PRIMARIA
BREVE HISTORIA DE LA EDUCACIÓN ESPECIAL
Por: FCO. JAVIER SÁNCHEZ GALICIA
TETELES DE A.C. PUEBLA 2000
NORMALIDAD Y DIVERSIDAD
La humanidad en su devenir histórico ha transitado por diversas etapas en las que las formas de pensar relacionadas a las diferentes situaciones que se dan en el seno de las sociedades han cambiado y evolucionado.
La diversidad ha sido una categoría presente en todos los tiempos de la historia humana, y de la misma manera las personas con diferencias a lo considerado como “normal” en cada pueblo y época, han sido tratadas de muy distintas formas.
El término normalidad es muy polémico, sin embargo podemos definirlo básicamente como el conjunto de características que debe poseer una persona con relación a las que poseen generalmente los miembros de la comunidad a la que pertenece. El concepto debe estar muy ligado con el contexto de lo contrario perdería su sentido real.
LA ANTIGUEDAD
No podemos dudar que desde los inicios de la especie humana han existido sujetos con múltiples diferencias entre las que se encuentran las discapacidades físicas, mentales o sensoriales que pueden por otra parte ser congénitas o adquiridas.
En las congregaciones primitivas el trato que se daba a las personas que no reunían los parámetros de todos los demás iban desde el abandono hasta el sacrificio, ejerciendo en ellos multitud de formas de segregación, la discapacidad era considerada desde el punto de vista de la selección natural suponiéndose entonces que era natural la supremacía de los seres más aptos.
El descubrimiento de restos de un esqueleto de un ser humano que hizo Marcelin Boulle el año de 1911 en la comarca de Dordoña correspondía al prejuicio existente en esa época de un tipo pre-humano que caminaba con las rodillas flexionadas, el cuello inclinado, la espalda redondeada, en conjunto un ser con un aspecto animalesco.
Al hacer un estudio del mismo sujeto en 1955 el profesor de Anatomía de la universidad John Hopkins; William L. Strauss y A.J. Cave del Hospital Bartolomew de la ciudad de Londres, encontraron que el esqueleto correspondía al de un hombre de cuarenta a cincuenta años de edad con deformaciones producidas por la artritis que le impedían desenvolverse adecuadamente en un medio muy demandante.
Se deduce entonces que este hombre pudo sobrevivir gracias al apoyo de sus congéneres, ese rasgo de solidaridad, nos remite a los inicios del ser humano como tal, de personas que podían sentir piedad por uno de los suyos y atendían a sus necesidades para que pudiera sobrevivir.
Las diferencias tomadas a manera de discapacidad, eran interpretadas como un “lastre” para las sociedades que vivían como nómadas, la capacidad de movimiento independiente era un valor muy apreciado en situaciones de supervivencia en las que los niños, ancianos y personas con alguna dificultad física o sensorial resultaban una carga para la colectividad.
Se supone que también en algunos casos se seleccionaba a las personas con defectos para participar en ceremonias por pensarse que estaban protegidas por los dioses.
En Esparta a partir del siglo VI a. C. Se intensificó la disciplina dirigida a la guerra caracterizada por una rigidez militar en todos los actos de la vida ciudadana, por ello no se permitía que un niño con defectos físicos sobreviviera. Esta costumbre (el infanticidio) era desafortunadamente práctica común en las sociedades de la antigüedad, en la India por ejemplo los niños con discapacidad eran arrojados al Ganges...
El infanticidio se dio no solo en función de discapacidad sino también por razón de sexo, las niñas eran eliminadas con mayor frecuencia, que los individuos varones.
Sin embargo existen también muestras de aceptación y apoyo a las personas con discapacidad, los ciegos por ejemplo fueron respetados en varias culturas, en China los invidentes eran reconocidos como transmisores orales de la historia y tradiciones, y por lo tanto reconocidos socialmente, Herodoto llamó a Egipto “el país de los ciegos” porque había gran cantidad de ellos, se desarrollaron métodos de atención para el cuidado de los ojos y los veteranos de guerra ciegos podían trabajar y recibir sueldo por ello.
En Grecia, Homero “El rápsoda ciego” fue reconocido por obras inmortales como “La Iliada” y “La Odisea” que le dieron fama que perdura a través de los tiempos.
Por el contrario Aristóteles manifestaba que los sordos eran incapaces de hablar y por lo tanto “ineducables”, desafortunadamente esta forma de pensar prevaleció por varios siglos.
En la Roma imperial los enfermos mentales eran utilizados para “divertir” a las personas pudientes. También en el Código Justiniano se habla de la clasificación de sordomudez donde se plantea qué sujetos tienen derechos civiles.
En la Edad media la Iglesia Católica adoptando una actitud ambigua condena en Europa el infanticidio, pero considera que las causas de las “anormalidades” son fenómenos sobrenaturales por posesiones demoniacas o espíritus infernales lo que alentaba el rechazo y la segregación.
Las discapacidades se veían como enfermedades, que se asociaban a “pecados cometidos” como una forma de expiación, baste para ello leer el texto del ritual con el que los enfermos ingresaban en los leprosarios:
“Amigo mío.- Dice el ritual de la Iglesia de Vienne- le place a nuestro señor que hayas sido infectado por una enfermedad, y te hace Nuestro Señor una gracia al quererte castigar por los males que has hecho a este mundo (Foucault 1992)”
Este texto nos remite a épocas de segregación de las personas que por muy diferentes razones estaban en situación diferente a las personas comunes.
El Renacimiento implica una separación de la concepción cristiana hacia una más centrada en el hombre.
En los siglos XVII y XVIII a las personas con alguna discapacidad se les recluía en orfanatos, manicomios, prisiones con delincuentes y marginados en condiciones infrahumanas.
En Europa en el siglo XVII por diversos motivos sociales aumentó la mendicidad, y surgieron en las grandes ciudades instituciones para albergar a toda esa población, a esto se le denominó “El gran encierro”, por ejemplo la apertura del primer Hospital de París en 1676 se realizó pensando en que en él estarían por igual locos, pobres y vagabundos. Foucault rescata una descripción de la época:
“Se informó en los sermones de todas las parroquias de París que el Hospital General se abriría el 7 de mayo de 1657 para todos los pobres que quisieran ingresar ahí por propia voluntad, y de parte de los magistrados se prohibió
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