El ayuno
Enviado por uchy2 • 7 de Diciembre de 2014 • Ensayo • 2.982 Palabras (12 Páginas) • 223 Visitas
ENTREGA
La palabra entrega, el diccionario la define como: Dedicación de tiempo y esfuerzo a una actividad o labor. Cuando venimos a los caminos del Señor, prometimos, amarle y servirle en espίritu y en verdad, hasta que ocurrieran dos cosas: 1. Que partamos a su presencia o 2. que El, venga por segunda vez a recoger a su pueblo. Es por esa razón, que como cristianos tenemos que preguntarnos cada dίa, si hoy fuera mi ύltimo dίa en la tierra, donde pasarίa la eternidad? Pudiéramos dar muchίsimas excusas y fácilmente justificarnos delante de los hombres, oye pero, has pensado en lo que dirίa Dios? Voy a hacerles una analogίa, y a la misma vez una pregunta, una semana tiene 10,080 minutos, si dormimos un promedio de 8 hrs diarias, serίan 3,360, lo que quiere decir que quedarίan 6,720 minutos. Cuántos de ellos se los dedicamos al Señor? Entre lo muchίsimo que podemos hacer está:
1. AYUNAR: La primera razón que debes tener para ayunar es para estár cerca de Dios. Jesύs dijo: Mateo 6:16-18 “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en publico”.
El ayuno necesita que al tiempo de hacerlo, lo acompañemos con la oración y que nos dejemos guiar por el Espíritu Santo. Ayunar para que la gente que nos rodea tenga la impresión de que somos "santos" o para que tengan una impresión diferente a la que tiene, invalidaría inmediatamente lo que intentamos hacer al hacer el ayuno. De hecho, hacerlo por motivaciones erróneas, no sólo invalida el ayuno, sino que podríamos incurrir en pecado - orgullo.
Cuando ayunamos no podemos pretender que por hacerlo podemos torcer la mano a Dios y forzarlo a hacer lo que queremos. A veces el plan de Dios, no es el plan por el que ayunamos, y es por esta razón; que es vital que tengamos nuestro espíritu con la aptitud correcta para escuchar del Espíritu de Dios y que estemos dispuestos a humillarnos y recibir la dirección de Dios, sea cual sea.
2. ORAR: De la misma forma que el proceso de respiración es vital para sostener y mantenener con vida nuestro cuerpo fίsico, igualmente lo es para mantenernos vivos como cristianos, y si no lo haces diariamente, te mueres como tal. 1ra. de Tesalonicenses 5:17 nos dice “orar sin cesar”. El orar es un ejemplo dado a nosotros por Cristo y la iglesia primitiva (Marcos 1:35 “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba”. Lamentablemente, muchίsimas iglesias han malinterpretado este versίculo y ya indican que las horas de la madrugada son las mejores para hacerlo. Ojo, esto implicarίa que si lo hacemos a otra hora, nuestro Dios no nos escucharίa, y/o que nuestra oración serίa menos importante; eso es un grandίsimo error porque, nuestro Salvador, está disponible 24/7/365, siempre. Por otro lado, lo anterior no implica que al levantarnos no debamos siempre encaminar nuestro dίa pidiéndole dirección al Todopoderoso, para que nos use como el quiere.
Dios decidió que la oración sea el medio para obtener su intervención en determinadas situaciones:
a) Preparación para decisiones importantes: (Lucas 6:12-13). En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios, y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles.
c) En la reunión de los obreros para la cosecha spiritual
(Lucas 10:2). Y les decía: “La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies”.
d) Para adquirir fortaleza y vencer ante la tentación (Mateo 26:41) “velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”.
e) El medio para fortalecer a otros espiritualmente (Efesios 6:18) “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos”. Tenemos la promesa de Dios de que nuestras oraciones no son en vano, aún si no recibimos específicamente lo que pedimos (Mateo 6:6; “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en publico”.
Sabίas que para orar no necesitas ningύn grado académico, celular, teléfono regular, internet, un intermediario, hora del dίa especifica, hno(hna), lo ύnico que necesitas es un corazón contrito y humillado al Todopoderoso.
3. OFRENDAR, ¿Traes una ofrenda a Dios cuando asistes a la iglesia? ¿Cuánto le das a Dios? ¿Se te hace mucho? ¿Se te hace poco? ¿Das tus ofrendas con un corazón alegre?, (Colosenses 3:23-24. “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. 2da. Corintios 9:7 nos dice, “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”. Es por eso que nuestra aportación a la obra del Señor, nunca es en vano.
Así hermano que ante Dios, más vale $1, dado con el corazón, que $100 para agradar a los ojos de los hombres. Recuerdas la viuda que hechó las dos blancas? (Marcos 12:41-44). La cantidad que debes dar es según Dios te haya prosperado, según el corazón, la fe y el amor de nosotros como dadores.
Dios nos promete que proveerá nuestras necesidades (ropa, comida, una casa, familia, amigos, etc.) y no nuestros gustos. Aunque a veces hasta nos los da, aunque no sean cosas necesarias, porque nos ama tanto. Si separamos la ofrenda para el Señor primero, es más fácil vivir de lo que queda. Si pagamos a todos primero y dejamos al Señor, para último, nuestra ofrenda será una sobra. Recalco otra vez, debemos ofrendar de manera alegre, libre y humilde. Porqué?, porque al ofrendar le damos gracias por su amor y su provisión, y le decimos que confiamos en Él, y en su promesa de cuidarnos. Te recuerdo, el reino de Dios, no ha estado, está o estará en quiebra nunca.
4. DIEZMAR El Diezmo es la puerta del creyente hacia el pacto de bendición. Cuando damos el diezmo a Dios de nuestros ingresos, ese acto le permite a Dios actuar en nuestro defecto y bendecirnos.
Malaquías 3:8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.
Escucha bien hno.(na) esta analogίa; habίa una vez
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