BREVE ESTUDIO SOBRE EL BAUTISMO
Enviado por HMMARINB • 19 de Septiembre de 2012 • Tesis • 4.391 Palabras (18 Páginas) • 750 Visitas
BREVE ESTUDIO SOBRE EL BAUTISMO”
(Parte 3)
(Por el pastor Emilio Bandt Favela)
“Sepultados con ÉL en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con ÉL, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos”
(Colosenses 2:12).
6. ¿QUIÉN ADMINISTRA EL BAUTISMO?
La iglesia es la que administra el bautismo, puesto que es a ella a quien nuestro Señor Jesucristo dio la ordenanza.
Sin embargo, la administración debe ser a través de una persona idónea designada por la misma iglesia. Se recomienda que sea un pastor ordenado al Santo Ministerio. Esto es para cuidar la formalidad y el propósito divino al instituirlas. El bautismo no debe alterarse ni en su forma, ni en su fondo, ni en su orden.
Lacy escribe: “Decimos que el bautismo es una ordenanza de la iglesia, esto es, su administración debe estar bajo la iglesia y preferiblemente deben administrarlo quienes han recibido autoridad de la misma en su ordenación como ministros. La idea de que cualquier miembro de la iglesia puede administrarlo y que no hay necesidad de la ordenación para ello, introduce confusión interminable en el mundo cristiano. La iglesia debe velar que el bautismo sea administrado bíblicamente". 55
Salinas abunda: “De hecho no hay precepto formal bíblico de que el ejecutante de la ordenanza sea un ministro ordenado; sin embargo, el sentido común aconseja que es conveniente que alguien idóneo la lleve a cabo, previniendo así, una perversión del acto mismo y de su propósito divino. Después de todo, la iglesia es la autoridad final para determinar sobre hechos no sancionados por la Escritura Sagrada”. 56
Pero no hay que perder de vista que quien administra el bautismo es la iglesia, por lo tanto, aunque lo haga a través de un ministro ordenado, la congregación debe estar presente y avalar el acto.
Conner comenta: “Otra opinión es la de que la responsabilidad de la administración de la ordenanza descansa en la congregación o iglesia. Nosotros creemos que ésta es la posición correcta. Una razón que justifica esta opinión es que el bautismo es generalmente aceptado como una manera de confesar públicamente a Cristo y de identificarse con una comunidad de creyentes. Claramente así es en el Nuevo Testamento. Si esto es cierto, entonces el bautismo es un asunto de la agrupación. No es puramente un acto individual. Hay una comunidad responsable en cuanto a la administración de la ordenanza”. 57
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55. George H. Lacy. “Introducción a la Teología Sistemática”. CBP. Pág. 339.
56. Hermenegildo Salinas. “Eclesiología II”. STBM. Pág. 25.
57. Walter Thomas Conner. “Doctrina Cristiana”. CBP. Pág. 335.
DOM 281104. “BREVE ESTUDIO SOBRE EL BAUTISMO”. PARTE III. ROMANOS 6:3-5... 1/11
Sin embargo, los administradores del bautismo deben estar alertas de no caer en un “sacerdotalismo”.
Algunos piensan que la administración de esta ordenanza recae solamente en el “clero” o en el grupo reconocido de ministros y que solo ellos tienen la autoridad para ministrarla. Pero esta teoría traza una línea de distinción entre “clero” y “laicos”, cosa extraña en el Nuevo Testamento y que tiende al sacerdotalismo y sacramentalismo.
El Nuevo Testamento no da ninguna insinuación de que debe haber una clase oficial a quien la “ordenación” le confiere autoridad para administrar las ordenanzas en forma exclusiva. Un ministro ordenando es solo un vocero o representante de la iglesia, y no tiene ninguna otra autoridad que la que le confiere su virtud de ser vocero o representante de esa congregación”. 58
Por eso, el pastor Rolando Gutiérrez-Cortés escribe: “El administrador del bautismo es consciente que la legitimidad de su apostolado está en el señorío de quien dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra...” (Mateo 28:18). De modo que todo su quehacer tiene su origen en este señorío que lo faculta y en ninguna manera en él mismo. Es consciente de su llamamiento y de su calidad de siervo”. 59
Sin embargo, hay algunos puntos dignos de considerarse en este aspecto de la administración del bautismo.
1. El tiempo. Algunos piensan que los creyentes deben ser bautizados tan pronto hacen su profesión de fe. El Dr. Gutiérrez-Cortés escribe: “El momento del bautismo se da en la hora de la respuesta al llamamiento que el creyente recibe por medio de la palabra de fe que le es anunciada. Llamamiento al que responde como siervo. Llamado a los ordenamientos del Reino y respuesta gozosa a acatar la voluntad del Rey. Llamado a ser testigo y anhelo ferviente por dar testimonio de su fe. Así registran los Hechos de los Apóstoles que los que recibieron la palabra fueron bautizados. Los tres mil del día de pentecostés, el eunuco evangelizado por Felipe, Pablo, quien después de ser sanado de su ceguera se bautizó, el carcelero de Filipos, quien una vez que escuchó el evangelio fue bautizado a la media noche con todos los suyos”. 60
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58. Walter Thomas Conner. “Doctrina Cristiana”. CBP. Pág. 335.
59. Rolando Gutiérrez-Cortés. “Sobre el Bautismo”. Horeb. Págs. 12-13.
60. Íbid. Pág. 13
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El pastor Inocente Maldonado Jiménez, de la Iglesia Bautista Central en Tegucigalpa, Honduras nos comenta: “Desde hace tiempo tenía la inquietud de que nuestro sistema para bautizar es muy lento. Yo estaba convencido de que es necesario doctrinar a fondo a la gente, darle bastante doctrina, para que lleguen a ser buenos miembros de la iglesia, estables; pero entonces, el crecimiento de nuestra iglesia siempre fue muy raquítico. Por lo tanto, el año pasado, prediqué una serie de sermones sobre el bautismo y bien metido en el libro de los Hechos, observé como los primeros cristianos practicaban el bautismo. Al finalizar el año, lancé la sugerencia en una sesión de la iglesia de que a partir de esa fecha, comenzaríamos a bautizar el mayor número de gente con o sin doctrina, tan pronto como ellos acepten al Señor. Yo haría el llamamiento desde el púlpito invitando a aceptar a Cristo y luego hablaría con ellos en privado invitándoles a bautizarse, y los que decidieran obedecer al Señor en el bautismo en el culto de la tarde de ese mismo día, serían bautizados. Con esta decisión pasamos de tener cuatro bautismos en todo un año, a un promedio de doce al mes”. 61
Sin embargo, la mayoría piensa que debe haber un tiempo prudente de instrucción y observación del testimonio y conducta del candidato. Salinas dice: “Algunas iglesias acostumbran bautizar a la persona tan pronto como hace su decisión por Cristo; no objetamos
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