Trastorno Afectivo Y Autoestima Pobre.
Enviado por kapanguero_13 • 18 de Octubre de 2013 • 3.115 Palabras (13 Páginas) • 470 Visitas
Trastorno Afectivo y Autoestima pobre.
Trastorno:
En el latín es donde podemos establecer que se encuentra el origen etimológico de trastorno, un término que está conformado por la suma de dos vocablos latinos. Así, es fruto de la unión de trans que es sinónimo de “al otro lado” y del verbo tornare que puede traducirse como “girar o tornear”.
El término trastorno tiene diferentes usos. Puede hacer referencia a una alteración leve de la salud o a un estado de enajenación mental, por ejemplo. Trastorno es, por otra parte, la acción y efecto de trastornar (invertir el orden regular de algo o perturbar el sentido o la conducta de alguien).
Un trastorno psicológico, por ejemplo, hace referencia a un desequilibrio del estado mental de una persona.
En el caso de los citados trastornos psicológicos podemos determinar que los mismos se pueden clasificar en dos grandes categorías:
Trastornos Psicóticos:
Que son aquellos que se caracterizan porque la persona que los padece sufre alucinaciones, una importante alteración afectiva especialmente a nivel de relaciones y también delirios. La esquizofrenia es quizás el trastorno de este tipo más significativo.
Trastornos Neuróticos:
Estos se definen porque el paciente condiciona no sólo su pensamiento sino su realidad y sus relaciones sociales. A este punto llega por culpa de determinadas fobias o a la ansiedad, entre otras cuestiones.
El conjunto de afecciones psiquiátricas que modifican el normal desarrollo de las relaciones interpersonales es conocido como trastorno de personalidad. Los psicólogos creen que existen distintos factores genéticos y ambientales que pueden suscitar la aparición de ese trastorno, que altera el patrón complejo de características psicológicas que definen a un individuo.
El trastorno bipolar es una alteración del estado del ánimo de un sujeto que pasa de la fase de depresiva (periodos de depresión repetitivos) a la fase maníaca (periodo de gran euforia) de forma sucesiva. Se origina por un desequilibrio químico en los neurotransmisores.
Los trastornos alimentarios son aquellas enfermedades que se manifiestan a través de una conducta alimentaria y que suponen el reflejo de otros problemas, como la distorsión de la propia imagen corporal y la adquisición de ciertos valores mediante el cuerpo.
La bulimia y la anorexia, por ejemplo, son dos de los trastornos alimentarios más usuales y que afectan a miles de personas en todo el mundo. La primera se puede definir que es trastorno que tiene toda persona que se da atracones comiendo y que luego, para poder contrarrestar todo lo que ha ingerido y evitar engordar, se provoca el vómito o recurre a la ingesta de laxantes. La anorexia, por su parte, se define por el hecho de que la persona que tiene este trastorno come muy poco, o nada, y además para seguir bajando de peso realizando innumerable ejercicio físico, se provoca también el vómito.
La vigorexia, obsesión por el aspecto físico que lleva a una adicción por la musculación, la megarexia y la ortorexia son otros de los trastornos alimentarios más frecuentes.
Afectivo.
Afectividad:
En psicología se usa el término afectividad para designar la susceptibilidad que el ser humano experimenta ante determinadas alteraciones que se producen en el mundo real o en su propio yo.
• El predominio de las relaciones de pareja y de familia.
• La inhibición de las funciones conscientes.
• Dirigir el sexo, las tendencias y el querer hacia "objetivos" determinados.
• Oscilar entre dos polos sexuales: lo agradable - lo desagradable y lo odiable.
Desde Platón y Aristóteles y a lo largo de los siglos, los afectos y emociones han sido considerados desde muy diversos puntos de vista. Así en la Época Clásica la razón era la característica esencial de la persona y la afectividad se asimilaba al caos. Santo Tomás de Aquino y Descartes dan gran impulso a la valoración independiente de la afectividad. Rousseau consolida su valor autónomo y la obra de James y Lange estimularon su investigación desde el punto de vista fisiológico conductual.
Las teorías neurológicas se inician con Canon comenzando a proponerse diversos modelos de circuitos de las emociones. Papez describe un complejo circuito del que dependía la afectividad y la conducta emocional. Según este autor los procesos emocionales radicarían en el hipocampo que al ser excitado enviaría impulsos al hipotálamo, núcleos talámicos y giro angulado, cerrándose el circuito con nuevas vías al hipocampo.
Posteriormente se asume la importancia del córtex en los procesos emocionales y afectividad, vinculando la emoción a la motivación.
La afectividad, es pues no una función psíquica especial, sino un conjunto de emociones, estados de ánimo, sentimientos que impregnan los actos humanos a los que dan vida y color, incidiendo en el pensamiento, la conducta, la forma de relacionarnos, de disfrutar, de sufrir, sentir, amar, odiar e interaccionando íntimamente con la expresividad corporal, ya que el ser humano no asiste a los acontecimientos de su vida de forma neutral.
La afectividad por tanto confiere una sensación subjetiva de cada momento y contribuye a orientar la conducta hacia determinados objetivos influyendo en toda su personalidad.
Según Henry Ey la máxima interrelación entre el psiquismo y lo somático se da en la afectividad y solamente desde el punto de vista didáctico se puede dividir la afectividad en parcelas independientes y cuyas manifestaciones principales son:
• Ansiedad.
• Estados de ánimo o humor.
• Emociones.
• Sentimientos y pasiones.
ANSIEDAD.
Según Ribot, la ansiedad es un estado afectivo puro que se manifiesta a nivel comportamental y somático. Etimológicamente significa incomodidad y debe entenderse como una función adaptativa que sirve para mantener la actividad cotidiana y la creatividad y en ocasiones para anticipar peligros y amenazas.
Dosis razonables de ansiedad mantienen la vigilancia, pero cuando no se controla o sobrepasa la capacidad de adaptación del sujeto se convierte en un trastorno que origina malestar clínicamente significativo y deterioro en las relaciones sociales, familiares o laborales, pudiendo crear alteraciones en cuanto a la percepción, en la función mnésica y en el curso del pensamiento.
Clásicamente se destacan tres formas de manifestarse la ansiedad:
• Como respuesta cognitiva: que se relaciona con la propia experiencia
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