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Psicologia Del Desarrollo Primera Y Segunda Infancia


Enviado por   •  17 de Abril de 2015  •  3.378 Palabras (14 Páginas)  •  423 Visitas

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La psicología del desarrollo infantil contempla cuatro etapas. Una primera, denominada “edad bebe”, que iría del nacimiento hasta los 18 meses-2años. Seguida de la infancia primera, que iría de los dos a los seis años, estaríamos hablando del niño en edad preescolar. Luego podríamos hablar de la infancia segunda, de los seis a los 12-13 años. Para finalizar, con el período denominado adolescencia.

El desarrollo físico de los/as niños/as consiste en algo más que en aprender a andar. Hay dos divisiones fundamentales del desarrollo motor: grueso y fino. El desarrollo motor grueso se refiere a las acciones de los músculos más grandes del cuerpo, los que controlan los movimientos principales del tronco y las extremidades. El desarrollo motor fino se refiere a las acciones de los músculos que controlan movimientos menores y más localizados, sobre todo los de las manos y los dedos.

Un recién nacido posee un repertorio limitado de habilidades motrices, muchas delas cuales no son voluntarias, sino reflejas. Gira la cabeza, pero no la levanta, agita los brazos, pero sin propósito y nunca por debajo de la línea central del pecho; patalea, pero los miembros no sostienen su peso.

El recién nacido no se mantiene en equilibrio cuando está sentado ni sostiene el tronco contra la gravedad. Como carece de control voluntario de los esfínteres de la vejiga y los intestinos, orina y defeca voluntariamente cuando dichos órganos están llenos.

El desarrollo psicomotor se produce impulsado por la maduración biológica propia del proceso de crecimiento y por la estimulación social que el/la niño/a recibe. Sin maduración física no hay progreso, pero sin estimulación externa que favorezca el aprendizaje tampoco es posible dicho progreso.

El control de los numerosos músculos del cuerpo se establece gradualmente según una progresión que depende de la maduración de las fibras nerviosas, que desde el cerebro van a parar a los diferentes músculos. En el primer trimestre alcanzan su madurez los músculos de la boca y de los ojos; en el segundo serán los de la cabeza, cuello y espalda; en el tercero los del tronco, brazos y manos; en el cuarto los de las piernas, pies y dedos de la mano.

Las primeras habilidades motoras del niño/a no son, técnicamente hablando, habilidades sino reflejos, es decir, respuestas involuntarias a estímulos concretos. El recién nacido tiene muchos reflejos. Algunos son esenciales para mantener la vida, otros desaparecen completamente en los meses posteriores al nacimiento, y otros son la base para la motricidad de más adelante.

l final de los tres primeros meses de vida, el bebé ha aprendido varios movimientos voluntarios básicos. SI le tumbamos boca abajo, levanta la cabeza y separa el pecho de la superficie con la que está en contacto, sosteniéndose con los brazos. Cuando le tumbamos de espaldas, patalea o estira las piernas.

A los seis meses es capaz de darse la vuelta y pasar de estar boca arriba a estar boca abajo y viceversa. Un mes más tarde, es capaz de mantenerse sentado solo. En esta mitad del segundo año muchos niños/as comienzan a gatear. Otros/as no lo hacen y pasan directamente a dar los primeros pasos sobre el año de vida aproximadamente. Las dos formas son variantes normales. A los dos años de edad la mayor parte de los/las niños/as andan si problemas, corren y andan de puntillas. También es probable que den patadas a objetos grandes como, por ejemplo, un globo (Mayes y Cohen, 2003).

De acuerdo con la ley céfalo-caudal del control corporal, se controlan antes las partes del cuerpo que están más próximas a la cabeza, extendiéndose luego el control hacia abajo; así el control de los músculos del cuello se logra antes que el control de los músculos del tronco, y el control de los brazos es anterior al de las piernas. De acuerdo con la ley próximo-distal del control corporal, se controlan antes las partes más próximas al eje corporal que las más alejadas; así la articulación del codo se controla antes que la de la muñeca, que se controla antes que la de los dedos.

El ritmo del desarrollo intelectual en la infancia es muy alto. Un/una niño/a empieza a vivir siendo capaz de aprender sobre el mundo sólo gracias a actividades básicas como succionar, agarrar, mirar y escuchar y, sin embargo, a los dos años ya es capaz de anticipar acontecimientos futuros, deducir las causas de los acontecimientos, experimentar con los objetos y simular. El desarrollo del lenguaje también es extraordinario: para un/una niño/a pequeño/a, las principales formas de expresión son el llanto y las sonrisas. Sin embargo, a los dos años el/la niño/a promedio podrá conversar con sencillez, pero con efectividad, con los demás.

La inteligencia no es un valor cerrado, se desarrolla desde el nacimiento y, en sus aspectos fundamentales, está ligada a la evolución biopsicosocial del bebé desde el momento del nacimiento hasta una vez superada la adolescencia. Una larga maduración psicofísica en la que las relaciones afectivas con el entorno familiar y social definirán su capacidad de aprender, integrarse y cambiar el mundo que le rodea, es decir, su inteligencia.

Actualmente sabemos que los bebés vienen al mundo como aprendices activos capaces de prestar atención a lo que les interesa. Reconocen caras, sonidos, voces, olores y tactos. Al cabo de unas semanas recuerdan acontecimientos muy sencillos y reconocen y responden a las personas que les resultan familiares. Cada bebé está genéticamente preprogramado para tratar de llamar la atención de los adultos y reaccionar a sus cuidados, lo que constituye el primer paso de su aprendizaje (Mayes y Cohen, 2003).

La inteligencia es un concepto abstracto muy difícil de definir. Se puede decir que la inteligencia es la capacidad de abstracción y de razonamiento; ambas con características propias del ser humano, determinadas por la herencia y por el ambiente.

El término cognición (o conocimiento) hace referencia a todos los procesos mentales de orden superior, a través de los cuales los seres humanos intentan comprender, adaptarse y resolver los problemas de su entorno. Existen modelos teóricos del desarrollo intelectual del niño/a, como el de Piaget o la teoría del “procesamiento de la información”, pero todavía no hay un modelo global que permita establecer pautas coherentes de información.

Para Piaget, la inteligencia infantil cuenta como fuente de conocimiento con la propia acción del niño/a y pasa por diferentes etapas que denomina subestadios:

• Subestadio 1 (0-1 mes). Corresponde a los diversos reflejos innatos del bebé, que están determinados biológicamente y son respuestas a estímulos del entorno.

• Subestadio 2 (1-4 meses). El/la niño/a desarrolla esquemas,

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