Corrientes filosóficas y religión

TEMA 2. CORRIENTES FILOSÓFICAS Y RELIGIÓN

INTRODUCCIÓN

Cuando afirmamos que la Filosofía de la Religión ha surgido en los dos últimos siglos, lo decimos en cuanto que se hizo sistemática en este período.

El estudio filosófico de la religión y de sus contenidos fue un paso obligado ya desde muy antiguo.

Las religiones arcaicas y extrabíblicas son producto de la reflexión sobre la estructura y el sentido de la vida (la naturaleza, la vida y el hombre); y, al mismo tiempo, constituyen una intuición de todo lo anterior, realizada y vivenciada en símbolos y en rituales.

La religión judeo-cristiana, en cambio, además de contener elementos válidos de otras formas religiosas, es consecuencia de la reflexión sobre la "religación" (relación y comunicación) personal del hombre con JHVH (Yahvé): ser Trascendente y Personal.

PREGUNTAS FILOSÓFICAS TEMA 2:

¿Qué es la religión? ¿Cómo se ha entendido la religión desde las distintas ideas filosóficas en la historia? ¿Cuál es el origen histórico de la pugna entre ciencia y religión? ¿Qué debe el hombre a Dios? ¿Qué naturaleza tienen los dioses? ¿Hay varios dioses? ¿Tienen sentido los actos religiosos? ¿Dios es personal?, ¿Qué es la fe?, ¿Son los dioses únicamente la deificación de algunos héroes? ¿Es la religión el opio del pueblo? ¿Es Dios una proyección alienante, producto del pensar del hombre? ¿Es el hombre quién da existencia a Dios? ¿Hay armonía entre razón y fe?

2. LA RELIGIÓN EN LA FILOSOFÍA ANTIGUA

2.1 El mito y el pensamiento filosófico.

Al comienzo de la filosofía griega está presente el mito: historias que dan explicación a los fenómenos inexplicables. Es la fe tradicional de los pueblos antiguos que enseña lo que se ha de pensar al enfrentarse con las grandes cuestiones del mundo: la vida, los dioses, el hombre, la moralidad, etc.

Los escritores griegos Homero y Hesíodo ofrecen distintas teogonías y cosmogonías que explican el origen del mundo.

La cosmovisión oriental es todavía más abundante en número de dioses y mitos. Poniendo a la India como ejemplo de país oriental vemos que en ese país se cree en multitud de dioses y existen los llamados textos védicos (darcanas y upanishads del siglo II a.C.) que constituyen reflexiones racionales acerca de los propios contenidos de los textos religiosos, o sea: filosofía de la religión.

Mito y ciencia. La ciencia es el conocimiento cierto por las causas, y en contraposición, los mitos transmitirían conocimientos aparentemente "teológicos", "irracionales" y tradicionales. Pero los mitos -en el fondo- son “lógicos”, porque contienen su propio "sentido filosófico". Aristóteles dice, con justicia, que también el mito filosofa a su manera.

2.2. La filosofía griega

2.2.1 Los filósofos cosmólogos y lo religioso mágico

Al inicio del pensar, mito y filosofía van de la mano; en el fondo, la filosofía tiene mucho que ver con lo religioso.

La filosofía griega se inicia con la búsqueda del primer principio, el arjé. Tales de Mileto creyó encontrar lo esencial de las cosas en el agua. Anaxímenes, el principio de cuanto existe es el aire. Para los pitagóricos es el número. Parménides da un paso más al fondo: El principio de cuanto existe es el Ser; Heráclito, por su lado, concibe el acaecer dialéctico, el movimiento (panta rei), como la fuente originaria de cuanto existe y en el que nada es. En fin, los filósofos griegos ofrecen una serie de principios originarios de cuanto existe.

2.2.2 El pensamiento religioso de Platón

Platón se esfuerza por afirmar la existencia de innumerables dioses contra el ateísmo de entonces; habla de la providencia divina y de la justicia y santidad divinas, contra la concepción mágica de la religión.

Platón: “toda vez que vemos un cuerpo viviente, dotado de movimiento, vivificado desde el interior por un poder operativo autónomo, podemos estar seguros de que el cuerpo tiene un alma; porque toda alma es un dios, toda cosa viviente está inhabitada por un dios. Este es el caso, por ejemplo, del sol y de las estrellas, de las cuales, sus perpetuas revoluciones testimonian la presencia en ellas de alguna divinidad”.

2.2.3 Aristóteles. Dios y la religión

En el culmen del universo aristotélico no está la Idea, sino un eterno Acto de pensamiento subsistente por sí. Podemos llamarlo Pensamiento, o sea, un divino pensamiento que se piensa a sí mismo. Debajo de él están las esferas celestes concéntricas, y cada una de las cuales es movida por una Inteligencia distinta, que es un dios. En el universo hay un eterno movimiento, eternamente causado.

¿Qué dice Aristóteles de la religión? Si el Acto Puro de pensamiento aristotélico se piensa eternamente en sí mismo, nunca atiende a los hombres ni tiene relación con ellos, no hay religión.

2.3 La religión en la filosofía romana

El pensamiento filosófico -sobre todo el romano- ya no es capaz de comprender y penetrar en el mensaje significativo de los mitos, porque los consideran como fábulas, hasta el punto de pensar que los mitos, cuanto mayor carácter simbólico tengan, más absurdos y monstruosos son. Son politeístas.

3. LA RELIGIÓN EN LA FILOSOFÍA CRISTIANA

El cristianismo no es un pensamiento filosófico, sino una religión. Pero contiene un conjunto de verdades y leyes reveladas para que el hombre conociéndolos y cumpliéndolos pueda salvarse; por eso tiene una gran importancia filosófica.

3.1 Yo soy el que soy.

El Dios cristiano se revela inicialmente al pueblo judío. Este Dios no es buscado y pensado por un sabio como respuesta a sus preguntas metafísicas, sino que es un Dios que se ha revelado a sí mismo, dándose a conocer por su nombre propio.

La característica principal del Dios de los Hebreos es la unicidad: "Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Dios". Moisés, consciente de su inspiración divina, se expresa como religioso, y no como filósofo, afirma que el Dios con quien habla es el Dios verdadero. Esta verdad puede ser una de las razones del por qué no es posible una doble verdad sobre un único tema, porque si el principio religioso coincide con el principio filosófico, no hay dos verdades distintas sobre un mismo tema, sino que la verdad es una e inmutable. Dios mismo se da a conocer en la zarza ardiente: "Yo soy el que soy es mi nombre".

Etienne Gilson (autor del siglo XX) califica el acontecimiento de la zarza ardiente, como el momento crucial

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