Preescolar
Enviado por marifabi • 25 de Octubre de 2012 • 1.000 Palabras (4 Páginas) • 440 Visitas
Preescolar
El jardín de infantes como espacio de relaciones educativas
Entre los tres y los seis años de edad los espacios y las experiencias se dilatan enormemente en torno del niño: poseer un lenguaje suficientemente articulado; la creciente capacidad de compromiso verbal, mientras el discurso de los adultos y otras interferencias socioculturales facilitan el contacto del niño con el mundo ajeno a su experiencia.
En el jardín de infantes el niño encuentra vestigios de estos ambientes que le son extraños, posibilidad de acceder a su comprensión y, mientras que el ámbito de la familia se ensancha en espacios a menudo inasibles.
Los elementos de novedad y variedad del ambiente educativo estimulan la intervención del niño.
Estar con otros exige ciertamente posibilidad de comunicación.
La interacción es posible además en la provisión de capacidades verbales y no verbales.
En el jardín de infantes la comunicación se realiza en un contexto de relaciones preferentemente no estructuradas; dado que cada acción del niño entre los demás es para quienes perciben la información.
* Actuar entre los otros, actuar con los otros
En el jardín de infantes ocurre a veces encontrar niños que tienen dificultad para insertarse con inmediatez en la situación, algunos de ellos rechazan incluso entrar a la sala junto con los demás y se aíslan en el plano relacional.
Por ejemplo: pueden notarse pesados vínculos de dependencia emotiva de las relaciones familiares o de la casa, el no puede haber percibido claramente las reglas, las jerarquías y los ritmos. Tanto la búsqueda de referencias, gestos y ritmos tranquilizadores, como la evasión de las relaciones que vinculan, señalan que el niño no esta todavía en condiciones de ponerse en la situación de manera constructiva, libre y espontánea.
Sabemos bien que la dimensión egocéntrica propia de esta edad no permite altos niveles de intercambio social, hasta demasiado claro es el significado de un concepto ya conocido como el monologo colectivo que indica precisamente la particular aptitud en los pequeños, de ponerse entre los otros como si estos no estuvieran, sin integrarlos o integrarse. La diferencia entre actuar e interactuar no es solamente cuestión de sucesión o de duración de la acciones.
Si es para el niño la primera referencia, con las cosas como con las personas; significa para el dar preferentemente una representación de sí; los intercambios intersubjetivos tienen un fin egocéntrico.
Interacciones adecuadas, distorsionadas
No siempre los niños administran adecuadamente adecuadamente sus recursos.
En el campo de la comunicación hay niños que presentan evidencias carencias en el uso de palabras, gestos y que incluso teniendo el control suficiente hace un uso distorsionado.
Sin embargo, se da el caso de que niños del todo capaces de administrar las funciones cognitivas y expresativas.
Todos reconocemos fácilmente al niño tímido, al demasiado sabio, al fanfarrón y al fantasioso y sabemos bien cuanto cuesta su relación con otros.
El consenso operativo en el contexto relacional educativo deviene entonces para todos atención y habilidad en confirmar a las inadecuadas o ficticias, manejando la situación de manera que se produzca una suerte de integración
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