Rol De Psicopedagogo En La Integracion Escolar
Enviado por valesu • 19 de Octubre de 2013 • 2.123 Palabras (9 Páginas) • 2.282 Visitas
En el presente trabajo, nos proponemos reflexionar sobre el rol del psicopedagogo en la integración escolar. Somos conscientes de que pude ser un tema que se trata con bastante frecuencia dentro de la problemática de la educación especial, pero lo que buscamos aquí, es realizar una reflexión que nos ayude a resignificar nuestra tarea, ya que como futuras psicopedagogas, deseamos brindar una ayuda que sea efectiva y de calidad.
Creemos que el psicopedagogo, en este camino integración, debe procurar promocionar y trabajar, por una escuela y una sociedad que sean más inclusivas. Esta meta tal vez parezca muy ambiciosa y vaya más allá de sus incumbencias, sin embargo, consideramos que tiene que ver más con una actitud personal que con estrategias concretas, pero que se verá reflejada luego, en su quehacer cotidiano.
En primer lugar, queremos precisar que al hablar de integración escolar, hacemos referencia a un derecho que tienen las personas con alguna discapacidad, trastorno, síndrome, déficit o dificultad. Es un proceso en el que un niño o adolescente con necesidades educativas especiales (NEE) participa de una experiencia de aprendizaje en el ámbito de escuela común. Es decir, que la integración escolar, permite a un sujeto con discapacidad, participar de una experiencia de aprendizaje, junto con otros sujetos que tienen otras posibilidades, en el ámbito de una escuela común.
Sabemos que toda buena educación en general, promueve una formación integral de la persona, que le permita crecer y desplegarse en todos los aspectos de su ser bio-psíquico-espiritual. Partiendo de esta afirmación, el psicopedagogo, , en un proceso de acompañamiento e integración, debe considerar a la persona con NEE como un ser integral, teniendo en cuenta en primer lugar sus posibilidades, todos aquellos aspectos que podemos potenciar en ella y que la estimulen luego a trabajar con sus dificultades, mediante los apoyos que se le vayan brindando para que pueda alcanzar los logros, que sus limitaciones no les permiten alcanzar por sí misma.
Además, nuestro rol en las instituciones educativas nos obliga a orientar estos procesos, teniendo en cuenta que las modificaciones que necesitan los procesos de inclusión implican no sólo cambios curriculares, sino nuevas ideas, nuevas formas de intervención en el aula; se trata de cambiar la forma de pensar la enseñanza y la forma de organizar la tarea en el aula: normas de convivencia, planificaciones, el modo de organizar los grupos y los recursos, cómo disponer los espacios, metodología que se empleará, los criterios de evaluación y sobre todo, la tarea conjunta y el diálogo. Durante el proceso de orientación y acompañamiento que realice el psicopedagogo debe llevar a determinar las ayudas pedagógicas que cada alumno necesita para alcanzar las finalidades educativas.
En el acompañamiento, al educador, puede resultar enriquecedor hacerle notar, que los docentes que se suman a este desafío, de trabajar con niños y adolescentes con NEE, adquieren nuevos medios para mejorar la práctica docente, ya que mediante la atención a la diversidad, los maestros pueden mejoran su capacidad de interpretación de los acontecimientos y las circunstancias en sus respectivas aulas y comprender que todos tenemos necesidades educativas (aunque no sean especiales), ya que cada uno tiene una particular y especial manera de acercarse al conocimiento y de ir construyendo el saber. El trabajo de integración les permite comprender y respetar la diversidad de intereses, motivaciones, expectativas, capacidades y ritmos de desarrollo de cada alumno.
En el asesoramiento a la familia, pensamos que sería importante orientar a los padres para que presten la atención necesaria a su hijo, asistan a la escuela, lo ayuden a sentirse motivado por aprender y pueda ir construyendo una actitud positiva hacia la escuela y el aprendizaje, más allá de su discapacidad.
Por último, quisiéramos destacar la importancia la importancia de un trabajo interdisciplinario, para ello citamos a la psicóloga Alicia Stolkiner , quien expresa:
“…pensar en un desarrollo interdisciplinario es programar cuidadosamente la forma y las condiciones en que el mismo se desenvuelve. Ya es sabido que la simple yuxtaposición de disciplinas o su encuentro casual no son interdisciplinares. La construcción conceptual común del problema que implica un abordaje interdisciplinario, supone un marco de representaciones común entre disciplinas y una cuidadosa delimitación de los distintos niveles de análisis del mismo y su interacción. Para que pueda funcionar como tal, un equipo asistencial interdisciplinario requiere la inclusión programada, dentro de las actividades, de los dispositivos necesarios. El tiempo dedicado a éstos -sean reuniones de discusión de casos, ateneos compartidos, reuniones de elaboración del modelo de historia clínica única, etc.- debe ser reconocido como parte del tiempo de trabajo…”
Como se señala en el texto, es “una construcción común del problema”, que requiere un verdadero trabajo en equipo y no la suma de esfuerzos personales. El psicopedagogo debe ser consciente de esto a la hora de embarcarse en esta tarea de integración escolar, ya que sólo es muy difícil alcanzar los objetivos propuestos.
A modo de conclusión consideramos, que la escuela, puede ayudar a entender que las diferencias, no son un obstáculo para la tarea, sino que enriquecen el aprendizaje, puesto que en el contacto con las diferencias, cada persona va construyendo su identidad.
La sociedad actual nos plantea una intolerancia a “lo distinto” y esto no sólo referido a la discapacidad sino en general. Se observa una pérdida de respeto hacia el otro. Pareciera que si no piensa como yo o si no actúa dentro de mis parámetros se convierte en mi enemigo… De allí la importancia de brindar ayuda para promover espacios donde se promueva el respeto por la diversidad, donde se aprenda a reconocer al otro como alguien distinto, ni mejor ni peor, simplemente distinto.
Pensamos que la escuela, al igual que la familia, es el ámbito propicio para este propósito. En estos contextos, como psicopedagogas, podremos ayudar para que el alumno con discapacidad aprenda a reconocer lo que puede y lo que no puede hacer; aprenda con y de las diferencias, personales y de los otros. Y podremos contribuir también, para que los demás miembros de la familia y de la comunidad educativa, descubran que cada persona desde su lugar, realiza aportes y se enriquece en el intercambio con el otro. De este modo, estaremos orientando, no sólo un proceso de integración escolar, sino además, iremos despertando el deseo de ser constructores de una sociedad, en la que cada uno encuentre su lugar.
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