PRUEBAS CONDUCTAS DELICTIVAS

Finalidad: la actitud de los jóvenes del colegio Ciudad Bogotá de grados 10 y 11 frente a las conductas delictivas.

Es una prueba representativa porque se va a tomar de una población de estudiantes de un colegio, una muestra que refleje la probabilidad de la actitud de los jóvenes frente a las conductas delictivas.

Definición conceptual

Según Kazdin y Buelacasal (1994) cuando hablamos de Conducta delictiva: Nos referimos a cualquier comportamiento que refleja infringir reglas sociales y/o sea una acción contra los demás

Definición operacional

Las conductas delictivas se observan en comportamientos como robar, desafiar la autoridad, atacar a puñetazos, utilizar documentos falsos, destrucción de bienes, extorsión, amenazas, atracos, agresión, entre otras, que se ejecutan en ocasiones con armas de fuego ocasionando daños físicos, psicológicos y materiales.

Marco teórico

Es conveniente distinguir entre conducta y hecho punible (delito); conducta es el resultado de la actividad humana en la cual entran en juego factores biológicos, psíquicos y fisiológicos, así como determinantes éticos y circunstancias motivacionales, que involucran al sujeto en una determinada respuesta, en un momento dado. Según anónimo (2002) Manual de la psicología jurídica. Para que una conducta sea punible debe ser típica, antijurídica y culpable, dice el artículo 9 del código penal. A este tipo de conducta se le denomina “hecho punible”.

La delincuencia o “criminalidad”, es un conjunto de comportamientos divergentes en tiempo y espacio determinados, dice Pérez y añade Rivera “Representa la manifestación total de los fenómenos psicosociales que en un momento dado de la historia de un país, son considerados como crímenes.

Según Kazdin y Buelacasal (1994) cuando hablamos de Conducta delictiva: Nos referimos a cualquier comportamiento que refleja infringir reglas sociales y/o sea una acción contra los demás.

Por otro lado hay otro tipo de conducta la disocial, de la cual afirma Pineda y otros (1997), es un trastorno neuocomportamental muy heterogéneo, cuyo diagnóstico tanto a nivel epidemiológico como clínico, demanda estar familiarizados con los cambios que pueda presentar la sintomatología a través de las diferentes edades.

Según la revista de psicología veritas (1997), la teoría de psicológica explica que en la infancia los padres asocian premios, estímulos, aprobación para reforzar la conducta que esperan de los hijos y utilizan el castigo para eliminar conducta y / o acciones que consideran incorrectas o inadecuadas. A través de estos condicionamientos el niño aprende a renunciar a determinados impulsos, y dar respuestas morales y sociales y en otros casos afloran las conductas antisociales.

Así mismo la teoría sociológica de Durkleim atribuye que los actos antisociales para esta conducta tienen su raíz fundamental en la pobreza económica y la marginación social como causas remotas o macrosociales. La conducta antisocial se va gestando como resultado del ambiente donde vive el individuo, de sus relaciones dentro y fuera de la familia, de la estructura que ésta tenga, de su educación etc.

Entender y comprender los factores de la delincuencia son muy variados y complejos, Almaraz (1978), afirmaba que los delincuentes no pertenecen a un tipo psicológico especial, ni pueden ser distinguidos biológicamente de los demás hombres, concepción en la que están de acuerdo casi todos los autores modernos.

Indudablemente como sociales o externos podemos encontrar a la familia, según Patterson (1982) los escenarios ambientales familiares coercitivos, en los cuales un miembro de la familia hace desagradable la vida a otro, éste aprende acciones que a menudo obliga al antagonista a defenderse y por lo tanto son reforzadas.

Así mismo Krevans (1996) afirma, que las influencias paternas y las prácticas de crianza ayudan a desarrollar comportamientos pro social o antisocial al satisfacer o no las necesidades emocionales básicas de los niños.

Los estilos de crianza varían en función de las variables personales por lo que se hace necesario un análisis de la interacción entre dichos estilos de crianza y las variables temperamentales y sociocognitivas del comportamiento desadaptado, afirma Kilgore y otros (2000).

Según Yoshikawa (1994), La delincuencia como conducta criminal tiende a centrarse en los barrios suburbanos pobres y superpoblados, que tienen malos servicios de vivienda, altas tasas de desempleo y están habitados por miembros de las minorías o por inmigrantes recientes.

Según Dishion (1999), “los jóvenes antisociales tienden a tener amigos antisociales y su comportamiento antisocial se incrementa cuando se asocian entre ellos.”

Según la revista de psicología veritas (1997) los factores causales de la conducta delictiva son:

• Estado afectivo. La satisfacción afectiva es esencial para el desenvolvimiento del hombre y mucho más importante en los primeros y en los últimos años de vida. Ya que de ello depende que una persona tenga la capacidad de amarse a sí misma y hacia los demás, consolidando una buena autoestima.

• Agresividad. Con la disposición de atacar sin esperar provocación suficiente parece ser la extendida y manifiesta característica delincuencial y criminógena.

• El impulsivismo. A la agresividad, va unida con frecuencia la forma habitual de reaccionar ante estímulos o situaciones de cualquier tipo, sin meditación o planeación previa.

• El hábito de la mentira. Consiste en la falta de valor para decir la verdad y afrontar las consecuencias cuando se produzcan.

• La inestabilidad. Es el cambio constante de exigencias de propósitos, de actividades que se inician y nunca terminan.

• Persecución de placeres y huida de los deberes. En los sujetos que tienden a la conducta delictiva es frecuente, que el cumplimiento del deber sea bastante doloroso, por lo que huyen de él; en cambio, tienen una capacidad ilimitada para el placer y dan la impresión de vivir mucho mejor que los socialmente adaptados.

• Emociones infantiles. En los sujetos que presentan características delincuenciales, las emociones se presentan poco duraderas y fácilmente explosivas, y sin causa suficiente, por que son incapaces de soportar una tensión cualquiera.

• Incapacidad permanente de espera. Es muy frecuente en este tipo de personas que tienden a la antisociabilidad, ya que esta espera es pasiva y difícil para los delincuentes.

• El fácil engaño. Sigue a la anterior incapacidad, por que debido a la impaciencia con que el individuo exige el cumplimiento de otras personas, no se adapta a la realidad, pues no deja transcurrir el tiempo necesario, lo que le

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